Un signo de esperanza para los cristianos en Irak

Fuente: FSSPX Actualidad

En la Llanura de Nínive, el renacimiento de un convento dominico destruido por los yihadistas constituye un signo de esperanza para los cristianos aún presentes en el lugar, y un estímulo para aquellos que han emigrado, para encontrar la tierra de su bautismo.

Una reconstrucción que va "más allá de las piedras y los ladrillos", y que es signo de "vida y esperanza para toda una comunidad". Con emoción no fingida, Monseñor Paolo Thabit Mekko, obispo católico caldeo de Alqosh, una diócesis ubicada en el Kurdistán iraquí, recuerda el renacimiento del convento de San José de Batnaya.

Dirigido por religiosas dominicas, el convento fue destruido durante la ocupación del pueblo por los yihadistas de la organización Estado Islámico (EI).

Un convento reconstruido con ayuda del extranjero, inaugurado por Monseñor Mekko y reinvertido por las religiosas el 18 de diciembre de 2022: simboliza la resurrección de toda una región donde los seguidores del EI, en su furor iconoclasta, decapitaron las estatuas de las iglesias, profanando las paredes con consignas anticristianas.

"Batnaya se había convertido en un pueblo fantasma después de que el EI se marchó, y algunos se preguntaban si todavía tenía futuro", recuerda Caroline Hull, directora de la sección británica de Catholic News Agency.

Al regresar de un reportaje en la Llanura de Nínive, el periodista señaló: "El nuevo convento de las religiosas es una señal de que el cristianismo aún puede prosperar y tener un futuro en este lugar".

Porque Batnaya fue uno de los centros más importantes de presencia cristiana en la Llanura, antes de la ocupación del EI. Hasta 2014 vivían allí unas 5,000 personas, en su mayoría católicos caldeos, pero casi todos huyeron cuando llegaron los islamistas, buscando refugio en el Kurdistán iraquí.

Tres años después, el Estado Islámico fue derrotado militarmente, pero en 2023 la reconstrucción de la región todavía tiene problemas para avanzar, por falta de recursos, y también por temores a un hipotético regreso de los yihadistas.

Por no hablar de las minas antipersonal enterradas, y el vasto sistema de túneles desarrollado por los yihadistas, que retrasan aún más los trabajos de reconstrucción.

Entre los que han decidido regresar, están las religiosas dominicas que, en 2017, se mudaron temporalmente a una casa en la Llanura que un cristiano de Telskuf puso a su disposición, y luego regresaron a su convento una vez finalizada la reconstrucción.

Por su parte, Monseñor d'Alqosh cree en el futuro de los cristianos de la Llanura de Nínive: "La presencia de las religiosas […] es un signo de aliento para que todos regresen a sus casas", espera Monseñor Mekko. "Tu nombre y tu identidad están en Batnaya, tus raíces están en Batnaya, no en los lugares de emigración", declaró. 

Y concluye: "Nosotros, los cristianos de Irak, tenemos una herida profunda, y es por la fe que esta herida sanará".