Un judoka suspendido por santiguarse antes de una pelea olímpica

Nemanja Majdov
El escándalo de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París ofendió a Nuestro Señor Jesucristo y despreció la fe de miles de millones de personas. No hubo ninguna disculpa real por parte de los responsables. Sin embargo, un judoka fue sancionado con 5 meses de suspensión por haberse santiguado antes de entrar al tatami durante esos mismos juegos.
Se trata del judoca de nacionalidad serbia, Nemanja Majdov, quien fue campeón mundial en 2017 y campeón de Europa en 2023, en la categoría de menos de 90 kg, y que también fue subcampeón mundial en 2024. El judoca indicó en sus redes sociales que había recibido una carta de la Federación Internacional de Judo por haberse santiguado antes de un encuentro:
“En el quinto día de los Juegos Olímpicos de París, el 31 de julio de 2024, usted mostró un claro signo religioso al subir al tatami antes de su pelea de octavos de final en la categoría de -90 kg contra el señor Theodoros Tselidis”, indicó la FIJ en una carta dirigida al judoka y a la Federación Serbia de Judo.
“Hace quince días recibí una notificación de la Federación Internacional de Judo (FIJ) sobre una suspensión de cinco meses por violar códigos religiosos. En concreto, por hacer la señal de la cruz al entrar a una pelea en los Juegos Olímpicos. Tengo prohibido participar en todos los torneos, campos de entrenamiento y sesiones de entrenamiento”, explicó Majdov.
El sitio L'esprit du judo comentó este asunto con el titular "Namanja Majdov suspendido". El sitio aporta un pequeño matiz: "El judoka serbio de 28 años fue sancionado por haber hecho la señal de la cruz antes de subir al tatami para su combate en octavos de final durante los Juegos Olímpicos. Pero también, sin duda, por sus vehementes protestas tras recibir un tercer shido [penalización]".
Señala que esta sanción “fue seguida de otras dos advertencias recibidas por el mismo motivo [la señal de la cruz] el 10 de abril de 2018 y el 24 de febrero de 2022”. Y añade que se trata de “un gesto religioso prohibido por el artículo 3 del código ético de la FIJ, que otros judokas hacen habitualmente como el georgiano Lasha Bekauri, por ejemplo. Queda ver si ellos también serán advertidos o suspendidos”.
Es posible comprender que las federaciones deportivas deban poner cierto orden en su disciplina, en aspectos que podrían, en determinadas situaciones, adquirir un carácter invasivo. Pero es absolutamente imposible comprender la proscripción de una señal silenciosa de la cruz, signo de nuestra salvación.
Esta prohibición sustrae una parte de la actividad del cristiano de lo que más valora: su fe. El deporte no debe desviarse de esta influencia. La FIJ no puede erigirse en juez en un asunto así y prohibir a un atleta católico testificar sobre lo que lo impulsa a lo largo de su vida.
Fuente: InfoCatolica/L’esprit du judo – FSSPX-Actualités
Imagen: X / Nemanja Majdov