Sudáfrica, base retaguardia del Estado Islámico

Fuente: FSSPX Actualidad

Monseñor Sithembele Anton Sipuka

La organización Estado Islámico está presente en Sudáfrica y hace de este país un centro de financiación de sus actividades terroristas: es lo que denuncia el presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de África Austral (SACBC), que deplora la pasividad del gobierno.

“En cuanto a los recientes informes sobre la presencia de individuos vinculados a la organización Estado Islámico (EI) en Sudáfrica y las transacciones financieras que realizan aquí, no he escuchado muchas reacciones por parte del gobierno. Quizás las autoridades consideren estos hechos insignificantes…”

Monseñor Sithembele Anton Sipuka, obispo de Umtata, no se anduvo con rodeos en el discurso pronunciado el 5 de agosto de 2024 en la apertura de la asamblea plenaria de la Conferencia de Obispos Católicos de África Austral (SACBC), de la que es presidente.

Para el prelado, esta cuestión “debe ser abordada con valentía por las autoridades políticas, porque el EI está causando estragos en África, en particular en Mozambique, en la provincia de Cabo Delgado”, según la Agencia Fides. Varios informes internacionales son claros: la organización terrorista utiliza Sudáfrica como centro financiero.

En marzo de 2022, “el Departamento del Tesoro de Estados Unidos designó a determinadas personas y entidades que operan en Sudáfrica detrás de operaciones de financiación del grupo yihadista”, explica Fides. "Las autoridades estadounidenses designaron en particular a una persona afincada en Durban que financiaba las actividades del EI en la República Democrática del Congo gracias a fondos obtenidos mediante actividades delictivas (extorsión, secuestro)", según la misma fuente.

Otra persona señalada por Estados Unidos “actuó en Ciudad del Cabo, donde entrenó a reclutas del EI”, mientras que “otras células de la organización, con base en Sudáfrica, transportaban fondos y tecnologías y otros bienes materiales a los yihadistas que aterrorizaban Mozambique y Somalia”.

“El cóctel sudafricano es explosivo”, según Jeune Afrique: “un sistema financiero operativo, una comunidad musulmana numerosa y activa, corrupción endémica y organizaciones criminales estructuradas de larga data”.

En marzo de 2024, el Counter ISIS Finance Group (CIFG), organización internacional patrocinada por Estados Unidos, Arabia Saudita e Italia, “publicó un informe sobre las actividades financieras de la organización yihadista en África”, informa Fides.

Esto indica que "los bancos con sede en Sudáfrica se han convertido en intermediarios para las transferencias de fondos del EI, y la organización terrorista utiliza estos canales para transferir fondos desde su sede continental en Somalia, la Dirección General de las provincias, hacia sus células regionales", continúa Fides.

El dinero también circula a través de “multitud de transferencias de sumas demasiado pequeñas para llamar la atención. Alrededor de 315 millones de euros habrían salido de Sudáfrica hacia Kenia, Somalia, Nigeria y Bangladesh, a través de 57,000 tarjetas SIM no registradas, entre 2020 y 2021, según una investigación del semanario sudafricano Sunday Times", reporta Jeune Afrique.

Otros fondos fluyen a través del sistema hawala, un método de pago informal basado en la confianza que es incluso más complejo de rastrear que las transferencias bancarias.

Monseñor Sipuka finalmente mencionó un grave incidente ocurrido en Sudáfrica: "el descubrimiento, en la provincia de Limpopo, de un campamento militar donde se entrenaba a 95 reclutas libios", cita la Agencia Fides. Resulta que estos hombres pertenecen a las fuerzas del mariscal Haftar, el hombre fuerte de Cirenaica (Libia) que lucha contra los islamistas.

Y el presidente del SACBC pregunta: si era posible proporcionar entrenamiento militar a los hombres de Haftar sin la autorización de las autoridades sudafricanas, ¿es posible también que existieran campos de entrenamiento para yihadistas?