Un testimonio de primera mano de la persecución contra los cristianos en Nigeria

"En Nigeria, realmente he visto el horror. Y un horror del que no se habla. O del que se habla muy poco. En otras palabras, se trata del inicio de una masacre metódica de cristianos en Nigeria. Ya sea por la gente de Boko Haram o las milicias de Fulanis, el hecho es que existe una intención genocida".

Bernard-Henri Lévy ha levantado la voz anteriormente contra las masacres perpetradas en Bosnia y Herzegovina, en Ruanda, o acerca de la guerra en Libia que condujo a la caída del coronel Mouhamar Khadafi; sin embargo, esta vez el filósofo quiere alertar a la opinión pública sobre una masacre contra los cristianos en el Sahel.

En su calidad de enviado especial a Nigeria en representación del semanario de gran circulación Paris Match, "BHL" se reunió con algunas víctimas cristianas de los islamistas. Así fue como conoció a una mujer llamada Jumai Victor. Esta madre de familia vio a los Fulanis irrumpir en su pueblo una noche de julio, incendiar las casas y matar a cuatro de sus hijos ante sus propios ojos.

Sobrevivió al ataque únicamente gracias a que estaba embarazada. La historia es conmovedora: "cuando llegó su turno y los atacantes vieron que estaba embarazada, comenzó una discusión entre ellos: algunos no querían ver el destripamiento, por lo que decidieron únicamente cortarle el brazo, con un machete, como en una carnicería: primero los dedos; luego la mano, el antebrazo y luego el resto, cuando el último del grupo se quejó de que no había tenido su parte".

Los autores de estos abusos tienen un nombre: Fulanis, es decir, los nómadas provenientes del grupo étnico Peule, que son en realidad "islamistas de un nuevo género, más o menos vinculados a Boko Haram (...), un Boko Haram reubicado, multiplicado" y que "mata a los cristianos con un ensañamiento y en una escala de tal magnitud que ni siquiera los cristianos de Oriente habían padecido".

El filósofo se reunió con uno de estos Fulani en territorio seguro, en Lagos. Fue allí donde un hombre llamado Abdallah le explicó su visión de los cristianos: "Los cristianos son perros e hijos de perros. Usted les llama cristianos. Pero, para nosotros, son traidores. Tomaron la religión de los blancos. Aquí no hay lugar para los amigos de los blancos, los impuros".

Al publicar su artículo, Bernard-Henri Lévy está convencido de que lo peor aún se puede evitar, que existen medidas de presión sobre este país del Sahel, pero el tiempo apremia: "¿vamos a esperar, como de costumbre, a que el desastre se consume para preocuparnos?", se pregunta...