Puertas abiertas en San Juan de Letrán: primero los anglicanos, ahora los ortodoxos

Como recordó FSSPX.Actualidad el 22 de abril: "este 'obispo' y estos 'sacerdotes' no pueden celebrar Misa válidamente, ya que la confesión anglicana ha perdido la sucesión apostólica, como declaró el Papa León XIII [Apostolicæ curæ, 13 de septiembre de 1896]. Por lo tanto, no pueden administrar ningún sacramento".

El nombre del prelado es Jonathan Baker, está divorciado y se ha vuelto a casar, "y para colmo es un masón notorio y declarado, como buena parte del alto clero anglicano". De forma ridícula, el vicario del arcipreste de la basílica, monseñor Guerino Di Torra, explicó que los anglicanos recibieron la autorización para celebrar debido a un "error de comunicación" (sic).

Sea como fuere, al día siguiente, miércoles 19 de abril, el Papa Francisco entregó unas reliquias de la verdadera Cruz a Carlos III de Inglaterra, cabeza de la fe anglicana. Estas reliquias se colocaron en la "Cruz de Gales" que abrió la procesión solemne a la abadía de Westminster durante la coronación del 6 de mayo.

Como señala Andrea Cionci en el Libero Quotidiano del 22 de abril, esta no es la primera vez que el Papa se muestra demasiado pródigo al dar reliquias de santos a cismáticos: en noviembre de 2022, entregó las reliquias de Santo Tomás Apóstol, que habían sido conservadas durante siglos en la catedral de Ortona, al patriarca cismático de la Iglesia asiria de Oriente.

En septiembre de 2019, entregó nueve piezas de los huesos de San Pedro al patriarca cismático ortodoxo Bartolomé I. En noviembre de 2016, con motivo del 70 cumpleaños del patriarca ortodoxo cismático de Moscú, Cirilo, le ofreció una reliquia de San Francisco de Asís...

Nuevamente en San Juan de Letrán...

Del 9 al 14 de mayo, el patriarca copto-ortodoxo de Alejandría, Tawadros II [Teodoro II], visitó Roma, con motivo del 50 aniversario del encuentro entre el Papa Pablo VI y el patriarca Shenouda III, que tuvo lugar el 10 de mayo de 1973. En esta ocasión, celebró una misa para los fieles copto-ortodoxos en San Juan de Letrán, el domingo 14 de mayo.

En katholisches.info del 27 de abril, el vaticanista Giuseppe Nardi habló de la "lucha ecuménica en la principal iglesia de la cristiandad": después de los anglicanos, "Tawadros II, el papa de la Iglesia copto-ortodoxa, recibió en "préstamo", "en un espíritu ecuménico", la iglesia de Letrán, es decir, la catedral del obispo de Roma y la iglesia principal de la Iglesia católica, para celebrar allí una Misa copto-ortodoxa, aunque no esté en unión con la sede de Pedro".

Nardi se pregunta legítimamente: "Este hecho no tiene precedentes: al jefe de una comunidad no católica se le asigna la iglesia principal y madre de la Iglesia católica. ¿Se han resuelto todas las cuestiones doctrinales y litúrgicas que han separado a los coptos de la Iglesia romana desde hace tantos siglos? Hasta el momento no se ha reportado ninguna unidad. Entonces, ¿por qué se perturba de este modo el orden?"

FSSPX.Actualidad, citado anteriormente, recuerda: "los llamados coptos 'ortodoxos' profesan una doctrina herética, el monofisismo, es decir, la unidad de naturaleza en Cristo, aunque más o menos lo nieguen; [debido a esto] no pertenecen a la Iglesia católica. Entonces, ¿por qué esta autorización para celebrar un rito cismático en Letrán?"

La praxis litúrgica al servicio del ecumenismo

La respuesta se encuentra en la actual práctica ecuménica. Escribe Giuseppe Nardi: "En Roma, se hace referencia extraoficialmente al número 137 del Directorio para la Aplicación de los Principios y Normas sobre el Ecumenismo, del 25 de marzo de 1993, abreviado como Directorio del Ecumenismo. Fue emitido por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

"Allí se específica: 'Las iglesias católicas son edificios consagrados o bendecidos que tienen un significado teológico y litúrgico importante para la comunidad católica. Por lo tanto, generalmente (sic) están reservados para el culto católico.

Sin embargo, si los sacerdotes, ministros o comunidades que no están en plena comunión con la Iglesia católica no disponen de un lugar, ni de los objetos litúrgicos necesarios para celebrar dignamente sus ceremonias religiosas, el obispo de la diócesis puede permitirles usar una iglesia o un edificio, y también prestarles aquellos elementos necesarios para sus servicios'". [§ 137]

En definitiva, no existe una unidad doctrinal, sino que -con las costumbres romanas vigentes- la praxis litúrgica tiene precedencia sobre la doctrina.