Reseña de prensa: ¿Qué sucedió en el Sínodo sobre la Sinodalidad? (1)

Fuente: FSSPX Actualidad

Del 4 al 29 de octubre de 2023, se celebró en Roma el Sínodo sobre la Sinodalidad. En realidad, se trató de la primera fase de un Sínodo que se reunirá de nuevo en octubre de 2024, y al que seguirá la exhortación postsinodal del Papa donde retomará lo que él decida del documento resumen que le entregarán los padres y madres sinodales – porque este Sínodo, por primera vez, fue abierto a mujeres, religiosas y laicos.

Al final de esta primera etapa, podemos sacar algunas conclusiones que, aunque provisionales, son reveladoras de la mentalidad que mueve a los organizadores del Sínodo.

Democracia aparente y autoritarismo impuesto

En Le Figaro del 29 de octubre, Jean-Marie Guénois expresó la impresión general luego de estas tres semanas de debate, bajo el título explícito: "La primera fase del Sínodo adolece de la contradicción entre el autoritarismo del Papa y el espíritu sinodal democrático reivindicado". He aquí los principales extractos de su informe sobre esta reunión.

“La Iglesia católica parece haber inventado un nuevo mandamiento: 'Escucha a tu prójimo'”. Este es el mensaje central de una carta enviada el miércoles por la tarde [25 de octubre] a todos los católicos del mundo, procedente del Sínodo sobre el futuro de la Iglesia, reunido durante un mes y hasta el domingo en el Vaticano.

"No se trata, pues, de escuchar a Dios, al Papa o a los obispos, sino de escuchar principalmente a los más 'pobres': Para progresar en su discernimiento, la Iglesia necesita absolutamente 'escuchar a todos, empezando por los más pobres', está escrito en el documento".

En concreto, según los términos de esta carta a los católicos del mundo, “el objetivo es escuchar a quienes no tienen derecho a hablar en la sociedad o se sienten excluidos, incluso por parte de la Iglesia. Escuchar a las personas que son víctimas del racismo en todas sus formas, en particular, en determinadas regiones, a los pueblos indígenas cuyas culturas han sido vulneradas.

"Y, sobre todo, la Iglesia de nuestro tiempo debe escuchar, en un espíritu de conversión, a las personas que han sido víctimas de abusos cometidos por miembros del cuerpo eclesial, y comprometerse concreta y estructuralmente para que esto no vuelva a suceder".

En seguida se hace mención de la “escucha” a “los laicos, mujeres y hombres”. Luego, la escucha a las “familias” y “a quienes quieran comprometerse en ministerios laicos o en órganos participativos de discernimiento y toma de decisiones".

Jean-Marie Guénois señala una contradicción importante en “este nuevo imperativo católico, esta escucha de 360 ​​grados, de abajo hacia arriba, incluso fuera de la Iglesia”: “El miércoles por la tarde [al momento de la publicación de la carta a los católicos del mundo] Francisco, sin embargo, pronunció un contundente discurso, difundido a petición suya, en el que improvisó sobre el Sínodo mientras criticaba duramente a algunos sacerdotes".

“Esto hizo estremecer la realidad de la práctica de la 'escucha' y del espíritu sinodal, al tiempo que lanzó al olvido mediático la famosa carta que acababa de enviar el Sínodo, un cuarto de hora antes, que sin embargo abogaba por la “escucha” de los demás.

"Cuando los ministros se exceden en su servicio y maltratan al pueblo de Dios, desfiguran el rostro de la Iglesia con actitudes sexistas y dictatoriales", dijo el Papa en su lengua materna. Deploró el “clericalismo” poniendo este ejemplo: “¡Basta con darse una vuelta por las sastrerías eclesiásticas de Roma para ver el escándalo de los jóvenes sacerdotes que se prueban sotanas o albas con encaje!

“El clericalismo es una lacra, es una forma de mundanidad que ensucia y daña”. Criticó “los malos tratos y la marginalización cometidas por este clericalismo institucionalizado donde naturalmente se habla de los príncipes de la Iglesia, de ascensos episcopales como si se tratara de ascensos profesionales”.  “Horrores”, “mundanidades” que “maltratan al pueblo santo y fiel de Dios”.

“Un 'pueblo de Dios' cuya 'paciencia y humildad' elogió en su papel de guardián 'infalible' de la fe y de su transmisión por parte de las 'mujeres', en particular 'las madres y las abuelas'. – Un 'autoritarismo' de Francisco que contrasta con el espíritu democrático que quiere inculcar en la Iglesia a través de este Sínodo, una paradoja sentida dentro y fuera del Sínodo".

El periodista de Le Figaro añade: “Otro límite de este Sínodo señalado por algunos participantes: su representatividad real. La cuestión se vio acentuada por el deseo de llevarlo a cabo a puertas cerradas impuesto por Francisco. Elegido presidente de los obispos de Estados Unidos por un episcopado bastante alejado del Papa Francisco, Monseñor Timothy Broglio apagó así el entusiasmo, al estimar que no más del 1% de los católicos estadounidenses se sentían involucrados en los debates..."