Siria: el exyihadista en el poder se reúne con los cristianos

Ahmad al-Chareh
En busca de reconocimiento internacional, el líder de la principal facción islamista que ha tomado el poder en Damasco recibió la víspera de Navidads a representantes de las comunidades cristianas.
¿Se trata de una verdadera apertura o de una fachada destinada a tranquilizar a la comunidad internacional para imponer discretamente un islam de línea dura? Todavía no se cuenta con la perspectiva necesaria para interpretar el gesto realizado el 31 de diciembre de 2024 por el nuevo líder de Siria.
"El jefe de la nueva administración siria, Ahmad al-Chareh, se reúne con una delegación de la comunidad cristiana", declaró en Telegram el Comando General de la coalición dirigido por los antiguos “rebeldes” del HTC, la organización islamista suní Hayat Tahrir Al-Cham -la rama siria de Al Qaeda hasta 2016- que desempeñó un papel fundamental en el derrocamiento del régimen de Bashar al-Assad el 8 de diciembre.
La víspera de Navidad, un hombre de traje y corbata al estilo occidental reunió a su alrededor a representantes de la Iglesia católica, la Iglesia autocéfala y la Iglesia anglicana. Hasta hace unas semanas, Ahmad al-Chareh respondía a su nombre de combatiente yihadista Mohammed al-Joulani, posaba en uniforme de combate con turbante y ametralladora en mano...
Aunque su poder aún no está suficientemente asentado, el nuevo sultán de Damasco debe asegurarse el mayor apoyo posible de una comunidad internacional preocupada por el resurgimiento de la actividad de la organización Estado Islámico (EI) y sus ramificaciones en África y el Cáucaso. Este resurgimiento se ha visto facilitado por la caída del régimen alauita, que había gobernado Siria sin oposición durante más de medio siglo, haciéndose pasar por protector de las minorías -en particular de los cristianos- mientras reprimía toda disidencia.
Pero para consolidar su poder, el antiguo yihadista que ha llegado a la cima del Estado sirio debe asumir el reto de reconstruir el país apoyándose en todos los ciudadanos de buena voluntad: de ahí el creciente número de acciones tranquilizadoras hacia las minorías, preocupadas tras los recientes incidentes.
Como informó la Agencia France-Presse, en la Navidad de 2024, cientos de cristianos de Damasco salieron a la calle para manifestar su descontento por un acto de vandalismo anticristiano: habían prendido fuego a un árbol de Navidad en una pequeña localidad del centro de Siria.
El acto, perpetrado por hombres enmascarados -combatientes extranjeros de un grupo yihadista, según una ONG-, fue condenado por un responsable local del HTC. Del mismo modo, miles de sirios alauitas -una confesión disidente del islam suní- se manifestaron el 25 de diciembre en varias ciudades del país a raíz de un video que mostraba un ataque contra uno de sus santuarios.
Pero el nuevo gobierno sirio pretende ahora mostrar un rostro intachable, sobre todo porque los diplomáticos extranjeros empiezan a acudir en masa a Damasco: en una visita a Siria el 3 de enero de 2025, el ministro francés de Asuntos Exteriores declaró que "tendía la mano" al nuevo régimen con "expectativas claras", sobre todo en cuanto a su capacidad para "integrar a todas las comunidades en su diversidad".
Mientras tanto, Ahmad al-Chareh, alias Mohammed al-Joulani, está instalando a los hombres del HTC en puestos clave de la nueva administración: en el transcurso de 2025, cuando Siria haya dejado de ser el centro de atención, se podrá ver con más claridad las verdaderas intenciones del sucesor de Bashar al-Assad.
Teniendo en cuenta la frase "una vez yihadista, siempre yihadista"...
Fuentes: Agence France-Presse/Radio France International – FSSPX.Actualités
Imagen: Mfa.gov.ua, CC BY 4.0, via Wikimedia Commons