Francia: el trasfondo político de la visita del Papa a Marsella (1)

Fuente: FSSPX Actualidad

El Papa Francisco y el cardenal Jean-Marc Aveline en el Estado Velódromo

En Le Figaro del 22 de septiembre de 2023, bajo el título "El Papa Francisco en Marsella: en medio de una crisis migratoria, una visita muy política", Jean-Marie Guénois escribió: "Francisco justificó su viaje a la ciudad de Marsella por su participación en una conferencia eclesial sobre el Mediterráneo".

"'El problema del Mediterráneo es un problema que me preocupa, dijo el Papa. Por eso voy a Francia. Es criminal explotar a los inmigrantes. No en Europa porque somos más civilizados, sino en los [campos] del norte de África, donde se retiene a los inmigrantes'. Y concluyó:

"Los obispos del Mediterráneo se reúnen con los políticos para reflexionar seriamente sobre esta tragedia de los inmigrantes. El Mediterráneo es un cementerio, pero no es el cementerio más grande. El cementerio más grande se encuentra en el norte de África. Para eso voy a Marsella'". Y el periodista francés precisó:

"Fue necesaria la fuerza de persuasión del cardenal Jean-Marc Aveline [arzobispo de Marsella] para que Francisco aceptara finalmente celebrar una misa en el estadio Vélodrome el sábado por la tarde, donde se esperaban cerca de 60,000 fieles.

"Tampoco se habría reunido con los sacerdotes y religiosos de Marsella, como debería haberlo hecho nada más bajar del avión el viernes en Notre-Dame-de-la-Garde. La introducción del aspecto religioso en la segunda versión del programa confirió a esta visita papal "artificial" a Francia similitudes con el patrón habitual de los viajes pontificios".

De hecho, en opinión del Papa, se trataba ante todo de una visita política; fue apostólica solo por accidente.

La utopía soñada por Francisco

El particular interés de Francisco por Marsella lo explica la socióloga progresista Danièle Hervieu-Léger en una columna publicada en el sitio web de La Croix el 21 de septiembre. Según ella, "entre el Norte y el Sur, entre el Este y el Oeste, la multicultural y multireligiosa Marsella ofrece, en muchos aspectos, un espacio de ensueño para afirmar una vez más la renovación de la relación entre catolicismo y universalismo que el Papa jesuita se esfuerza por convertir, teológicamente hablando, en uno de los ejes de su pontificado.

"Desde este punto de vista, el llamado a defender la pluralidad y la equidad culturales dentro de la propia Iglesia va más allá de una advertencia ética dirigida a la complacencia de las 'grandes Iglesias' occidentales o una recomendación pastoral de apertura a la diversidad del mundo:

"Participa en una importante reconfiguración eclesiológica, que sitúa en el horizonte de la realización de la Iglesia, no la inclusión normalizadora de todos los pueblos puestos bajo su gobierno "hasta los confines de la tierra", sino la realización dinámica, que debe inscribirse concretamente en la historia, de una comunión fraterna que reúne a estos pueblos, en su diversidad, en un solo Pueblo".

La socióloga francesa expresa el profundo pensamiento de Francisco, que cita fielmente: "Explicado en la encíclica Fratelli tutti, este renovado enfoque de la vocación universal de la Iglesia arranca la noción de "misión" del imaginario de la conquista o reconquista: se refiere a una manera de habitar el mundo con vistas a un bien común, inseparable de la realización comunitaria y espiritual prometida por el cristianismo.

"El propio Papa Francisco está de acuerdo: la llegada de este "estilo cristiano" que exige "pensar y trabajar como hermanos de todos puede parecer una utopía irrealizable". "Nosotros preferimos creer que es un sueño posible porque es el sueño mismo de Dios. Con su ayuda, es un sueño que puede empezar a hacerse realidad también en este mundo" [Mensaje a la Fundación Centesimus Annus del 23 de octubre de 2021]".

Ignorando increíblemente lo que dijo San Pío X sobre la utopía modernista, Danièle Hervieu-Léger comparte sus expectativas: "¿Tiene la utopía soñada posibilidades de convertirse en una utopía practicada, que involucre concretamente a todos los laicos, hombres y mujeres? El enfoque sinodal lanzado por el Papa hace dos años, y que ahora entra en su fase final, va, en principio, en esta dirección.

"Una cosa es cierta, sin embargo: esta eclesiología de comunión solo puede concretarse en una forma de comunalización católica diaspórica, pluralista e inclusiva [se podría agregar: poliédrica, e incluso caleidoscópica…], que contradice directamente la lógica clerical, centralizadora e imperial del sistema romano con el que se identifica la institución".

Y critica compulsivamente: "la inercia de este sistema y la poderosa organización de las fuerzas hostiles a su cuestionamiento [que] se combinan eficazmente para impedir la más mínima brecha que pueda alterar este sistema lógico"...

Marsella en la época de Lampedusa

Podemos pensar que Francisco no decepcionó a Danièle Hervieu-Léger. Durante su visita a Marsella, atacó a los países europeos que utilizan "propaganda alarmista" para justificar el cierre de sus puertas a los inmigrantes, avergonzándolos para que respondan masivamente a estas llegadas mediante la caridad.

Pidió que a los inmigrantes se les brinden vías legales hacia la ciudadanía y que el Mar Mediterráneo, que muchas personas cruzan para llegar a Europa, sea un faro de esperanza y no un cementerio de desesperación.

Dijo al presidente francés Emmanuel Macron y a los obispos presentes que "el Mediterráneo clama justicia, con sus costas que, por un lado, rezuman riqueza, consumismo y despilfarro, mientras que, por el otro, hay pobreza e inestabilidad". Y añadió: "Ante el terrible flagelo de la explotación de seres humanos, la solución no es rechazar sino garantizar, según las posibilidades de cada persona, un número suficiente de entradas legales y regulares".

Cuando cerca de 7,000 inmigrantes en barcos de contrabandistas en Túnez desembarcaron en la pequeña isla italiana de Lampedusa, en el espacio de un día, Francisco dijo en Marsella: "Quienes arriesgan su vida en el mar no invaden, buscan acogida, buscan vida. En cuanto a la urgencia, el fenómeno migratorio no es tanto una emergencia cíclica, siempre buena para alimentar la propaganda alarmista, sino una realidad de nuestro tiempo".