Siria: la nueva administración deja perplejos a los cristianos

El gobierno sirio de transición
El 29 de marzo de 2025, Siria pasó otra página de la era Assad con el nombramiento de un gobierno de transición oficializado por el presidente interino, Ahmed Al-Charaa, también conocido por su antiguo nombre yihadista, Abu Mohammed al-Jolani. A pesar del nombramiento de una mujer católica en el nuevo equipo, los cristianos de Siria siguen siendo cautelosos.
En la fotografía oficial del nuevo gobierno, entre los veintitrés ministros, una silueta llama la atención: Hind Kabawat, designada ministra de Trabajo y Asuntos Sociales. Es la única mujer y la única representante cristiana en un gabinete dominado por personas cercanas a Al-Charaa, líder del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS).
Sin embargo, su nombramiento suscita interrogantes. ¿Es una verdadera protagonista de la renovación siria o una garantía simbólica para legitimar un régimen con una fuerte impronta islamista ante las minorías y la comunidad internacional? Oficialmente, se supone que el nuevo equipo gubernamental refleja la diversidad étnica y religiosa del país.
Este gabinete incluye a representantes de las minorías: un kurdo, un druso, un alauí y Hind Kabawat, una católica. Sin embargo, la "inclusividad" de fachada contrasta con la concentración de poderes en manos de Al-Charaa, a quien se le han conferido prerrogativas legislativas, ejecutivas y judiciales, mientras que el puesto de primer ministro sigue vacante.
Los ministerios estratégicos, como Defensa y Asuntos Exteriores, están ocupados por fieles de al-Charaa, lo que refuerza la idea de un régimen dominado por los yihadistas de HTS. El nombramiento de Hind Kabawat puede interpretarse como un intento de crear la ilusión de pluralismo, mientras que el poder permanece anclado en una ideología islamista.
Hind Kabawat, nacida en 1974 en Damasco, es una personalidad reconocida en los círculos de la oposición siria. Católica de origen sirio y ciudadana canadiense, es licenciada en Economía por la Universidad de Damasco, en Derecho por la Universidad de Beirut y tiene un máster en Relaciones Internacionales por la Universidad de Tufts. Está especializada en diálogo interreligioso y resolución de conflictos. Ha dirigido el Centro Sirio para el Diálogo en la Universidad George Mason.
"He intentado convencer de que se necesitan más ministras, pero ha sido complicado, con la necesidad de garantizar la diversidad étnica y religiosa en el gobierno. Sin embargo, no hay excusa para que solo haya una ministra. Me han prometido que se nombrará a más mujeres para altos cargos", aseguró al corresponsal de Le Monde.
Esta católica, madre de dos hijos, quiere creer en la buena voluntad del actual líder de Damasco: "Mi ministerio es uno de los más importantes en el período posterior al conflicto, dada la cantidad de huérfanos, desplazados y personas vulnerables que hay en el país", asegura. Sin embargo, su inclusión en un gobierno dirigido por HTS plantea interrogantes sobre su verdadera función.
Como católica en un gabinete de mayoría musulmana y bajo la égida de un antiguo líder yihadista, encarna a una minoría vulnerable en un país donde los cristianos, que representaban el 10% de la población antes de la guerra, han visto disminuir drásticamente su número. Su presencia puede percibirse como una garantía de protección para las minorías religiosas, pero también como una estrategia política para apaciguar los temores de los observadores internacionales.
Poco después del nombramiento del nuevo gobierno, la agencia Zenit destacó el prudente optimismo de algunos observadores católicos. Para Mons. Samir Nassar, arzobispo maronita de Damasco, la presencia de Hind Kabawat es una "señal de esperanza" para los cristianos sirios, que han sufrido bajo Assad y temen un incierto futuro bajo un régimen islamista.
Sin embargo, esta esperanza se ve atenuada por el pasado de HTS, conocido por sus crímenes contra las minorías y su ideología, aunque al-Charaa ha intentado moderar su discurso, en particular prometiendo respetar la diversidad religiosa. Una estrategia que no carece de precedentes. En otros contextos, los regímenes han utilizado figuras pertenecientes a minorías para enmascarar sus abusos.
En Siria, donde los alauitas han dominado bajo el régimen de Assad a pesar de su condición de minoría, la instrumentalización de las identidades no es nueva. A pesar de sus competencias, Hind Kabawat corre el riesgo de quedar reducida a un simple símbolo, con poco poder real en un gobierno en el que las decisiones clave siguen en manos de al-Charaa y sus aliados islamistas.
En cualquier caso, en el Viejo Continente no se hacen ilusiones sobre el sucesor de Bachar al-Assad: "Según nuestros criterios —explica un diplomático europeo entrevistado por Le Figaro—, las cuentas no cuadran. Pero, según los estándares regionales, ¿se puede esperar más?"
Es decir, que los cristianos de Siria examinarán con detenimiento las primeras medidas del nuevo gobierno. Además, Ahmed al-Charaa ya ha advertido que "no podrá satisfacer a todo el mundo", admitiendo que "no todas las medidas que tomemos serán necesariamente consensuadas".
Fuentes: Le Figaro/Le Monde/Zenit – FSSPX.Actualités
Imagen: Asianews