Un cisma dentro del cisma: la crisis se agudiza en el mundo ortodoxo

Fuente: FSSPX Actualidad

En octubre del 2018 estalló una grave crisis que está sacudiendo al mundo ortodoxo. Según el diario Courrier de Russie, la situación es vista como "un drama mundial, comparable al gran cisma de 1054 que provocó la separación entre las Iglesias del Este y del Oeste."

¿Qué fue lo que pasó exactamente?

Después de un Sínodo de dos días en Estambul, del 10 al 11 de octubre de 2018, el Patriarcado de Constantinopla, una autoridad espiritual y simbólica para los cristianos ortodoxos, anunció su decisión de reconocer la independencia de la Iglesia de Ucrania de la autoridad religiosa de Moscú. Como consecuencia de lo anterior, también restableció "en sus funciones jerárquicas" al Patriarca Filaret Denisenko, quien autoproclamó un Patriarcado independiente de la autoridad rusa tras la independencia de Ucrania en 1991 y fue excomulgado por el Patriarcado de Moscú al año siguiente. Este último reaccionó enérgicamente, afirmando que Constantinopla había tomado "una decisión catastrófica, para sí misma y para el mundo ortodoxo en general", según declaraciones de Alexander Volkov, portavoz del Patriarca ruso Kirill, quien fue citado por la agencia de noticias rusa Ria Novosti. Al "legalizar un cisma", el Patriarcado de Constantinopla "cruzó una línea", añadió. Una línea que nunca antes se había cruzado, ya que ninguna Iglesia en el mundo había reconocido al Patriarcado de Kiev desde su creación en 1992.

Moscú: "Constantinopla está en cisma"

Tras haberse reunido para un sínodo en Minsk (Bielorrusia), el lunes 15 de octubre, la Iglesia ortodoxa rusa decidió romper todos los vínculos con el Patriarcado de Constantinopla. La declaración acusa al "Patriarcado de Constantinopla de atentar contra el territorio canónico de la Iglesia ortodoxa rusa" y pide a todo el clero del Patriarcado de Moscú "no concelebrar con el clero del Patriarcado de Constantinopla" y a los laicos "no recibir los sacramentos de manos de los sacerdotes" del Patriarcado de Constantinopla, mientras sus decisiones no sean revocadas. "Para nosotros, el hecho de que el Patriarcado de Constantinopla haya reconocido una estructura cistmática significa que el mismo está en cisma", declaró el Metropolitano Hilarión del Patriarcado de Moscú.

Unos días antes, el 8 de octubre de 2018, durante una celebración en Rusia, Kirill I, Patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, quien seguramente ya había sido informado de la decisión tomada por Constantinopla, declaró: "¡todas las fuerzas del mal están unidas para separar a la Iglesia ucraniana de la Iglesia ortodoxa rusa unificada!" Asimismo, acusó de manipulación a los "poderes políticos".

Un contexto de conflicto político y militar

Efectivamente, el presidente de Ucrania, Petro Porochenko, "intervino personalmente", transmitiendo él mismo la solicitud del Patriarcado de Kiev a Constantinopla. En la tarde del 11 de octubre, hizo una aparición televisiva para elogiar un "nuevo acto de la independencia de Ucrania" y el fin de "la ilusión imperial y las fantasías jingoístas" de Moscú, afirmando que se trataba de una "cuestión de seguridad nacional" y que era necesario "cortar todos los tentáculos del país atacante".

El jefe de Estado ucraniano, que se encuentra en campaña para ser reelegido en marzo de 2019, no dudó en utilizar la religión como uno de los principales conceptos de su campaña. Carteles que muestran frases como "Ejército, Idioma (ucraniano), Fe" se pueden ver por todo el país. "Les garantizo que el gobierno protegerá a los sacerdotes (...) que decidan por su propia voluntad abandonar" el seno de Moscú, añadió el 11 de octubre en su cuenta de Twitter.

El Departamento de Estado de los Estados Unidos alentó abiertamente, mediante una declaración publicada el pasado mes de septiembre, el reconocimiento de una Iglesia ortodoxa autocéfala en Ucrania, y el Patriarcado de Constantinopla mantiene una relación muy estrecha con Estados Unidos.

A riesgo de provocar tensiones, es probable que se ejerza presión sobre los fieles para que se unan a la nueva Iglesia ucraniana o permanezcan en la Iglesia adscrita a la autoridad histórica de Moscú, que todavía tiene la mayoría entre el clero y está decidida a mantener las cosas de este modo; el Patriarcado de Moscú gobierna 11,392 iglesias y 12,328 comunidades de creyentes (únicamente 3,784 iglesias y 5,114 comunidades se han ido con su rival).

El Metropolitano Hilarión, jefe de diplomacia del Patriarcado de Moscú, anunció la ruptura con el Patriarcado de Constantinopla en Minsk el 15 de octubre de 2018.

El Metropolitano Hilarión, en Minsk, el 15 de octubre de 2018

Constantinopla y Moscú compiten por el liderazgo del mundo ortodoxo

De acuerdo con el diario ruso, Izvestia, esta ruptura obliga necesariamente a "todo el mundo ortodoxo a elegir" entre Constantinopla y Moscú. Al día siguiente de que el Patriarcado de Moscú anunciara su decisión de romper todos los vínculos con Constantinopla, las distintas Iglesias ortodoxas reaccionaron. Mientras que las Iglesias ortodoxas de Georgia, Bulgaria, Rumania y Polonia parecen haber optado por la neutralidad, Moscú recibió el apoyo de otros ex Patriarcados, como el de Alejandría y Antioquía.

La Iglesia ortodoxa de las Tierras Checas y de Eslovaquia también expresó su apoyo a Moscú mediante una carta del arzobispo Rotislav al Patriarca ruso Kirill, pidiéndole condenar "cualquier intento de legalizar a los cismáticos ucranianos".

En los Balcanes, la Iglesia ortodoxa serbia también se unió al bando de Moscú. El Patriarca serbio Irinej habló sobre "una decisión que conduce a la ruptura" y "abre la posibilidad de forma clara e inequívoca a nuevas divisiones dentro de otras Iglesias" en el resto de mundo.

El Metropolitano de la Iglesia serbia en Montenegro, Amfilohije, considera "catastrófica" para la unidad de la ortodoxia la decisión tomada por el Patriarca Bartolomé de Constantinopla. "La Iglesia ortodoxa no cuestiona su estatus de primacía honoraria en la Iglesia ortodoxa, pero eso no le da derecho a entrometerse de este modo en la vida de otra Iglesia local," declaró. 

Ahora más que nunca esta cuestión de la "primacía honoraria" del Patriarcado de Constantinopla en el mundo ortodoxo es una fuente de disputa, lo que indudablemente explica por qué está recibiendo mucho menos apoyo que Moscú. "Actualmente, el mundo ortodoxo no es unánime en cuanto al "porqué" de la primacía de Constantinopla", explicó el Padre Jivko Panev, un sacerdote ortodoxo que da clases en el Instituto de Teología de Saint-Serge en París.

Como señala el diario Courrier de Russie, "para los tradicionalistas, ésta es una oportunidad perfecta para hacer realidad su sueño de una Tercera Roma Moscú que reemplazará a la Segunda, Constantinopla, considerada demasiado progresista." El sector más conservador de la Iglesia rusa quiere llevar las cosas aún más lejos y convocar un concilio ecuménico para derrocar al Patriarca Bartolomé de Constantinopla y reconocer el dominio de Moscú sobre el mundo ortodoxo.

Estas peleas bizantinas distan mucho de la unidad romana, la única base establecida por Cristo en la tierra para construir su Iglesia...