Una nueva carta de Monseñor Strickland

Fuente: FSSPX Actualidad

El obispo emérito, destituido de la diócesis de Tyler (Texas), monseñor Joseph Strickland, publicó en su sitio web una nueva carta “substack”, que podría traducirse como “declaración”, fechada el 1 de julio de 2024, y cuya ocasión es el texto publicado por el Dicasterio para la Unidad de los Cristianos, cuyo presidente es el cardenal Kurt Koch.

El texto ya había sido criticado por Monseñor Marin Eleganti, y probablemente no sea la última vez, porque contiene elementos peligrosos para la fe católica. La importancia de la carta del obispo emérito de Tyler es constatar la evolución de su pensamiento, en particular en la defensa de la misa tradicional, y en la crítica de los excesos del actual pontificado.

El título anuncia inmediatamente el tema “Sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Tras recordar que la Iglesia “realiza la misión salvadora de Cristo en el mundo”, y que es un misterio, el obispo critica el texto citado:

“¿Deberíamos intentar hacer la Iglesia más 'sinodal' mediante la colaboración fraterna, es decir, escuchando a los hombres y tratando de modificar las definiciones inmutables de la Iglesia, los sacramentos y la función papal, basándose en diversas definiciones de los hombres?

"Si se busca hacer cualquiera de estas cosas en un esfuerzo por eliminar el 'misterio' de la Iglesia, entonces se corre el riesgo de encontrarnos en una Iglesia que ya no es católica, sino que es una 'caricatura' de la Iglesia de Cristo".

El inquietante papel de Francisco

Luego el prelado recuerda el origen divino de la Iglesia, fundada por Cristo que la guía: "Por tanto, cualquier esfuerzo encaminado a sustituir la naturaleza divina de la Iglesia o a transformarla en una forma más aceptable para el mundo – incluso si estos intentos son obra del propio Santo Padre- no tendrá éxito, porque la Iglesia es de naturaleza divina y por tanto su sustancia y su esencia no pueden ser modificadas por el hombre".

Cabe señalar que Monseñor Strickland no duda en señalar al Papa Francisco como culpable de intentar cambiar la naturaleza divina de la Iglesia. Y subraya el sentido de esta crítica, después de haber recordado el papel esencial del Papa en la Iglesia, según las palabras de Cristo en Mt 16, 18-19.

“Sin embargo, en estos primeros años del tercer milenio de nuestra era, un número creciente de fieles católicos en todo el mundo se encuentran profundamente desorientados, preocupados y a veces consternados por las palabras y acciones confusas del actual ocupante de la Cátedra de Pedro, y del documento de estudio recientemente publicado, 'El Obispo de Roma', solo aumenta esta confusión".

Monseñor Tyler reconoce que sus palabras son fuertes, incluso inquietantes, en relación con la función pontificia, pero se ve “en la obligación de pronunciarlas”. La razón es "el amor a Jesucristo, que es la Verdad encarnada, el amor a la Iglesia que Él instituyó, el amor al oficio petrino [papal], que se remonta incluso al mismo San Pedro, y el amor al Papa Francisco me obligan a hacerlo".

Es interesante señalar también que el obispo destituido considera que "se encuentra en una posición única que me llama y me permite 'hablar en nombre del rebaño' como nunca antes" – ¿Una especie de ingravidez canónica?

La defensa de la misa tradicional en nombre de la tradición

Luego la carta pasa a la defensa de la Misa Tridentina. Monseñor Tyler recuerda los argumentos utilizados por los defensores de la tradición, desde los primeros ataques contra la misa después del Concilio: "Al mismo tiempo, el Vaticano intenta separar a la Iglesia de su pasado tradicional", señala de manera general. Luego se enfoca en el tema de la misa.

"La misa que utiliza el misal romano de 1962 se conoce como forma extraordinaria del rito romano o misa tridentina o misa tradicional. Esta es la Misa que se ha utilizado desde hace siglos, y es esta misa la que fue codificada después del Concilio de Trento en el siglo XVI. Después de Vaticano II (…) muchas oraciones fueron modificadas o suprimidas (…) y se produjeron muchos otros cambios que alejaron a la Iglesia de esta misa del pasado".

La crítica continúa, y es interesante notar que retoma los argumentos opuestos por los defensores de la tradición: "Aunque no fue solicitada específicamente por el Concilio, después de Vaticano II, la comunión en la mano se volvió habitual y los sacerdotes comenzaron a mirar al pueblo en lugar del altar, como había sido costumbre durante más de un milenio".

Monseñor Tyler luego cita la bula Quo primum de San Pío V, recordando que “el presente decreto es válido a perpetuidad [énfasis agregado por el autor] y que jamás [ídem] se agregará, omitirá o cambiará nada en este misal”. Luego recuerda el rechazo de Roma a este misal después de 1970, y el motu proprio Summorum Pontificum que afirmaba que "este misal nunca ha sido legalmente abrogado".

Pero "con el motu proprio del Papa Francisco, Traditionis custodes, se embarcó en un viaje para eliminar lo que otros Papas habían tratado de mantener, y lo que el Papa San Pío V dijo que era válido a perpetuidad. Esto es muy preocupante". Añade que, en la misión confiada a San Pedro, “nada se dice sobre una colaboración de los hombres para imaginar una estructura sinodal para su Iglesia”.

El prelado concluye retomando las críticas del Papa: “Es razonable expresar una profunda preocupación por las palabras y acciones del Papa Francisco durante su pontificado. Creo que es un perjuicio al cargo petrino y al propio Papa Francisco decir simplemente: 'Es el Papa, debemos obedecer'".

Y continúa: "Me parece particularmente desconcertante que este pontificado aparentemente busque disminuir la autoridad papal y una estructura centralizada en favor de un modo más sinodal, mientras (…) ejerce el poder papal con gran fuerza, como lo demuestra la supresión de las comunidades tradicionales de fieles y la misa tradicional en latín".

El obispo emérito de Tyler concluye su carta citando a Monseñor Fulton Sheen, quien "en 1947 vio a la Iglesia dividirse en dos grupos con la creación de una iglesia "que era el mono de la Iglesia porque el diablo, es el mono de Dios. Tendrá todas las notas y características de la Iglesia, pero al revés y estará vacía de su contenido. (…) Porque la religión será la fraternidad sin la paternidad de Dios".