Vaticano: obras maestras en peligro

La Sala Regia
En Roma, algunos verán en este hecho un presagio oscuro para el estado de la Iglesia. De cualquier manera, los hechos hablan por sí solos: los palacios apostólicos están llenándose de agua por todas partes. Hay una gran conmoción en el Vaticano, según informó Il Messagero en su edición del 21 de abril de 2021.
Las malas lenguas dirán que la diferencia entre Venecia y el Vaticano es que la ciudad veneciana toma el agua del suelo, mientras que la Santa Sede la recibe del techo.
Porque hay una emergencia: una gran infiltración dañó la parte superior de una sección de la pared de la Sala Sobieski, ubicada en la Torre Borgia. Esta pieza debe su nombre al enorme cuadro que representa la victoria del rey polaco Juan III Sobieski sobre los turcos al final de la Batalla de Viena (1683).
Desde allí se accede al Salón de la Inmaculada Concepción, donde se ubica el fresco de Francesco Podesti que, a su vez, introduce en los suntuosos aposentos de Julio II, decorados por Rafael.
Pero como sucede en el caso de los trenes, un desastre puede esconder otro: el Vaticano todavía no se ha recuperado de la reciente caída de fragmentos de estuco, desprendidos del techo de la famosa Sala Regia, formado por una bóveda de cañón pintado al fresco por Vasari. Si tenemos en cuenta que aquí es donde el Romano Pontífice recibe a sus visitantes más ilustres...
El daño causado por el agua afectó otras habitaciones. Hace unos meses se "filtraron" videos que mostraban nuevas infiltraciones en la parte de los museos donde se exhibe la estatuaria romana. César con los pies en el agua: el colmo de la ironía para quien alguna vez cruzó el Rubicón...
También podríamos mencionar el cese de la restauración de la Cour de la Pigne: los trabajos de restauración, que comenzaron en 2015, consistían en renovar las pinturas.
Desafortunadamente, se produjo una reacción química imprevista con el viejo mortero, catalizada por la humedad: como resultado, desde hace varios meses, la nueva capa de color se ha ido desprendiendo.
Finalmente, para colmo de males, el pasado mes de enero, dos trozos de travertino se desprendieron repentinamente de la cornisa que adorna el patio de la Pinacoteca, estrellándose contra el suelo, donde habitualmente deambulan muchos visitantes: el cierre de los museos puede haber evitado una tragedia.
Todos estos sucesos llevaron al secretario de Estado a intervenir lo más rápido posible, de forma muy discreta, porque nadie en el Vaticano desea involucrarse demasiado en la situación: a este fin, se envió un batallón de expertos y se montó apresuradamente un andamio externo.
Aparentemente, todo se debió al exceso de humedad estancada, que había dañado la estructura de madera. La misma que ha sostenido, desde hace varios siglos, los techos del Palacio Apostólico, sede del gobierno de la Iglesia romana.
Con esto ha iniciado una carrera contra el tiempo, con el fin de asegurar como prioridad las secciones de los palacios a donde los visitantes pueden acceder desde el 3 de mayo de 2021, fecha de la reapertura de los Museos Pontificios.
Fuentes: Il Messagero – FSSPX.Actualités
Imagen: Sailko, CC BY 3.0, via Wikimedia Commons