La ONU establece un Día Internacional de la Fraternidad Humana

La propuesta inicial para el establecimiento de este día provino de la Alta Comisión para el Documento sobre la Fraternidad Humana, presidida por el Cardenal Miguel Ángel Guixot, con fecha del 5 de diciembre de 2019. Esta Alta Comisión fue creada el 20 de agosto, e incorpora personalidades de diversas religiones.

Adoptada por Arabia Saudita, Bahrein, Burkina Faso, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Guinea Ecuatorial, Marruecos y Venezuela, la propuesta fue aprobada sin votación durante la 75º sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el 15 de diciembre de 2020. La fecha elegida, el 4 de febrero, corresponde a la firma del Documento para la Fraternidad Humana, en 2019, por el Papa Francisco y el gran imán Ahmad Al-Tayyeb.

Aunque la Unión Europea apoyó el texto, protestó contra la proliferación de días internacionales. Mientras que Estados Unidos insistió en su tradición de la libertad de expresión y religión, y expresó sus dudas sobre el significado de "pluralismo" contenido en el texto...

Los considerandos de esta decisión

La decisión se basa principalmente en "la Carta de las Naciones Unidas y la Declaración Universal de los Derechos Humanos, particularmente en el derecho a la libertad de pensamiento, conciencia y religión". -En otras palabras, está basada en una negación de los derechos de Dios.

El texto también recuerda la Declaración de 1981 sobre la eliminación de todas las formas de intolerancia y discriminación fundadas en la religión y las convicciones, que merece el mismo comentario que el párrafo anterior.

Finalmente, se recuerda que el período 2013-2022 ha sido proclamado como la "década internacional del acercamiento de las culturas". -Esto significa, sobre todo, limitarse unos a otros para llegar a una especie de "religión de la tolerancia".

La resolución prosigue con la consideración del marco general: la búsqueda de una cultura de paz y de no violencia. -Una búsqueda ilusoria fuera de Jesucristo, Príncipe de la Paz.

Lo siguiente es la observación de los numerosos actos cometidos en todo el mundo, que incitan al odio religioso, y la "valiosa contribución que hacen a la humanidad las personas de todas las religiones o creencias", así como la importancia del diálogo entre todos "los grupos religiosos".

A esto sigue un verso sobre la educación para la tolerancia, porque "la tolerancia, el pluralismo, el respeto mutuo y la diversidad de religiones y creencias hacen florecer la fraternidad humana".

Finalmente, la Asamblea toma nota de las iniciativas a todos los niveles, y en particular del encuentro del 4 de febrero de 2019 entre el Papa Francisco y el gran imán de Al-Azhar. Por ello, decidió proclamar el Día Internacional de la Fraternidad Humana, e invitó a los Estados miembros, organismos internacionales, sociedad civil, ONG y sector privado a celebrarlo el 4 de febrero.

Esta celebración forma parte de los esfuerzos para "promover la paz, la tolerancia y la inclusión, el entendimiento y la solidaridad". Este episodio refuerza una conclusión ya expuesta en FSSPX.Actualidad.

Una rama religiosa de las Naciones Unidas

La "comunión" de la Iglesia con las Naciones Unidas marca una nueva etapa en el desarrollo de una concepción globalista de la religión. El Papa Francisco, siguiendo la línea del Concilio, encargado de plantar la semilla, ya no concibe la religión católica sino como una especie de Movimiento de Animación de la Democracia Universal - o MASDU, según la feliz fórmula del Padre Georges de Nantes. Por eso ha multiplicado las iniciativas dirigidas a lo terrenal, descuidando gravemente su deber de Vicario de Cristo.

Esto corresponde al objetivo buscado por la masonería desde su fundación. La humanidad debe reemplazar a la Iglesia y al cristianismo. La humanidad es la sociedad de la salvación universal. Los derechos humanos deben reemplazar al Evangelio. La forma terrenal del reino de Dios es la democracia mundial. La Iglesia no es más que una ONG entre otras, que asegura la contribución de una vaga espiritualidad para aquellos que siguen creyendo en Dios.