JMJ: cuando un jesuita se reúne con otros jesuitas…

Fuente: FSSPX Actualidad

Los jesuitas de Portugal alrededor de Francisco

Durante la JMJ de Lisboa (del 1 al 6 de agosto de 2023), como durante cada uno de sus viajes apostólicos, el Papa Francisco quiso llevar a cabo una entrevista especial con sus colegas jesuitas. Pero como sucede en cada una de estas reuniones, pronunció el mismo discurso, que siempre resulta inconexo. 

Por ello habló, entre otras cosas, del indietrismo (atraso) de los conservadores y de la amplia hospitalidad que se debe dar a todos, en particular a los homosexuales... He aquí algunos extractos de sus declaraciones, retomadas con piadosa satisfacción por La Civiltà Cattolica del 28 de agosto.

Rechazo a los conservadores

Sobre el conservadurismo en Estados Unidos: "Hay una actitud reaccionaria muy fuerte, organizada, que incluso estructura la pertenencia emocional. Quiero recordarles a estas personas que el indietrismo es inútil y que debemos comprender que hay una evolución justa en la comprensión de las cuestiones de fe y moralidad".

"Siempre que se sigan los tres criterios que ya indicaba Vicente de Lérins en el siglo V: que la doctrina evolucione ut annis consolidetur, dilatetur tempore, sublimetur aetate. En otras palabras, continuó, la doctrina también progresa, se consolida con el tiempo, se expande y se hace más firme, pero siempre progresando. El cambio se desarrolla desde la raíz hacia arriba, creciendo con estos tres criterios".

Una vez más, el Papa Francisco citó de manera parcial a San Vicente de Lérins, pero continuó sin vergüenza: "Vicente de Lérins hace la comparación entre el desarrollo biológico humano y la transmisión de una época a otra del depositum fidei, que crece y se consolida con el paso del tiempo.

"Aquí nuestra comprensión de la persona humana cambia con el tiempo y nuestra conciencia también se profundiza. Las otras ciencias y su evolución también ayudan a la Iglesia en este crecimiento en la comprensión. La visión de la doctrina de la Iglesia como monolítica es errónea".

Y Francisco lanza los mismos reproches, apoyándose en un argumento distorsionado de la autoridad: "Algunos se excluyen, retroceden, son lo que yo llamo indietristas. Cuando retrocedemos, formamos algo cerrado, desconectado de las raíces de la Iglesia y perdemos la savia de la revelación. Si no cambiamos hacia arriba, retrocedemos y adoptamos entonces otros criterios de cambio que los que la misma fe nos da para crecer y cambiar.

"Los efectos sobre la moralidad son devastadores. Los problemas que los moralistas tienen que afrontar hoy son muy graves y, para resolverlos, deben correr el riesgo de cambiar, pero en la dirección que he indicado".

Recibir a todos, especialmente a los homosexuales

Después de rechazar así a los conservadores, el Papa no tiene problema en hablar de recibir a todos en la Iglesia, especialmente a los homosexuales: "Creo que no hay discusión sobre el llamado dirigido a 'todos'. Jesús es muy claro en este punto: "todos". Los invitados no quisieron venir a la fiesta. Entonces dijo que fueran al cruce y llamaran a todos, a todos.

"Y para que quede claro, Jesús dice 'sanos y enfermos', 'justos y pecadores', todos, todos. Es decir, la puerta está abierta a todos, cada uno tiene su lugar en la Iglesia. ¿Cómo lo experimentará cada uno? Ayudamos a las personas a vivir para que puedan ocupar con madurez este lugar, y eso se aplica a todo tipo de personas".

Y añadió: "En Roma, conozco a un sacerdote que trabaja con chicos homosexuales. Está claro que hoy el tema de la homosexualidad es muy fuerte, y la sensibilidad hacia este tema cambia según las circunstancias históricas.

"Pero lo que no me gusta en absoluto, es que miremos con lupa el llamado [sic] 'pecado de la carne', como lo hemos hecho durante tanto tiempo en lo que respecta al sexto mandamiento. Si explotabas a los trabajadores, si mentías o engañabas, no importaba, solo eran relevantes los pecados debajo del cinturón. 

