¿Suavizará el Magisterio su postura sobre los métodos anticonceptivos?

Fuente: FSSPX Actualidad

Monseñor Gilfredo Marengo.

La Iglesia católica siempre se ha opuesto a la anticoncepción. En nuestros días, el Magisterio reafirmó esta condena solemne y definitivamente en la encíclica Humanae Vitae, en 1968. Casi cincuenta años después, parece ser que esta enseñanza se pone en tela de juicio.

El 25 de julio de 1968, el papa Paulo VI publicó la encíclica Humanae Vitae, en donde claramente reafirmó la condena de los métodos anticonceptivos artificiales, es decir, el control de la natalidad. Este documento magisterial, escrito "en virtud del mandato que Cristo nos confió", causó gran conmoción. La doctrina que contiene, eco fiel del Magisterio de sus predecesores y del magisterio ordinario de los obispos de todo el mundo, parece ser infalible y debería ser irreformable.

Cuando se publicó la encíclica, los medios de comunicación de todo el mundo protestaron. Uno de los encabezados leía: "El Papa está en contra de la píldora". Poco popular desde el inicio, Humanae Vitae se convirtió rápidamente en una de las encíclicas más controversiales de la historia; fue fuente de gran polémica en los medios, y muchos teólogos y conferencias episcopales suavizaron su contenido. Según el sociólogo Danièle Hervieu-Lèger, fue con este documento que un gran número de católicos se distanció de las enseñanzas de la Iglesia sobre la moralidad conyugal, la cual fue sometida a una "lenta descalificación" (sic).

Para celebrar el cincuenta aniversario de la publicación de la encíclica, el próximo año, se ha creado un grupo de estudio para investigar el origen del documento. La existencia de este grupo fue revelada por el vaticanista Mario Tosatti, y el profesor Roberto de Mattei publicó un artículo haciendo eco de lo anterior en su Correspondance Romaine del 14 de junio.

Monseñor Gilfredo Marengo, quien es profesor de antropología teológica en el Instituto Pontificio Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia, se encuentra a la cabeza de este grupo. Monseñor Pierangelo Saqueri, presidente del Instituto Pontificio Juan Pablo II, el profesor Philippe Chenaux, profesor de historia de la Iglesia en la Universidad Pontificia de Letrán, y Dom Angelo Maffeis, presidente del Instituto Paulo VI en Brescia, también forman parte del grupo de estudio.

En una entrevista realizada con Radio Vaticano, y publicada el 26 de julio del 2017, Monseñor Marengo habló sobre la misión que le ha sido confiada: "Humanae Vitae debe ser colocada dentro del contexto de todo lo importante y provechoso que la Iglesia ha dicho sobre el matrimonio y la familia durante los últimos 50 años," declaró, y luego añadió que desde un punto de vista histórico y teológico "sería muy provechoso reconstruir el camino hacia la preparación de la encíclica, la cual se elaboró en distintas etapas desde junio de 1966 hasta su publicación el 25 de julio de 1968."

Su investigación se enfocará especialmente en la "complicada historia de la Comisión Pontificia que trabajó desde 1963 hasta 1966, y que al final no pudo proporcionarle (a Paulo VI) lo que necesitaba para escribir la encíclica." Las conclusiones de esta Comisión sugerían abrir la puerta a la anticoncepción artificial, y cuando fueron publicadas en abril de 1967 se provocó una grave crisis de autoridad en la Iglesia. Al año siguiente, el Papa Paulo VI dio una respuesta definitiva a la controversia, pero el daño ya estaba hecho.

Las preparaciones para el aniversario cincuenta de Humanae Vitae y el hecho de que tanto la investigación como el estudio han sido confiados a Monseñor Marengo es motivo de preocupación.

Mientras se llevaba a cabo el trabajo sobre el Sínodo de la Familia, recuerda Roberto de Mattei, Monseñor Marengo sugirió "abandonar el concepto del patrimonio doctrinal de la Iglesia como un sistema cerrado, impermeable a cuestionamientos y provocaciones del aquí y ahora, en el que la comunidad cristiana es llamada a justificar su fe, a través de su proclamación y testimonio."

