Sri Lanka puede volver a enterrar a sus muertos

Fuente: FSSPX Actualidad

Un cementerio católico en Colombo, capital de Sri Lanka

La Iglesia católica en Sri Lanka ha celebrado la reciente decisión del gobierno de revertir la obligación de cremar los cuerpos de los difuntos, independientemente de su voluntad final en este asunto. Una medida adoptada en un país predominantemente budista durante la pandemia de Covid-19 y que ha sumido a los fieles en la consternación y la indignación.

El 8 de enero de 2020 se hizo obligatoria en Sri Lanka la cremación de los cuerpos de los fallecidos por Covid-19. Un decreto recibido favorablemente por la mayoría budista, pero que generó indignación entre las minorías cristiana y musulmana (7% y 10% de la población), que lo vieron como un ataque fundamental a la libertad de practicar su religión a través de sus ritos funerarios.

La jerarquía católica no intervino inicialmente, en un contexto político en el que las relaciones entre Iglesia y Estado ya eran tensas, debido a la acusación de la Iglesia contra las autoridades por negligencia culpable en relación con los atentados de Pascua de 2019 que costaron la vida a 258 fieles: "la cremación de las víctimas de Covid es un problema que afecta a las familias y en el que la Iglesia no quiere intervenir", expresó el Padre Jude Krishantha, portavoz del episcopado.

Por otro lado, la “base” católica no se quedó de brazos cruzados. Varios sacerdotes, religiosas y laicos de diversas denominaciones cristianas decidieron lanzar una petición pidiendo el fin de las cremaciones: “nuestros líderes nos están robando todos nuestros derechos, desde el nacimiento hasta la muerte”, denunció Noël Christeen Fernando, religiosa de las Hermanas de la Caridad.

Estos esfuerzos terminaron dando sus frutos, ya que el 3 de septiembre de 2024 el ejecutivo de Sri Lanka firmó un nuevo decreto sobre los “derechos de entierro y cremación”: a partir de ahora, se garantiza el derecho de cada individuo a elegir entre inhumación y cremación para respetar las propias creencias religiosas”, precisa la nota del gobierno publicada en The Deccan Herald.

Si fuera imposible conocer la voluntad del difunto, "el derecho a decidir si el cuerpo de la persona debe ser enterrado o incinerado se confiará a los familiares, quienes deberán tener en cuenta las preferencias del difunto", concluye la nota.

Los musulmanes también se vieron beneficiados por el cambio de opinión de las autoridades de Sri Lanka, que han decidido aliviar las tensiones comunitarias cuando el país entra en un período preelectoral.

En el islam, la práctica del entierro no conoce excepciones: se basa en la sura 5, 31 del Corán, según la cual Dios le mostró a Caín, a través de un cuervo que rascaba la tierra para enterrar a otro cuervo, la forma de enterrar a su hermano al que acababa de asesinar... Por otra parte, la Iglesia lo solicita, excepto en tiempos de guerra y epidemia cuando tolera la cremación.

En el catolicismo, la cremación es contraria a la tradición cristiana del entierro, que sirve para inculcar en el alma de los fieles las grandes verdades religiosas relativas a la inmortalidad del alma, la resurrección de la carne y la dignidad particular del cuerpo humano, ya que está revestido con el sello del santo Bautismo. Un artículo futuro desarrollará este punto que conviene recordar y explicar hoy.