Examen de conciencia: el primer paso para una buena confesión

Fuente: FSSPX Actualidad

Antes de acercarse al tribunal de la Penitencia, el penitente debe examinar su conciencia, esforzándose cuidadosamente por recordar todos los pecados cometidos desde su última confesión. Es especialmente necesario confesar los pecados mortales cometidos después del Bautismo que aún no hayan sido perdonados directamente por el poder de las llaves.

Para llevar a cabo un buen examen de conciencia, el penitente pedirá la ayuda de Dios:

Fuente eterna de luz, Espíritu Santo, disipa las tinieblas que me esconden la fealdad y la malicia del pecado. Hazme concebir un horror tan grande de él, oh Dios mío, que lo odie, si es posible, tanto como tú mismo lo odias, y que no tema nada tanto como cometerlo nuevamente en el futuro. 

Posteriormente, recordará cuidadosamente los pecados que ha cometido con el pensamiento, palabra, obra u omisión contra los Mandamientos de Dios y de la Iglesia, y contra su deber de estado. Mencionará las circunstancias que podrían convertir un pecado venial en uno mortal, el número de veces que estos pecados fueron cometidos, el daño causado, etc.

Si tiene dificultad para adentrarse en su interior, el penitente no debe dudar en buscar ayuda, ya sea utilizando un misal o libro de oraciones, o pidiendo ayuda al sacerdote, siempre recurriendo a Dios, y especialmente al Espíritu Santo, para que lo ayuden a ver sus faltas y negligencia más claramente.