Vaticano: una novedad para las parejas divorciadas y en un "segundo matrimonio"

Espíritu de Amoris Laetitia, ¿estás ahí? Así parecía el 22 de abril de 2023, día en que se inauguró en el Vaticano la asamblea plenaria del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

En su discurso introductorio pronunciado en presencia del Papa Francisco, el cardenal Kevin Farrell, indicó la doble hoja de ruta seguida por el Dicasterio que preside.

"El Dicasterio se encuentra ante todo en una fase preliminar de reflexión sobre la elaboración de una pastoral específica para los matrimonios en crisis que atraviesan problemas de todo tipo", declaró el alto prelado.

Una fase que debe conducir, en una segunda etapa, a "la elaboración de un documento específico que se referirá -como usted deseaba, Santísimo Padre- a los hombres y mujeres que, tras el fracaso de un matrimonio anterior, viven en una nueva unión".

Cabe señalar que el alto prelado no precisó cuándo se publicará el documento, ni dio detalles sobre su contenido. Al final de un anuncio que no parece un buen augurio, el pontífice argentino dirigió su saludo a los presentes con estas palabras:

"Les agradezco el trabajo realizado en los últimos años y su compromiso al servicio de la vida cotidiana de muchas personas: familias, jóvenes, ancianos, grupos asociados de fieles y, más en general, los laicos que viven en el mundo con sus alegrías y tristezas.

"Ustedes son un dicasterio que yo definiría como 'popular', ¡y eso es bueno! Insisto: nunca pierdan este carácter de cercanía -cercanía, recalco- con las mujeres y los hombres de nuestro tiempo". Estas declaraciones se pueden comparar con una entrevista que el soberano pontífice concedió el 10 de marzo pasado. Respondiendo a una pregunta sobre la posibilidad de recibir la Sagrada Eucaristía para los católicos divorciados que se encuentran en una nueva unión civil inválida a los ojos de la Iglesia, el Papa Francisco dijo:

"No podemos reducir una situación humana a una cuestión de normas", añadiendo, en referencia a su predecesor el Papa Benedicto XVI, "que gran parte de los matrimonios celebrados en la Iglesia son nulos por falta de fe".

Y concluyó diciendo: "A veces, uno asiste a una boda y se tiene la impresión de que es una recepción social, no un sacramento. Cuando los jóvenes dicen para siempre, ¿quién sabe a qué se refieren con 'para siempre'?"

Situaciones complejas que efectivamente existen, pero que corresponde a un proceso canónico en buena y debida forma, practicado con la debida diligencia, aclarar para concluir, en su caso, con la declaración de nulidad del contrato matrimonial en el momento del intercambio de los consentimientos.

Y no a un documento que, como una sesión de recuperación del bachillerato, permitiría a los "divorciados vueltos a casar" acceder a los sacramentos de la Iglesia con total tranquilidad.