Irlanda del Norte: tensiones entre católicos y protestantes

Fuente: FSSPX Actualidad

Después de las dificultades provocadas por el Brexit, las fuertes tensiones que sacuden actualmente a la policía norirlandesa están exacerbando las divisiones entre católicos y protestantes, llenando de incertidumbre el futuro de Irlanda del Norte.

Las nubes se acumulan sobre Belfast, arrastradas por los vientos de la discordia. La policía de Irlanda del Norte –Police Service of Northern Ireland (PSNI)– lleva varias semanas en crisis. Habiendo sido una pieza esencial en el proceso de paz iniciado en 1998 con los Acuerdos del Viernes Santo, su líder se vio obligado a dimitir el 4 de septiembre de 2023.

La posición de Simon Byrne ya no era sostenible. El 8 de agosto, debido a un error interno de sus servicios, se filtraron los datos personales de diez mil agentes y personal administrativo del PSNI, poniendo en peligro su seguridad en un contexto en el que agentes de policía son regularmente blanco de ataques atribuidos a grupos paramilitares republicanos católicos.

Esta filtración debilitó al PSNI, que en 2001 sustituyó a la Royal Ulster Constabulary, de mayoría protestante, para luchar contra la discriminación de la que eran víctima los católicos. La imagen de la sociedad norirlandesa no se ha visto reflejada en esta fuerza: la proporción de agentes católicos sigue disminuyendo (30%), aunque los protestantes son cada vez menos en la provincia.

Sin embargo, "los agentes de policía católicos –alrededor de 2,000– se unieron (al PSNI) con pleno conocimiento de los riesgos que representaba para su seguridad personal. Demuestran así su compromiso y dedicación para proteger a sus comunidades, algo que creo que no se comprende ni se reconoce plenamente en otras partes de Irlanda y el Reino Unido", lamentó Gerry Murray, jefe del Sindicato de Policías Católicos de Irlanda del Norte.

Este fracaso en el reclutamiento también se explica por el hecho de que los policías católicos se encuentran en el punto de mira de los republicanos radicales que ven a sus correligionarios como traidores a la causa de la independencia de Irlanda del Norte. Una cosa es segura: el error digital del pasado mes de agosto no ayudará en nada a la profesión.

Pero eso no es todo: en 2021, dos agentes de policía del PSNI fueron sancionados por su jefe por interrogar a los participantes de una marcha en honor de las cinco víctimas católicas de un tiroteo en el sur de Belfast atribuido a los protestantes lealistas en 1992.

Simon Byrne consideró oportuno aprobar esta sanción para apaciguar la ira del Sinn Féin -antiguo brazo armado del IRA, ahora el principal partido político católico que apoya la reunificación de Irlanda y parte activa en el proceso de paz- del que varios funcionarios electos son miembros de la junta directiva del PSNI.

Los acontecimientos dieron un giro dramático a finales de agosto pasado, cuando el Tribunal Superior de Justicia de Irlanda del Norte emitió su veredicto: el jefe de policía había sancionado injustamente a sus funcionarios por razones políticas y debía reintegrarlos. Esa fue la gota que derramó el vaso para Simon Byrne, quien se apresuró a presentar su renuncia a principios de este mes.

Gerry Murray ve esta crisis como "una oportunidad para forjar el futuro y el cambio real". Ante la gravedad de la situación, el arzobispo de Armagh, Monseñor Eamon Martin, se reunió con Simon Byrne para asegurar su "apoyo inequívoco a quienes ejercen su profesión de policía en el seno del PSNI", invitando a los católicos a "desvincularse de aquellos que intimidan a estos valientes hombres y mujeres".

Lo que es seguro es que la conmoción en la policía norirlandesa no contribuirá a reforzar las relaciones entre católicos y protestantes, ya dañadas por las consecuencias del Brexit y la introducción de una frontera aduanera entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido.