Tierra Santa: “el diálogo interreligioso es un fracaso”
El cardenal Pierbattista Pizzaballa de visita en Gaza
El cardenal Pierbattista Pizzaballa, patriarca latino de Jerusalén, hizo hincapié en el fracaso del diálogo político e interreligioso en Tierra Santa e instó a la Iglesia católica a evitar la “tentación fácil” de una respuesta política al conflicto. “Una paz verdadera y duradera llevará mucho tiempo, ahora debemos trabajar por el fin de las hostilidades, por un alto el fuego”, dijo en Roma el 2 de mayo de 2024.
El cardenal Pizzaballa – franciscano italiano creado cardenal por el Papa Francisco en septiembre de 2023 – tuvo que posponer la toma de posesión de su parroquia titular en Roma, Sant’Onofrio, – programada para el 15 de abril, después de una ofensiva iraní contra Israel el 13 de abril. La ceremonia tuvo lugar el 1 de mayo de 2024 y fue seguida, al día siguiente, por una lectio magistralis en la Pontificia Universidad Lateranense sobre el tema: Caracteres y Criterios para una Pastoral de la Paz.
En su intervención en Letrán, el cardenal subrayó que este conflicto revela la “crisis creciente de las organizaciones multilaterales como las Naciones Unidas”, pero también la “debilidad de la comunidad política internacional” y local. Sin embargo, insistió en que la Iglesia no tiene vocación para entrar en “dinámicas de negociación política”, considerando esto como una “tentación fácil” contraria a su misión en favor de la paz.
Pero el patriarca también lamentó que las palabras de los líderes religiosos estuvieran “muy ausentes en esta guerra. (…) Salvo algunas excepciones, no hemos escuchado en los últimos meses, de las autoridades religiosas, discursos, reflexiones u oraciones diferentes a las de cualquier otro líder político o social”, señaló.
El cardenal pidió la cooperación de otras Iglesias y comunidades religiosas, advirtiendo que si las religiones entran en la lucha política, como ocurre a menudo en Tierra Santa, “se convierten en aceite arrojado al fuego”. Insistió en el valor del diálogo interreligioso que, si es auténtico, crea una mentalidad de paz.
Luego lamentó que la situación “nunca volverá a ser la misma, al menos entre cristianos, musulmanes y judíos”, dando algunos ejemplos: “El mundo judío no se sintió apoyado por los cristianos y lo expresó claramente.
"Los cristianos, a su vez, divididos como siempre en todo, incapaces de una palabra común, o están divididos sobre el apoyo a uno u otro bando, o están inseguros y desorientados. Los musulmanes se sienten atacados, considerados cómplices de las masacres cometidas el 7 de octubre... En resumen, después de años de diálogo interreligioso, nos encontramos sin entendernos".
El patriarca, que vive en Tierra Santa desde 1990 y es desde hace mucho tiempo responsable de la pastoral de los católicos de lengua hebrea, calificó esta constatación como "un gran dolor, pero también una gran lección" desde un punto de vista personal.
“Lo que está sucediendo en Tierra Santa es una tragedia sin precedentes”, comentó Monseñor Pizzaballa. "Además de la gravedad del contexto militar y político, que se está deteriorando cada vez más, también se está deteriorando el contexto religioso y social", subrayó.
"El surco de división entre las comunidades, los escasos pero importantes contextos de coexistencia interreligiosa y civil se están desintegrando gradualmente, con una actitud de desconfianza que crece cada día. Un panorama desolador".
“La paz parece hoy una palabra lejana, utópica y sin sentido, cuando no es objeto de una explotación interminable”, reconoció el patriarca. Para resolver esta crisis, los líderes políticos y religiosos tendrán que tener en cuenta "la enorme carga de heridas, dolor, resentimiento e ira" que resulta del conflicto, insistió.
El cardenal invitó a los responsables a centrarse en el perdón, la verdad y la justicia. Antes de la conferencia, el cardenal Pizzaballa dijo a la prensa que un alto al fuego representaría “el primer paso hacia otras medidas de carácter político, todas las cuales, sin embargo, deben construirse”.
Y explicó que entonces sería necesario liberar a los rehenes israelíes, por un lado, y al menos a algunos presos políticos palestinos, por el otro. El papel de la Santa Sede “no es participar en la mediación, especialmente en relación con realidades tan complejas y problemáticas, sino crear las condiciones y los contextos para que esto suceda”, afirmó.
El cardenal Pizzaballa habló finalmente de la situación de los 462 refugiados de la parroquia católica latina de Gaza. Destacó la cercanía del Papa Francisco que llama todos los días al sacerdote y le envía ayuda. El prelado afirmó que la situación militar en Gaza es más tranquila que después de los ataques del 7 de octubre, pero sigue siendo "precaria y difícil" debido a la falta de agua y alimentos. “Están aguantando, son valientes”, insistió.
Fuentes: cath.ch/imedia/vatican news/DICI n°444 – FSSPX.Actualités
Imagen: © Patriarcat Latin de Jérusalem