Indulgencia plenaria para quienes recen ante un Nacimiento franciscano

Fuente: FSSPX Actualidad

Los católicos de todo el mundo podrán recibir una indulgencia plenaria rezando frente al Nacimiento o Belén de una iglesia franciscana del 8 de diciembre de 2023 al 2 de febrero de 2024. Una concesión de la Santa Sede que se enmarca en el 800 aniversario de la aprobación de la regla franciscana.

La idea germinó en el marco de la Conferencia de Familias Franciscanas (CFF), organismo que reúne a representantes de las diferentes congregaciones que reivindican la espiritualidad de San Francisco de Asís. La Conferencia se reunió en octubre de 2023 para celebrar adecuadamente el octavo centenario de la aprobación de la regla franciscana, en 1223.

Aprovechando esta oportunidad, la gran familia franciscana se dirigió a la Santa Sede: “Para promover la renovación espiritual de los fieles y aumentar en ellos la vida de la gracia, venimos a pedirle que los fieles obtengan una indulgencia plenaria, según las condiciones habituales, cada vez que visiten una iglesia franciscana para orar ante el Nacimiento o Belén, en el período que se extiende del 8 de diciembre de 2023 al 2 de febrero de 2024”.

Dicha indulgencia fue concedida por el soberano pontífice, según confirmó la CFF el pasado mes de noviembre. La fecha elegida no se tomó al azar: fue en la Navidad de 1223 cuando el poverello, al regresar de un viaje a Tierra Santa, pidió por primera vez reconstruir el nacimiento de Jesús, en una ciudad que le recordaba a Belén.

Fue en Greccio, un pequeño pueblo de la región de Rieti enclavado entre rocas a 700 metros de altitud. El Nacimiento del Vaticano reproducirá este año aquel otro viviente de la Navidad de 1223, tal como fue pintado por Giotto.

La indulgencia plenaria

Cabe recordar que, en la doctrina cristiana, una indulgencia designa la remisión concedida por la autoridad eclesiástica, fuera del sacramento de la confesión, de la pena temporal debida por los pecados y cuya falta ya ha sido borrada. Esta remisión es eficaz ante Dios porque bebe del tesoro de la Iglesia, que incluye los méritos infinitos de Jesucristo y los de todos los santos.

La indulgencia puede ser plenaria o parcial, reservada a los vivos o aplicable a las almas del Purgatorio.

La remisión de los pecados cometidos después del bautismo, a diferencia de la que se realiza en este primer sacramento de la vida cristiana, es lenta, laboriosa y muchas veces imperfecta, y solo se obtiene mediante la satisfacción y la oración. Debido a la perfección infinita de Aquel que es ofendido por el pecado, no habría posibilidad de una compensación verdadera y estricta ante Dios.

De ahí la parte que toma toda la Iglesia en la expiación de los penitentes, para ayudarlos en su súplica intercediendo por ellos.

Para obtener una indulgencia plenaria es necesario, además de la obra prescrita por la indulgencia, confesarse dentro de los 8 días anteriores o posteriores, recibir la comunión dentro del mismo período de tiempo, esforzarse para desprenderse de cualquier afección voluntaria por el pecado venial, y rezar por las intenciones del soberano pontífice con un Pater y Ave u otra oración.

Las intenciones del soberano pontífice son establecidas por su cargo. Son invariables: la exaltación de la santa Iglesia, la propagación de la fe, la extirpación de la herejía, la conversión de los pecadores, la concordia entre los príncipes cristianos y los demás bienes del pueblo cristiano.