Más recientemente, el 23 de marzo del 2017, el mismo profesor publicó un artículo en Vatican Insider bajo el sugestivo título Humanae Vitae y Amoris Laetitia: Historias Paralelas. En él, criticó severamente la dubia de los cuatro cardenales sobre la exhortación Amoris Laetitia, y se preguntó si el "polémico juego 'sí a la píldora-no a la píldora', similar a 'sí a la comunión para los divorciados - no a la comunión para los divorciados' de nuestros días, es solamente una apariencia de la incomodidad y tensión, que son mucho más cruciales en la estructura de la vida eclesial." Para Monseñor Marengo, la causa de esta incomodidad y tensión es muy clara: "Cada vez que la comunidad cristiana cae en el error y propone modelos de vida derivados de ideales teológicos demasiado abstractos y casi artificiales, concibe su acción pastoral como la aplicación esquemática de un paradigma doctrinal." Y cita al Papa Francisco: "Nosotros también hemos propuesto un ideal teólogico del matrimonio demasiado abstracto y casi artificial, muy lejano de las situaciones concretas y las posibilidades prácticas de las familias reales. Esta excesiva idealización, especialmente cuando no hemos podido inspirar confianza en la gracia de Dios, no ha ayudado a hacer al matrimonio más deseable o atractivo, sino todo lo contrario." (Exhortación Apostólica Amoris Laetitia, marzo 19, 2016, parr. 36).

Roberto de Mattei se pregunta si las cuestiones de la fe y la moral realmente se pueden reducir a este tipo de juego polémico sin conducir, inevitablemente, a la relativización de la doctrina de la verdad en beneficio de la práctica pastoral. Esto último, a diferencia de "los ideales teológicos demasiado abstractos y casi artificiales", puede justificar cualquier comportamiento en nombre del curso de la vida, según el principio modernista del inmanentismo.

Por su parte, Thibaud Collin, en L'Homme Nouveau del 18 de julio del 2017, mostró su preocupación por esta voluntad ciega de un "cambio de paradigma", que podría debilitar el impacto de la condena hacia los anticonceptivos proclamada hace cincuenta años. En nombre de la "conversión pastoral" tan apreciada por el Papa Francisco, debemos temer resultados lamentables respecto al control de la natalidad, igual que los producidos por ciertos pasajes del Capítulo 8 de Amoris Laetitia sobre la indisolubilidad del vínculo matrimonial.

También señaló que Monseñor Pierangelo Sequeri, presidente del Instituto Pontificio Juan Pablo II y miembro del grupo de estudio Humanae Vitae, fue uno de los organizadores del congreso celebrado el 25 de mayo del 2012, en la Universidad Gregoriana Pontificia de Roma. Nacido como una iniciativa de las conferencias episcopales de Alemania, Francia y Suiza, el objetivo de este congreso fue "reflexionar sobre los medios para relajar las normas de la moralidad conyugal," escribió Thibaud Collin.

En respuesta a estas preocupaciones, Nicolas Senèze habló en La Croix (junio, 26, 2017) de rumores infundados, y para abordar las alegaciones de Mario Tosatti explicó que el papa no creó una comisión secreta para releer y reinterpretar Humanae Vitae a la luz de Amoris Laetitia. Lo único que hizo fue dar permiso a un historiador de consultar los archivos sobre la preparación de la encíclica del Papa Paulo VI. El periodista cita a un miembro anónimo de la comisión de investigación: "No se ha tomado ninguna decisión respecto a lo que se hará con el material: en lo personal, si esta comisión estuviera enfocada a reinterpretar Humanae Vitae, no hubiera aceptado formar parte de ella. Para mí, esto se trata, principalmente, de facilitar al público el acceso a los documentos del origen de la encíclica. El objetivo de nuestra labor es publicar documentos que presenten un verdadero interés científico para la comprensión de los hechos. No es cambiar la doctrina en lo más mínimo." Lo tendremos en cuenta.

Ciertamente será interesante seguir los debates y estudios que surgirán junto con el aniversario cincuenta de la encíclica Humanae Vitae. Sin embargo, la perplejidad continúa, especialmente cuando Monseñor Marengo afirma su deseo de que al final de esta misión que le ha sido confiada, pueda ser "posible hacer a un lado las lecturas parciales del texto" (¿cuáles, exactamente?) y "comprender las intenciones y preocupaciones que movieron a Paulo VI a resolver la cuestión de la forma en que lo hizo." Esto es especialmente cierto porque parece lamentar el hecho de que "en ese entonces, la procreación era vista por muchos como el objetivo primario del matrimonio". (sic)

Vini Ganimara, en el sitio web Riposte Catholique (julio, 18, 2017), considera que al traer de vuelta el trabajo de la Comisión que en 1967 habló en favor del control de la natalidad y de la no infalibilidad de los documentos magisteriales precedentes sobre la cuestión, el grupo de estudio reavivará la llama de la controversia: "Traer de vuelta hoy estos documentos sólo puede tener un resultado explosivo." El tiempo lo dirá.

Que este cincuenta aniversario sea una ocasión para recordar la verdad católica en vez de aumentar la confusión entre los fieles.