"Así que todos están invitados. Eso es lo principal. Y se debe aplicar a todos la actitud pastoral más adecuada. No debemos ser superficiales ni ingenuos, obligando a las personas a adoptar cosas y comportamientos para los que aún no están maduros o de los que no son capaces. El acompañamiento espiritual y pastoral requiere mucha sensibilidad y creatividad. Pero todos, todos, estamos llamados a vivir en la Iglesia: no lo olviden nunca".

Un discurso repetitivo, generalizaciones abusivas

Esta capciosa exégesis de los textos evangélicos obligó a Stefano Fontana a reaccionar en La Nuova Bussola Quotidiana del 29 de agosto: "Indietrismo, clericalismo y las inevitables ambigüedades sobre la inclusión de los homosexuales y transexuales: este es el guion habitual escenificado una vez más en la conversación de Francisco con los jesuitas portugueses".

El intelectual italiano ve esto como una forma de psicorigidez: "Francisco sigue su propia línea de pensamiento y no se deja cuestionar en lo más mínimo por los problemas planteados. No es que sus hermanos jesuitas, siendo jesuitas, hagan preguntas embarazosas, claro está, pero plantean problemas que son inmediatamente abordados según los patrones de pensamiento habituales y con el abuso de las mismas palabras: indietrismo, clericalismo, etc".

Pero también denuncia una tendencia a generalizar excesivamente: "Francisco hace juicios generales sobre situaciones muy complejas. Entendemos que en un breve coloquio no se puedan escribir páginas y páginas, pero es precisamente por eso que se debe tener cierta cautela.

"Por ejemplo, el Papa expresa aquí un juicio muy duro y absolutamente esquemático sobre el clero y los católicos estadounidenses, acusándolos sumariamente de indietrismo ideológico: 'Hay una actitud reaccionaria muy fuerte, organizada, que incluso estructura la pertenencia emocional. Quiero recordarles a estas personas que el indietrismo es inútil'.

"Se tiene la impresión de que en cada entrevista con sus hermanos jesuitas, pero también podríamos decir en cada entrevista, las respuestas de Francisco son estándar, pertenecen a un repertorio conceptual y lingüístico fijo y no evolucionan realmente.

"Esta vez, como en el pasado, Francisco citó a Vicente de Lérins sobre la evolución del dogma, pero lo citó a medias, mencionando las palabras que indican un progreso, pero nunca aquellas que indican una perfecta continuidad, es decir, "en todas partes, siempre y por todos" [ndt: "Mantenemos la creencia de lo que se ha creído en todas partes, siempre y por todos" (ubique, semper, et ab omnibus)]. Aunque muchos expertos se lo han señalado, él permanece imperturbable".

Sobre esta tendencia a la generalización abusiva de los católicos que se centran en el sexto mandamiento sin preocuparse por los trabajadores explotados, Stefano Fontana recuerda: "El Catecismo mencionaba el robo de los salarios justos a los trabajadores como una acción que clama la venganza de Dios".

"En Rerum novarum, León XIII puso en el centro de la acción de la Iglesia a aquellos que estaban "solos e indefensos a merced de la codicia de los amos y de la competencia desenfrenada". […] Ciertamente, en el pasado, la atención prestada a los "pecados de la carne" era mucho más intensa que hoy, cuando – como revelan muchos confesores – nadie se confiesa por actos contrarios al sexto mandamiento.

"Pero ciertamente no faltaban los exámenes de conciencia por los actos de injusticia social y explotación, así como los actos de reparación de estos pecados, y las intervenciones públicas de caridad, como lo atestiguan los santos sociales y sus obras de caridad".

Además, señala Stefano Fontana, no hay que olvidar que "el sexto mandamiento no es algo privado, sino que tiene una amplia repercusión en la vida social y política, porque todos los problemas de la sociedad surgen del cultivo de las pasiones desenfrenadas".