Un estudio de “Lancet” destaca el alarmante descenso de la fertilidad

Fuente: FSSPX Actualidad

Evolución de las tasas de natalidad 1950 - 2100 (proyección) © The Lancet

El estudio, financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates, fue publicado en The Lancet, revista de sólida reputación internacional. El estudio aborda el tema de la evolución de la fertilidad desde 1950 con un intento de proyectarla hasta finales del siglo XXI.

En 60 años, la fertilidad se ha reducido a la mitad en todo el mundo. Entre 1950 y 2021, la tasa global de fertilidad (TGF) se redujo a más de la mitad, de 4.84 (4.63-5.06) a 2.23 (2.09-2.38). Los nacimientos anuales en todo el mundo alcanzaron su punto máximo en 2016 con 142 millones (137-147), disminuyendo a 129 millones (121-138) en 2021.

En 2021, más de la mitad de los países y territorios no alcanzarán la tasa de reemplazo (2.1 hijos por mujer). Las tendencias observadas desde 2000 revelan una gran heterogeneidad en la velocidad del descenso: solo un pequeño número de países experimentaron un ligero repunte de la fertilidad después de la tasa más baja observada, sin que ninguno regresara al nivel de reemplazo.

Si esta tendencia continúa, para 2050 más de las tres cuartas partes de los países tendrán una tasa de fertilidad insuficiente para asegurar la renovación de su población. Y en 2100, el 95% de los países podrían verse afectados.

Este estudio se desarrolla en un contexto donde muchos países europeos están preocupados por la evolución de su población. Asimismo, analizó el impacto de las políticas pronatalistas basadas en incentivos financieros, y constata que estos no elevan la fertilidad por encima de la tasa de reproducción, pero pueden evitar que caiga a niveles extremadamente bajos.

Creciente desequilibrio entre el Norte y el Sur

Estos cambios tendrán consecuencias económicas y sociales de gran alcance debido al envejecimiento de la población y la reducción de la fuerza laboral en los países de altos ingresos, combinados con un aumento en la proporción de nacimientos en las regiones más pobres del mundo.

En efecto, la población de los países pobres seguirá aumentando durante mucho tiempo, especialmente en el África subsahariana, mientras que disminuirá más rápidamente en los países desarrollados. Un desequilibrio que corre el riesgo de tener consecuencias considerables a nivel económico y social.

Cambios demográficos que producen efectos sociales

El primer efecto es el profundo cambio en la distribución de los grupos de edad de la población.

“Para casi todos los países y territorios fuera del África subsahariana, (…) es probable que los cambios en la estructura de edad presenten desafíos económicos considerables debido a una creciente relación de dependencia entre la población de mayor edad y la población en edad laboral”, escriben los autores.

El segundo efecto, consecuencia del primero, será la necesidad de adaptar la economía al primero: los programas de seguridad social, los seguros médicos, los sistemas de pensiones o las infraestructuras de atención sanitaria tendrán que tener en cuenta este envejecimiento de la población. Lo que supone una considerable movilización de la actividad en este sector. – A menos que… los gobiernos alienten a las personas mayores a cometer un suicidio asistido para aliviar la economía.

Pero los investigadores han pensado en otra solución: consideran que la inmigración desempeñará un papel crucial en la actividad económica de los países más ricos, pero que "este enfoque solo funcionará si hay un cambio en las actitudes públicas y las políticas actuales relacionadas con la inmigración". – ¿Alguien dijo “gran reemplazo”?

Este estudio presenta la imagen de una humanidad alejada de Dios, que ha elegido el camino del hedonismo y para la que los niños no son una riqueza sino una vergüenza. En 1968 Paul Ehrlich hizo sonar la alarma contra la bomba “P” (de población), ahora asistimos al suicidio de la humanidad. En 2100, realmente, será demasiado tarde.