“Fiducia supplicans”: sanas reacciones episcopales en Europa

Fuente: FSSPX Actualidad

Monseñor Athanasius Schneider y Monseñor Tomasz Peta

Es difícil seguir todas las reacciones sobre el texto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) Fiducia supplicans, ya que estas no dejan de multiplicarse. En África, un rechazo –educado– del texto romano crece y se extiende por todo el continente. En Europa hay muchos matices. Pero algunos obispos e incluso un episcopado se han distanciado del texto, cuando no lo han condenado.

Entre estas reacciones, cabe mencionar en primer lugar la de Monseñor Tomasz Peta, arzobispo de la arquidiócesis de Santa María en Astana, y su obispo auxiliar, Monseñor Athanasius Schneider. Su posición fue rápida, valiente y muy firme.

Declaración de la arquidiócesis de Santa María en Astana

El texto señala inmediatamente que “el propósito manifiesto de la Declaración de la Santa Sede es brindar “la posibilidad de bendecir a las parejas irregulares y a las parejas del mismo sexo”. Al mismo tiempo, el documento asegura que tales bendiciones se realizan “sin validar oficialmente su estatus ni modificar de ninguna manera la perdurable enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio”.

Pero esto “no debería cegar a los pastores ni a los fieles ante el gran engaño y maldad que reside en la misma autorización para bendecir a parejas irregulares o del mismo sexo”, continúa el documento. "Tal bendición contradice directa y gravemente la Revelación divina, así como la doctrina y práctica ininterrumpida y bimilenaria de la Iglesia católica".

El comentario prevé el desastre que se avecina: "Ninguna afirmación en la Declaración antes mencionada puede minimizar las consecuencias destructivas de gran alcance que resultan de este tipo de bendición legitimada. A través de tales bendiciones, la Iglesia católica se convierte, si no en la teoría, al menos en la práctica, en propagandista de una 'ideología de género' globalista e impía".

A continuación, la diócesis señala la consecuencia práctica: “instamos a los sacerdotes y fieles de la arquidiócesis de Santa María en Astana, y les prohibimos recibir o practicar – en cualquier forma – bendiciones de parejas en situación irregular o de parejas del mismo sexo".

Pero “cualquier pecador sinceramente arrepentido, que tenga la firme intención de no volver a pecar y de poner fin a su situación pública de pecado (por ejemplo, la cohabitación fuera de un matrimonio canónicamente válido, o la unión entre personas del mismo sexo), puede recibir una bendición."

Finalmente, los dos obispos siguen el ejemplo de San Pablo: “nos dirigimos respetuosamente al Papa Francisco que, al autorizar la bendición de las parejas en situación irregular y de las parejas del mismo sexo, “no camina rectamente según la verdad del Evangelio” ( cf. Gal 2, 14), según las palabras con las que el apóstol San Pablo amonestó públicamente al primer Papa en Antioquía”. En conclusión, piden al Papa Francisco que revoque la Declaración DDF.

La Conferencia Episcopal de Ucrania

Los obispos ucranianos reaccionaron rápidamente, probablemente debido a que los ortodoxos rusos, a sus puertas y en el país, condenan tales bendiciones. Señalaron desde el principio que “la noción de bendecir a parejas del mismo sexo, o incluso a parejas no reguladas sacramentalmente, puede verse como una legalización de estas relaciones”.

También señalan: “parece que el texto no distingue claramente entre una persona y su estado, aceptando misericordiosamente a esta persona y expresando desacuerdo con su pecado”. Y lamentan la distinción entre parejas irregulares y parejas del mismo sexo, tratadas del mismo modo, que, en su opinión, deberían ser tratadas por separado.

Finalmente afirman que “lo que falta en el documento es que el Evangelio llame a los pecadores a la conversión y que, sin un llamado a dejar la vida pecaminosa de las parejas homosexuales, la bendición puede parecer un respaldo”. De esta manera se suman a la preocupación de las dubia de los cinco cardenales.

Monseñor Marian Eleganti

Monseñor Eleganti es obispo auxiliar emérito de la diócesis de Coira, Suiza. En su blog personal hizo algunos comentarios sobre Fiducia supplicans. Destaca de inmediato las divergencias en la recepción del texto, y luego pone el dedo en la herida: “No se puede (querer) bendecir a una pareja sin bendecir su unión, bendecir a una pareja sin “validar” su forma de vida objetivamente pecaminosa, como se intenta hacer".

Asimismo, señala que la innovación sobre la tradición, reivindicada por el cardenal Manuel Fernández, es “un neologismo absurdo” porque “los Papas, al igual que los obispos, son los guardianes de las enseñanzas de la Iglesia y de su tradición ininterrumpida. Las verdades son eternas y no cambian con los tiempos”.

Luego ofrece un análisis muy relevante. Afirma que “las bendiciones sin la buena disposición interior de quien las da y las recibe son ineficaces, porque las bendiciones no actúan ex opere operato como los sacramentos. Son sacramentales. No hay una comprensión nueva y ampliada a este respecto, solo afirmaciones erróneas". Lo cual es muy preciso teológicamente.

Continúa: “En la concepción actual, no existe una bendición de primera clase (litúrgica) y de segunda clase (espontánea) por parte de los sacerdotes. Pero si en nuestro contexto se da la correcta disposición interior, es decir, estas personas buscan arrepentirse, abandonar una práctica objetivamente pecaminosa (convivencia e interacción sexual) y corregirla, pueden recibir la bendición para el crecimiento en la gracia y para el éxito de sus esfuerzos morales y de sus próximos pasos en la dirección correcta, pero no como pareja, debido a la incomprensión y la imposibilidad de tal bendición".

La Confraternidad del clero católico 

Esta asociación representa a 500 sacerdotes británicos. Publicó una carta reafirmando las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio y las uniones entre personas del mismo sexo después de la "confusión generalizada" que siguió a la declaración de Fiducia Supplicans emitida por el Vaticano. Tras citar el Catecismo de la Iglesia católica sobre la condena de la homosexualidad, la carta continúa:

“Es en este contexto que se debe evaluar el reciente documento Fiducia Supplicans, que ofrece un llamado al discernimiento que puede llevar a que se concedan bendiciones a quienes mantienen una unión del mismo sexo o no están casadas". La carta “reconoce” el deseo de ayudar a las personas a renovar sus vidas basándose en la buena voluntad y las virtudes naturales.

Pero luego afirma: "No vemos ninguna situación en la que esa bendición de una pareja pueda distinguirse apropiada y adecuadamente de algún nivel de aprobación". Por eso "llevaría inevitablemente al escándalo: para los interesados, para los implicados directa o indirectamente en la bendición o para el propio ministro".

Finalmente, los firmantes temen “que la práctica de estas bendiciones siembre confusión en la mente de los fieles sobre la teología del matrimonio y la sexualidad humana”. Toman como testimonio “comentarios de los medios de comunicación y preocupaciones transmitidas por los fieles” que permiten constatar tales malentendidos.

Los prelados concluyen que “tales bendiciones irían en contra del cuidado legítimo que un sacerdote debe a su rebaño, y desde nuestra propia experiencia como pastores, concluimos que tales bendiciones son pastoral y prácticamente inadmisibles".