Siria: Monseñor Mourad opina sobre la situación

Monseñor Yacoub Mourad
Monseñor Jacques Mourad es el arzobispo siro-católico de Homs (Siria). El que anteriormente fuera monje de la comunidad de Deir Mar Musa, fue secuestrado durante meses por los yihadistas del Estado Islámico en 2015, lo que ha agudizado su visión de la Siria contemporánea.
Lo que Monseñor Mourad ve y oye sobre los nuevos sufrimientos en Siria no se corresponde con la representación mediática dominante, sobre todo en Occidente, donde se habla de un "cambio de régimen", que ha tenido éxito y se está afianzando, con nuevos líderes islamistas que buscan la acreditación internacional.
No se menciona, por ejemplo, la violencia generalizada y el miedo que han vuelto a marcar los días de una gran parte del pueblo sirio. Monseñor Jacques Mourad admite que esta violencia "parece ser una trampa en la que caen todos los que llegan al poder aquí". La gente desaparece y las cárceles se llenan.
Se tortura en público a los acusados de connivencia con el régimen anterior. Se han registrado "varios casos de jóvenes cristianos que son amenazados y torturados en la calle, delante de todo el mundo, para sembrar el terror y obligarles a renunciar a su fe y hacerse musulmanes". Estos crímenes tienen lugar lejos de Damasco, donde se concentran los periodistas.
El arzobispo explica: "Yo recibo a la gente. Intento animar, consolar, pedir paciencia y buscar soluciones. Durante el periodo navideño -añade- recorrí nuestras 12 parroquias. Hubo encuentros maravillosos con distintos grupos. Pero cuando aumenta la violencia, nuestras palabras y llamamientos a la paciencia no consiguen convencerles".
"El antiguo régimen -continúa Monseñor Mourad- se presentaba como el que defendía a los cristianos. Hoy, muchos sacerdotes son pesimistas sobre el futuro. Desde la nueva ola de violencia, algunos dicen: 'Ya lo han visto, es verdad lo que decía Bashar al Assad'. El resultado es que muchos cristianos no ven otra solución que emigrar".
En las iglesias, todo parece seguir como antes: misas, procesiones, oraciones y obras de caridad. Ahmad Sharaa, o Abu Muhammad Jolani, líder del grupo yihadista Hayat tahrir al Sham y autoproclamado presidente "interino" de Siria, en una reunión con el Padre Ibrahim Faltas, dijo que los cristianos que emigraron durante y después de la guerra civil deberían volver a Siria.
La violencia sufrida por los jóvenes cristianos se ha manifestado en forma de ataques individuales. "Pero, informa Mons. Mourad, cuando comenzó la requisa de armas, fueron los soldados cristianos y alauitas los que fueron desarmados. Nadie quitó las armas a los suníes. Y la realidad es que no hay gobierno. Hay grupos armados, todos diferentes entre sí.
"Unos son fanáticos, otros no. Cada uno tiene su propio poder e impone su propia ley en los territorios que controla. Y tienen muchas armas, ahora que también han tomado las del antiguo régimen". Mons. Mourad dice que no sabe cómo continuarán las cosas. Mientras tanto, sigue adelante.
Desde el pasado mes de abril, el arzobispo se encarga del catecismo en toda Siria. "Pensé que lo más importante era volver con los niños. Solo se puede volver a empezar con los niños y los jóvenes, después de que la guerra ha arrasado en cierta medida con todo. Y, con ellos, volver a empezar desde lo esencial, desde lo primordial".
Se han reconstituido comités regionales para trabajar juntos en la formación de los catequistas, y se han unido fuerzas "para empezar a caminar juntos". Lo mismo ocurre con las liturgias y la reanudación de las peregrinaciones, a Mar Musa y a todos los demás monasterios, "para reavivar la memoria, en esta situación de pobreza y sufrimiento que sigue siendo muy grave".
Fuentes: Agence Fides – FSSPX.Actualités
Imagen: Jen Joest