Un fruto sinodal: introducir la poligamia en el derecho canónico
Los participantes del foro
Es cierto que la propuesta no emanó de la Curia Romana, pero el hecho de que se debatiera en una mesa redonda organizada por la Universidad Ludwig-Maximilian, en Múnich, es sintomático de la actual situación posterior al Sínodo sobre la Sinodalidad, que ha ensanchado las brechas abiertas por el Concilio Vaticano II para "que penetre" el espíritu del mundo en la Iglesia.
Según la página web cath.ch, el 22 de noviembre de 2024 se celebró una mesa redonda titulada "Derecho Canónico Intercultural", organizada por la revista Nomok@non, "una revista web universitaria sobre religión y derecho", explica la agencia suiza de noticias religiosas.
De forma relevante, el sitio señala que la cuestión de la pluralidad cultural "ganó visibilidad con ocasión del Sínodo sobre la Sinodalidad". Y en este foro, dos "expertos", los profesores Matthias Pulte, de la Universidad Johannis-Gutenberg, de Maguncia, y Nike Ongono, de la Universidad Ludwig-Maximilian, de Múnich, ambos de origen centroafricano, debatieron sobre el valor del derecho canónico actual.
El punto central fue que el derecho canónico está muy vinculado a la cultura europea, e incluso entrelazado con ella, ya que deriva del derecho romano y germánico. Esto plantea un problema de universalismo, dado que la Iglesia está hoy extendida por los cinco continentes, en condiciones de culturas muy diversas.
Tras recordar el valor y el significado de la familia en la eclesiología africana, y su papel central, el profesor Nike Ongono abordó el hecho de que la poligamia -un hombre que tiene varias esposas- "pertenece a la cultura en África Occidental y Central", una forma que no está reconocida por el derecho canónico.
Pero mientras que el otro ponente, el profesor Pulte, no veía margen de maniobra en esta situación, Nike Ongono insistió en que la poligamia era una realidad e hizo un llamamiento para desarrollar soluciones adaptadas pastoralmente. Esto provocó, sin embargo, ciertas protestas.
Pero al final se aceptó que "la Iglesia viene a traer a Cristo, no una cultura o un grupo étnico". Y que "los europeos deben darse cuenta primero de hasta qué punto la forma actual del derecho canónico y de la teología están estrechamente ligadas a su propia cultura". Y que, por tanto, debe adaptarse en los distintos lugares para que refleje la cultura en la que está implantada la Iglesia.
Algunos comentarios
Que existen vínculos entre el derecho canónico y la cultura europea es innegable, porque nació y se desarrolló en el seno de una sociedad concreta, en un periodo determinado de la historia. Pero, ¿significa esto que no es universal? Planteemos la cuestión de otro modo: ¿es universal el dogma sobre el que se construye el derecho canónico? ¿O debe adaptarse a las diferentes regiones y culturas?
Es más, la cuestión que nos ocupa fue decidida por Nuestro Señor Jesucristo cuando vivía en una sociedad semítica -no romana o germánica- para abolir una forma de poligamia, un abuso contrario a la institución divina del matrimonio. Pues la poligamia, sucesiva y no simultánea, era practicada por ciertos miembros de la comunidad judía de aquella época.
Es, pues, un error abismal -o más bien un alarde colosal tratándose de personas que no pueden ignorar la verdad- querer vincular la prohibición de la poligamia prescrita por el derecho canónico a una cuestión cultural ligada al derecho romano o germánico, y proponer adaptarla según la cultura y el lugar.
Por último, ciertamente no debemos tratar de culpar de todo a la sinodalidad, pero es innegable que la "descentralización" de la que el Papa Francisco ha estado hablando durante años, y que fue uno de los puntos importantes discutidos en el Sínodo -a veces solo para ser pospuesto- facilita o incluso fomenta este tipo de debate, que es destructivo para la fe y la disciplina.
Fuente: cath.ch – FSSPX.Actualités
Imagen: © Ludwig-Maximilian Universität