Vietnam: Los obispos alzan la voz frente a la nueva "Ley de Creencias y Religiones"

Los obispos de Vietnam han roto el silencio y están dispuestos a presionar a los miembros del parlamento para luchar contra los efectos negativos de la nueva Ley de Creencias y Religiones, misma que consideran demasiado restrictiva para la libertad de la Iglesia Católica.
Los miembros del parlamento vietnamita se reunieron en Hanoi para la tercera sesión plenaria de la Asamblea Nacional, del 22 de mayo al 21 de junio. La Conferencia Episcopal de Vietnam ha aprovechado esta oportunidad para expresar, en un documento publicado el 1 de junio, varias observaciones críticas sobre la nueva "Ley de Creencias y Religiones", que fue aprobada por los miembros del parlamento el 18 de noviembre del 2016.
El primer temor de los obispos vietnamitas hace referencia a su labor educativa y sanitaria. El artículo 55 de la nueva ley hace uso de un lenguaje "particularmente vago y general": estipula que las "organizaciones religiosas pueden participar en las actividades educativas, sanitarias, sociales, caritativas y humanitarias, de acuerdo con las provisiones de la ley en vigor."
Los obispos se lamentan de que esta provisión no garantiza lo suficiente los derechos de la educación católica libre. Éste es un tema especialmente sensible, ya que la Iglesia católica ha exigido el derecho para que sus instituciones religiosas puedan abrir escuelas desde la reunificación en 1975.
Su segundo temor es una restricción de la libertad religiosa que la Iglesia califica legítimamente como un estado comunista. En la nueva ley, las actividades religiosas están sometidas al "xin-cho", es decir, el sistema de "pedir y conceder". Concretamente, la ley prescribe que todas las actividades religiosas deben ser "registradas" con los organismos competentes y deben esperar una respuesta por escrito. En los últimos años, esta práctica ha ocasionado numerosas dificultades en la organización de actividades religiosas, creando un verdadero obstáculo para la libertad de la Iglesia.
La Ley para las Creencias y Religiones entrará en vigor el 1 de enero del 2018, pero los decretos para la aplicación de la ley todavía no han sido publicados. En esta situación tan ambigua, la Iglesia desea ejercer toda la presión posible para evitar que sus libertades más elementales se reduzcan todavía más. En este país, con una población de 93 millones, de los cuales el 7% son católicos, los obispos desean participar en la elaboración de las reglas concernientes a las actividades de la Iglesia y la prática religiosa de sus miembros, y vigilar de cerca su aplicación.
Fuentes: Eglises d’Asie / La Croix / Info Catho / FSSPX.News – 06/14/17