Vaticano, el banco está en números verdes, pero las finanzas siguen en números rojos

Fuente: FSSPX Actualidad

Sede del IOR

El Instituto para las Obras de Religión (IOR), más conocido como "banco del Vaticano", acaba de publicar su informe anual correspondiente a 2024, en el que revela unos sólidos resultados financieros que contrastan fuertemente con los retos estructurales a los que se enfrenta el presupuesto general de la Santa Sede, uno de los puntos negros del pontificado que finalizó el 21 de abril de 2025.

Según el informe anual publicado el 11 de junio de 2025 por el sitio web oficial de información de la Santa Sede, Vatican News, el IOR registró unos sólidos resultados financieros para el año 2024, lo que confirma una trayectoria positiva tras años de reformas. El instituto obtuvo un beneficio neto de 32.8 millones de euros, lo que supone un aumento del 7% con respecto a los 30.6 millones de euros de 2023.

Este resultado permitió distribuir un dividendo de 13.8 millones de euros al Papa, de acuerdo con la misión del IOR de apoyar las obras caritativas y religiosas de la Iglesia católica.

Los fondos del IOR también han aumentado, con un ratio de capital básico que alcanza el 69.43%, lo que supone un aumento del 16.1% con respecto a 2023. Este aumento es el resultado de una disminución de los riesgos y de una mayor capitalización, con unos fondos propios que ascienden a 731.9 millones de euros, lo que supone un aumento de 64.3 millones de euros en un año.

Cabe señalar que el IOR gestiona un total de 5,700 millones de euros en depósitos, cuentas corrientes, gestión de activos y valores en depósito, frente a los 5,400 millones de 2023. El Vaticano considera que estos resultados reflejan una "gestión prudente" y una estrategia de inversión "alineada con los principios de la Doctrina Social de la Iglesia".

El informe, certificado sin reservas por la auditora Mazars Italia, destaca el cumplimiento de las normas internacionales por parte del IOR. Además, el 79% de las líneas de gestión de activos superaron sus índices de referencia, lo que demuestra la calidad de los servicios de inversión ofrecidos a más de 12,000 clientes en 110 países.

Estos resultados reflejan los esfuerzos de modernización y transparencia iniciados bajo el pontificado de Benedicto XVI, que han permitido al IOR distanciarse de su tumultuoso pasado marcado por escándalos de blanqueo de dinero. Sin embargo, las finanzas globales del Vaticano siguen siendo preocupantes.

La Santa Sede presenta un déficit estructural crónico, estimado entre 50 y 90 millones de euros al año, lo que representa aproximadamente el 7% de su presupuesto total de 1,200 millones de euros. En 2023, el déficit operativo ascendía a 83.5 millones de euros (+33 millones de euros con respecto a 2022). El presupuesto para 2025, considerado demasiado ambicioso, fue rechazado por la comisión de cardenales antes de ser aprobado tras algunos ajustes.

Varios factores explican esta situación. En primer lugar, los ingresos, que dependen en gran medida de las donaciones de los fieles y de las vastas propiedades inmobiliarias en Italia, han disminuido. La caída de las donaciones, combinada con una gestión a veces calificada de amateur, ha agravado el déficit. Además, el fondo de pensiones de los 5,000 empleados y jubilados del Vaticano está en déficit (entre 350 millones y 1,000 millones de euros).

Los escándalos financieros también han empañado la reputación del Vaticano. El ejemplo más notable es la compra de un edificio en Chelsea (Londres) por 350 millones de euros, que luego se revendió con una pérdida de más de 100 millones. Una inversión desafortunada que dio lugar a un sonado juicio por corrupción, cuyas consecuencias judiciales están lejos de haber concluido.

No hay duda de que el papa León XIV, elegido el 8 de mayo de 2025, ha situado las finanzas del Vaticano entre sus prioridades. El nuevo papa podría aportar un enfoque riguroso a la gestión financiera. Entre las medidas previstas figura la reducción del personal diplomático no indispensable para las actividades del Vaticano, un sector que representa un gasto importante.

La reforma financiera será para León XIV una de las muchas pruebas cruciales de su pontificado.