Vaticano: una comisión para “santos” no canonizados
El soberano pontífice ha decidido crear una comisión permanente para destacar a ciertos personajes históricos calificados como "testigos de la fe", pero que no pueden ser canonizados porque no cumplen con las condiciones fijadas por la Iglesia, condiciones que se han relajado en gran medida desde hace cuarenta años.
El cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, tiene mucho trabajo por delante, desde que el Papa Francisco decidió, en un decreto hecho público el 5 de octubre de 2022, instituir la "Comisión de Testigos de la Fe ", es decir, "aquellos hombres y mujeres que, aunque no están canonizados, han manifestado con fuerza su fe".
Una "fe" que no es necesariamente la de la Iglesia católica, ya que cuando se le preguntó quién podría reclamar el título de "testigo de la fe", el cardenal Semeraro respondió: "El ejemplo que inmediatamente me viene a la mente es Dietrich Bonhoeffer (1906 -1945), un teólogo y pastor luterano que fue asesinado por oponerse al nazismo. La Iglesia no lo proclama mártir porque no era católico. Sin embargo, es una figura emergente como testigo cristiano".
Con tan amplio criterio, Martin Luther King, Gandhi y, ¿por qué no Buda y tantos otros?, pueden postularse a la nueva Comisión del Dicasterio para las Causas de los Santos.
¿Nueva? No realmente: cabe recordar que con motivo del Gran Jubileo del año 2000, el Papa Juan Pablo II ya había puesto de relieve a hombres y mujeres que no podían ser canonizados, o que no pasaron el proceso de canonización.
Este proyecto, encomendado a la influyente Comunidad de Sant'Egidio, se había esfumado, pero el Romano Pontífice acaba de relanzarlo. Nada sorprendente, dada la conexión que tiene con Andreas Riccardi, fundador de Sant'Egidio.
El anuncio de la creación de la Comunidad de Testigos de la Fe se hizo al margen del coloquio titulado "La Santidad Hoy", organizado en el Instituto Patrístico Antonianum del 3 al 6 de octubre.
El objetivo es, ni más ni menos, "reactualizar" -es decir, cambiar la definición- de la noción de heroicidad de las virtudes cristianas, como explicó el mismo monseñor Semeraro. Y, sobre todo, no dejarse encerrar "en un castillo de certezas fáciles" -es decir, la Tradición de la Iglesia- como lo recordó monseñor Bruno Forte, obispo de Chieti-Vasto (Italia).
¿Nuestros aprendices de teólogos sospechan que se puede abrir con esto otra caja de Pandora? Varios oradores señalaron acertadamente que en la era de la omnipresencia digital, es fácil falsificar datos digitales relacionados con un "testigo de la fe" en nombre de intereses políticos o económicos, una vez más a expensas de la Iglesia.
Un riesgo que antes no existía, porque se requerían cuatro milagros autenticados para llevar a cabo un proceso de canonización.
Por tanto, los historiadores no dejarán de preguntarse si la evolución del proceso de canonización bajo el Papa Juan Pablo II, con el objetivo de aumentar el catálogo de santos, no allanó el camino para una precipitada carrera hacia el precipicio de la que la Comisión de Testigos de la Fe es solo una triste ilustración. Y seguro que no será la última.
Fuente: Vatican News – FSSPX.Actualités