Sínodo sobre la Sinodalidad: un inesperado invitado

Fuente: FSSPX Actualidad

Luca Casarini

Más de un prelado debió sobresaltarse al leer la lista definitiva de los participantes en el Sínodo sobre la Sinodalidad que se inauguró el 4 de octubre de 2023 en Roma. Si la presencia del estadounidense James Martin, un jesuita que promueve la apertura al matrimonio homosexual, no resulta sorprende, la de un activista italiano de extrema izquierda adquiere una dimensión inesperada.

Rojo... Como los cardenales presentes en la Sala Pablo VI durante el Sínodo que acaba de inaugurarse en el Vaticano, pero también como el color político de Luca Casarini, un laico italiano elegido personalmente por el Papa Francisco para participar en el Sínodo, como confirmó este último en el vuelo de regreso de los Encuentros Mediterráneos en Marsella (Francia) el 23 de septiembre pasado:

"He invitado al Sínodo a una persona que se dedica a salvar a los migrantes en el mar, es el director de Mediterranea Saving Humans, y tiene varias historias terribles por contar". No apto para almas sensibles.

Luca Casarini debió quedar tan sorprendido como los habituales de los palacios apostólicos ante el anuncio de la invitación del soberano pontífice. Este activista político de extrema izquierda, de cincuenta y seis años, que es todo menos un monaguillo, irrumpió en la escena mediática durante la cumbre del G8 celebrada en Génova (Italia) en 2001.

En ese entonces, convocó a la prensa para lanzar una verdadera declaración de guerra "a los poderosos que causan injusticias y miseria", anunciando que él y sus amigos no dudarían en provocar a los servicios de seguridad encargados de garantizar la protección de los jefes de Estado presentes en la cumbre.

"Cruzaremos la línea roja": tal fue el lema de Luca Casarini y sus seguidores, que luego se agruparon en el movimiento "Desobedientes". Un cruce muy discutible, ya que, tras dos días de disturbios, uno de los amigos del activista perdió la vida tras intentar agredir violentamente a uno de los policías. ¿Quizás podría confesar esto ante los prelados presentes en el Sínodo?

A partir de ese momento, renunciando a una postura tipo "antifa" que no contribuía a "mejorar" su imagen, Casarini recurrió a acciones de mano dura para apoyar a los cada vez más numerosos ocupantes ilegales en las ciudades: The Catholic World Report informó al respecto que el propio Luca Casarini ocupa una vivienda de forma ilegal.

En entrevista con La Stampa, el activista señaló que fue bautizado, hizo la primera comunión y recibió el sacramento de la confirmación, y se define como un "cristiano no practicante" para quien "Jesús es el mayor revolucionario de todos los tiempos". Suficiente para despertar el interés en Santa Marta...

Especialmente porque Luca Casarini se codeaba con las figuras más progresistas del clero italiano antes de involucrarse con Mediterranea Saving Humans, una ONG que salva a los inmigrantes en el mar, siempre con un gran apoyo de las redes sociales y la cobertura mediática.

El activista también es objeto de un proceso judicial por parte de la fiscalía de Ragusa, que le acusa de haber desempeñado el papel de traficante ilegal de inmigrantes el 11 de septiembre de 2020.

Quizás tenga que invocar al Padre Pío y su don de la bilocación, porque además de las reuniones sinodales previstas para octubre de 2023 y 2024 en la Sala Pablo VI, Luca Casarini probablemente tendrá que recorrer los pasillos de la corte, y tal vez también visitar la prisión. Donde esta vez podría establecer legalmente su residencia.