Siro-malabares: nuevo acuerdo para la diócesis "rebelde"

Fuente: FSSPX Actualidad

Mar Raphael Thattil, arzobispo mayor de la Iglesia siro-malabar

El sitio web Asianews informa que el arzobispo mayor Raphael Thattil y el vicario Pamplany han aprobado nuevas normas para la celebración de la misa en la arquidiócesis de Ernakulam-Angamaly, en el centro de una grave crisis dentro de la Iglesia siro-malabar, que dura desde hace décadas, pero que se ha agudizado desde 2017.

Bastará con celebrar al menos una liturgia eucarística dominical según el rito unificado decidido por el Sínodo (en 1999), dejando la posibilidad de otras celebraciones según el rito anterior, cuya prohibición había dado lugar a controversias y a una fractura desde hace años. Ni siquiera los nuevos sacerdotes estarán obligados a celebrar únicamente según el nuevo rito unificado.

Breve historia del origen de la crisis

La Iglesia siro-malabar

Un cierto número de católicos de la India practican un rito siriaco oriental o caldeo. Dependían de la Iglesia siria ortodoxa, situada principalmente en Persia. Estos cristianos sirios se pusieron bajo la autoridad de Roma en 1599 para formar la Iglesia siro-malabar.

Evolución de la liturgia siro-malabar

Los habitantes de Malabar hablan malayalam, pero la lengua litúrgica es el siríaco. Con la llegada de los portugueses, la liturgia sufrió una fuerte latinización. A finales del siglo XIX se produjo una restauración parcial de la autonomía de la Iglesia siro-malabar, lo que generó divergencias sobre su identidad y sobre la cuestión de la reforma litúrgica.

Entonces surgieron dos corrientes que aún persisten. Una minoría quería la restauración completa de la tradición sirio-oriental. Pero la mayoría se oponía, queriendo una inculturación al estilo indio. Pío XII creó una comisión para la restauración de los sacramentos en 1954. Surgió un desacuerdo entre la comisión y los obispos sirio-malabares, lo que provocó una división de la comunidad.

La celebración: ¿frente al pueblo o frente al altar?

Hacia finales de la década de 1960, bajo la influencia del Concilio Vaticano II, se produjo una latinización: todas las diócesis introdujeron la celebración frente al pueblo, total o parcialmente. A finales de la década de 1970, una diócesis favorable a la restauración siríaca presionó para que el celebrante estuviera siempre de cara al altar. Se produjeron largos debates.

El 16 de diciembre de 1992, la Iglesia siro-malabar fue elevada al rango de arquidiócesis mayor, lo que permitió el establecimiento de un Sínodo y otorgó cierta autonomía a esta Iglesia. Y en 1998, Roma confió al Sínodo siro-malabar todo el proceso de revisión litúrgica.

En 1999, el Sínodo decidió por unanimidad que el sacerdote se giraría hacia el pueblo hasta el ofertorio y luego se volvería hacia el altar hasta la comunión. Esta decisión encontró una fuerte resistencia por parte de sacerdotes y fieles que querían mantener "sus tradiciones", tradiciones que no remontaban a más de cincuenta años.

El Sínodo de la Iglesia siro-malabar decidió por unanimidad en 2021 retomar y ratificar esta decisión de 1999. Esto provocó una larga disputa, salpicada en ocasiones de violencia, que parece haberse calmado desde hace un año, sin que se haya encontrado una solución definitiva. La arquidiócesis de Ernakulam-Angamaly fue el epicentro de esta resistencia al Sínodo.

Avances recientes

Una reunión entre el arzobispo mayor y metropolitano de la arquidiócesis, Mar Raphael Thattil, y el vicario metropolitano, Mar Joseph Pamplany, ha dado lugar a un consenso para celebrar una misa conforme a las directrices del Sínodo siro-malabar en todas las iglesias, los domingos y días festivos.

Esta misa se ajusta al rito unificado: prevé una primera parte en la que el sacerdote está de cara al pueblo, pero durante la plegaria eucarística se vuelve hacia el altar. Puede celebrarse en cualquier momento entre las 5:30 y las 10:00 o entre las 15:30 y las 18:00 los domingos. Esta práctica se extenderá también a las siete parroquias que ya celebran la misa de acuerdo con las directrices del Sínodo.

La asamblea también decidió conceder a los 24 sacerdotes recién nombrados los mismos derechos que al clero existente. Anteriormente, los sacerdotes solo eran ordenados tras presentar un compromiso por escrito de no celebrar la misa según el rito adoptado en la arquidiócesis después del Concilio Vaticano II, que prevé que toda la celebración esté orientada hacia el pueblo.

En el marco de la resolución del conflicto, se abolirá la curia de la arquidiócesis y se anularán todos los procedimientos disciplinarios iniciados contra los sacerdotes disidentes. Los administradores de las cuatro decanías nombrados por Mons. Bosco Puthur serán sustituidos.

El clero presente en la reunión subrayó que, en las parroquias donde hay litigios judiciales en curso, las misas dirigidas por el Sínodo solo se introducirán una vez se hayan resuelto dichos litigios. Posteriormente se publicará una circular oficial en la que se detallarán los términos y condiciones del acuerdo.

El padre Joyce Kaithakottil, de la arquidiócesis de Ernakulam-Angamaly, ha comentado esta información a AsiaNews: "Se trata de un paso positivo hacia la paz en la Iglesia. Esperamos y rezamos para que las autoridades no se retiren del acuerdo. En un primer momento, quizá no se aplique al 100%, pero el espíritu es de reconciliación. No queremos poner fin para siempre al excelente legado de la liturgia orientada al pueblo".

Un legado que, como hemos visto, no es el de la tradición, sino que es extremadamente reciente. No obstante, es lamentable constatar que esta disputa haya surgido finalmente del "legado" del Concilio Vaticano II...