Un informe de la USCIRF destaca el colapso de la libertad religiosa en China
La United States Commission on International Religious Freedom (USCIRF), encargada de evaluar la libertad religiosa en todo el mundo, ha elaborado un informe condenatorio para China, cuyo gobierno busca explotar las religiones con el objetivo de utilizarlas para sus propósitos: el establecimiento y fortalecimiento del comunismo.
El sitio Bitter Winter, que publica periódicamente información sobre la libertad religiosa en China, recibió con satisfacción este informe. Recuerda que la USCIRF es una comisión independiente del gobierno federal estadounidense, creada por la Ley sobre Libertad Religiosa Internacional de 1998 (IRFA). Sus comisionados son nombrados por el presidente y por los líderes demócratas y republicanos del Congreso.
El informe está fechado en septiembre de 2024 y se titula: “Sinización de la Religión: la política religiosa coercitiva de China”. Es, según Bitter Winter, “uno de los documentos más completos hasta la fecha sobre cómo el Partido Comunista Chino (PCCh) está 'sinicizando' todas las religiones”, lo que no significa hacerlas “más chinas” sino obligarlas 'a convertirse en simples portavoces del régimen'”.
Breve reseña histórica
El informe recuerda que "China es oficialmente un Estado ateo y su gobierno siempre ha visto la religión como una influencia negativa en la sociedad. Durante la Revolución Cultural, de 1966 a 1976, las autoridades buscaron erradicar completamente la religión, destruyendo miles de lugares de culto, encarcelando, torturando y matando a líderes religiosos y fieles".
El texto estima que hay entre 350 y 850 millones de creyentes en un país de 1,400 millones de habitantes. En 2021, los budistas representaban, según fuentes estadounidenses, el 18% de la población, incluidos los tibetanos, el 5% cristianos -especialmente católicos- y el 2% musulmanes.
El control del Estado sobre las religiones
“Las autoridades chinas”, dice el informe, “intentan ejercer un control total sobre la religión a través de una extensa y compleja red de leyes, regulaciones y políticas estatales que implementan el PCCh y varias agencias gubernamentales. En el centro del control institucional de la religión por parte del PCCh se encuentran siete organizaciones religiosas nacionales controladas por el Estado, a menudo llamadas “asociaciones religiosas patrióticas”, y sus ramas locales.
“El Departamento de Trabajo del Frente Unido (UFWD) del PCCh y la Administración Estatal de Asuntos Religiosos (SARA) del gobierno supervisan las organizaciones religiosas controladas por el Estado, que son responsables de gestionar los asuntos religiosos de las cinco religiones oficialmente reconocidas: budismo, catolicismo, islam y protestantismo y taoísmo.
"Los grupos religiosos que pertenecen a cualquiera de estas cinco religiones deben registrarse ante el gobierno para poder practicar legalmente y someterse a supervisión y control intrusivos por parte de organizaciones religiosas controladas por el Estado, el gobierno y, en última instancia, por el PCCh".
El PCCh, explica también el informe, ha trabajado para erradicar otros grupos religiosos como el Falun Gong, la Iglesia de Dios Todopoderoso, que no son reconocidos. Utilizando la Asociación China Antisectas, el Ministerio de Seguridad Pública y la disposición antisectas (artículo 300), se llevaron a cabo campañas de eliminación, con detenciones y encarcelamientos masivos.
La teoría de la sinización
El informe define la sinización como “un proceso de adoctrinamiento político que integra al PCCh y su ideología política en todos los aspectos de la vida religiosa, desde las creencias religiosas mismas hasta la estructura física de los lugares de culto”.
Su “objetivo es transformar a los creyentes y las instituciones religiosas en receptáculos perfectos del PCCh y erradicar todas las influencias percibidas como ajenas al PCCh” que el gobierno a menudo estigmatiza como “extranjeras”, y subyugar a las comunidades étnicas minoritarias mediante la asimilación forzada.
Las nuevas leyes religiosas introducidas recientemente y los nuevos “planes de trabajo quinquenales de sinización” (2023-2027) persiguen este objetivo con respecto a las religiones autorizadas. "Estos principios ideológicos guían el enfoque del Estado para imponer la sinización, lo que resulta en una severa represión y violaciones flagrantes de la libertad religiosa para grupos e individuos religiosos que no abrazan ni encarnan la ideología del PCCh".
La práctica de la sinización
El PCCh, señala el informe, "también tiene como objetivo a los cristianos católicos y protestantes para sinizarlos. El gobierno ordena la retirada de cruces de las iglesias, reemplaza imágenes de Jesucristo o de la Virgen María por imágenes del presidente Xi, exige la exhibición de lemas del PCCh en las entradas de las iglesias, censura textos religiosos, impone documentos religiosos aprobados por el PCCh y exige que el clero predique la ideología del PCCh".
El informe señala que “las organizaciones religiosas cristianas controladas por el Estado – como la Asociación Patriótica de Católicos de China – han impulsado y aplicado restricciones a la religión”, mientras que “decenas de millones de cristianos han optado por no unirse a estas organizaciones y practicar su culto independientemente."
El sitio web Bitter Winter concluye: "Esperamos que este documento sea ampliamente leído, incluso en el Vaticano, donde últimamente parece prevalecer una visión demasiado optimista de la situación del catolicismo en China, como lo demuestran las declaraciones del Papa Francisco en su viaje de regreso desde Singapur el 13 de septiembre". Aplaudimos esta conclusión con ambas manos.
Fuentes: Bitter Winter/Uscirf – FSSPX.Actualités
Imagen: USCIRF