Unión Europea: señal de alarma sobre la economía
El cristianismo, la verdadera Europa
El 9 de septiembre de 2024, el economista Mario Draghi presentó a la Comisión Europea un informe titulado “El futuro de la competitividad europea”, que había sido solicitado por la misma Comisión.
Expresidente del banco de inversión Goldman Sachs para Europa (2002-2005), luego gobernador del Banco de Italia (2006-2011) y finalmente presidente del Banco Central Europeo (BCI) (2011-2019) fue durante más de un año Presidente del Consejo de Ministros de Italia (2021-2022).
En el documento presentado a la Comisión Europea, el expresidente del BCI se muestra especialmente pesimista sobre el futuro de la Unión Europea, que "hoy se enfrenta a un desafío existencial", señala Le Monde. Y “si no cambia, estará condenada a una lenta agonía”, afirma.
Este pesimismo se basa en la constatación de la pérdida de competitividad de la UE frente a Estados Unidos y del avance inexorable de China, que está erosionando la brecha que aún existe entre su economía y la de los Veintisiete. El expresidente del Consejo de Ministros italiano admitió haber tenido “pesadillas” a este respecto, según informa también Le Monde.
No en vano, además de las inversiones masivas, uno de los medios propuestos por el técnico es “reforzar la gobernanza” en Europa –título del sexto capítulo de su informe– para acelerar la aplicación de las leyes aprobadas por el Parlamento Europeo. Sin duda, habría lugar para comentarios sobre este capítulo, pero ese no es el propósito de este artículo.
"La escasez de hombres, mató al hombre"
Polibio, en su conjunto de libros Historias, explica cómo Grecia fue fácilmente derrotada: por la despoblación que ella misma provocó por miedo a la sobrepoblación.
“El pueblo de este país ha cedido a la vanidad y al amor por los bienes materiales; han adquirido el gusto por la vida fácil y ya no quieren casarse o, cuando lo hacen, se niegan a quedarse con los hijos que procrean o solo crían a uno o dos como máximo, para poder malcriarlos durante sus primeros años y luego dejarles una importante fortuna. (…)
"No hay necesidad de preguntar a los dioses cómo podríamos librarnos de este flagelo. Cualquiera que venga nos dirá que depende sobre todo de nosotros y que solo tenemos que tener otras ambiciones".
Es así como Esparta, una ciudad que podía, según Aristóteles, “proporcionar 1,500 jinetes y 30,000 hoplitas” en el 480 a.C., contaba, en el año 330 –ciento cincuenta años después– “ con apenas 1,000 combatientes”. Además, el Estado no pudo resistir ni un solo revés [la derrota de Leuctres en 371] y fue la escasez de hombres lo que lo mató." (Política)
Mario Draghi explica que “Europa necesita un crecimiento más rápido de la productividad para mantener tasas de crecimiento sostenibles frente a una demografía desfavorable. Después de la Segunda Guerra Mundial, la UE experimentó un fuerte crecimiento debido tanto al aumento de la productividad como al aumento de la población.
"Sin embargo, ambos motores del crecimiento se están desacelerando hoy. (…) Europa está entrando en el primer período de la historia moderna durante el cual el crecimiento del PIB no estará respaldado por un aumento neto de la fuerza laboral".
El economista continúa: "Para 2040, se espera que la población activa de la UE disminuya en dos millones de trabajadores por año, mientras que se espera que la proporción entre trabajadores y jubilados caiga de alrededor de 3:1 a 2:1. En esta trayectoria, el crecimiento en Europa se detendrá". También señala que “el saldo migratorio positivo no compensa el descenso demográfico de la UE”.
Polibio exclama: "Si alguien preguntara a los dioses qué se debe decir o hacer para que seamos más (…) ¿no parecería esto absurdo, ya que es evidente que corresponde a nosotros remediar la causa del mal?"
Y además: “habiéndose secado las fuentes de la vida, el Estado se encontró impotente y desarmado”. Entre los medios presentados por el economista para cambiar la situación y reactivar la UE no hay lugar para reactivar la tasa de natalidad: las soluciones son técnicas, financieras, económicas, pero los hombres están ausentes.
El futuro de la UE, en estas condiciones, ya ha sido caracterizado por Aristóteles: "Fue la escasez del hombre lo que lo mató". Y hay que añadir: el rechazo de la religión fundada por Jesucristo, el rechazo de la Iglesia y de las leyes dictadas por Aquel que fundó la verdadera Europa, la cristiandad, por sus Apóstoles, sus papas, sus obispos, sus reyes católicos.
Las leyes anticristianas están completando su acción mortífera, y Europa, que ha rechazado a Cristo, se prepara para morir, sin sorpresa para quienes saben que solo Cristo Rey puede salvar al mundo.
Fuentes: Le Monde/Europa.eu/Cahiers Saint Raphaël – FSSPX.Actualités
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