Con “Laudate Deum”, “Laudato si’”... ¿se vuelve una serie interminable?

Fuente: FSSPX Actualidad

Francisco anunció que escribiría la continuación de la encíclica Laudato si', "sobre la salvaguardia de la casa común": se trata de una "actualización sobre los problemas medioambientales". Esta actualización de una encíclica, menos de diez años después de su publicación, muestra la caducidad de una enseñanza pontificia que siempre pretende estar en línea con los acontecimientos actuales. Esta secuela fue publicada el 4 de octubre bajo el título: Laudate Deum.

En el Monday Vatican del 28 de agosto de 2023, Andrea Gagliarducci señala los límites de tal "pragmatismo": "Es bien sabido que el Papa escribió Laudato si' para responder a una necesidad y una exigencia que surgió especialmente en el ámbito político, y la escribió rápidamente para que esta encíclica estuviera lista para la COP 21 en París [30 de noviembre-12 de diciembre de 2015. NDLR].

"No se trataba solo de prestar atención a las cuestiones medioambientales". De ahí esta pregunta: "¿Puede una encíclica centrarse solo en una situación contingente o en un tema particular?"

Andrea Gagliarducci responde de manera matizada: ciertamente la encíclica Laudato si' fue "útil porque permitió a la Santa Sede entrar en el debate, hasta el punto de que la encíclica circuló entre los responsables de la ONU, antes de la visita del Papa Francisco en 2015. En resumen, era una necesidad práctica, un deseo de responder a un desafío en el centro de la opinión pública".

Pero "este pragmatismo del Papa Francisco tiene sus límites: respondiendo a un desafío contingente, la encíclica se publicó desde el principio como si tuviera límites estructurales. […] Los datos utilizados eran en realidad datos que ya no serían válidos dentro de unos años. El discurso de las Naciones Unidas ha penetrado en la Iglesia, con sus Objetivos de Desarrollo Sostenible.

"Sin embargo, las Naciones Unidas modifica estos Objetivos de Desarrollo Sostenible cada año, porque se basan precisamente en decisiones políticas y datos relativos a la situación actual. Además, a veces están influenciados por la ideología. Sin embargo, esto es lo que el Papa Francisco denuncia como "colonización ideológica".

"Tenemos, por tanto, esta paradoja de un Papa que ataca la colonización ideológica, pero que, al mismo tiempo, utiliza ciertos discursos de colonización ideológica como auténticos y válidos. Un pragmatismo casi cínico permite que la Iglesia esté en el centro del debate, pero le impide ser verdaderamente 'diferente' [de las ideologías dominantes] en la discusión".

El vaticanista romano señala aquí una forma de alineación ideológica en los hechos: "Después de Laudato si’, las diócesis y las estructuras eclesiásticas, entre otras, se apresuraron a demostrar su atención hacia la creación.

"La demostración es práctica: no se deja de hablar de diócesis o iglesias locales que lanzan un proyecto "sin impacto sobre el medio ambiente", instalan paneles solares y se dedican a las energías renovables, destacando la necesidad de dejar de utilizar combustibles fósiles".

Entendemos el peligro de este alineamiento práctico: la Iglesia actual está en el concierto internacional; ya no es la encargada de dar la nota la, para que no sea una nota falsa; se integra en una orquesta que no dirige. Está en el mundo y cada vez más pertenece al mundo.

Andrea Gagliarducci escribe: "El Papa Francisco es pragmático y utiliza su magisterio para responder a los desafíos del aquí y ahora. La Iglesia 'en salida' es, además, una Iglesia 'hospital de campaña', es decir, una Iglesia que responde a los problemas cuando surgen y a medida que surgen. Es una Iglesia en estado de emergencia. […]

"El Papa Francisco estableció en Evangelii gaudium [24 de noviembre de 2013] que 'las realidades son más importantes que las ideas', y Laudato si’ es un ejemplo práctico de este postulado. Pero el problema es que una encíclica debe tener valor universal".

De ahí esta conclusión lógica: "Escribir una segunda parte de Laudato si' es admitir que Laudato si' era una encíclica que solo respondía al tiempo presente, que no daba una visión del mundo válida también para el futuro".

Y más radicalmente: "El proyecto del Papa es precisamente mirar la realidad concreta y estar donde está el mundo hoy. Su propósito es ofrecer una perspectiva, no evangelizar".