Monseñor Bätzing reconoce la preocupación romana por el Camino Sinodal

Fuente: FSSPX Actualidad

Monseñor Georg Bätzing reconoció que el Papa Francisco y el Vaticano siguen con gran preocupación el Camino Sinodal alemán, así como el papel cada vez menor de la teología alemana y los representantes eclesiásticos del país en la Iglesia Universal.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania declaró al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung que la inquietud de Roma sobre la situación de la Iglesia en Alemania se debe a la historia alemana.

Según el obispo de Limburgo, "la visión de Roma sobre Alemania como un país de la Reforma es siempre particularmente crítica. No es fácil para el proyecto del Camino Sinodal. Necesitamos mucha comunicación. Queremos fortalecer a la Iglesia, no dejar que se debilite".

Sin embargo, esto es precisamente lo que no ha logrado el debate actual, cuestionado por muchos teólogos, entre ellos el cardenal Walter Kasper, confidente del Papa.

Manejo y encubrimiento de los casos de abuso

Monseñor Bätzing, que fue acusado públicamente hace unos días de encubrir casos de abuso sexual, también afirmó que los "responsables de la Iglesia", incluido él mismo, "han cometido errores" con respecto al manejo de la violencia sexual, el abuso y el encubrimiento. Pero en los últimos años, se han hecho muchas cosas para arreglar la situación.

El obispo de Limburgo también admitió que la Iglesia en Alemania se está volviendo más pequeña y menos relevante.

"La brecha es grande y se está ampliando. Las cifras relacionadas con la pertenencia y el compromiso de la Iglesia son señales de alarma. Es precisamente en cuestiones de sexualidad, relaciones e igualdad entre mujeres y hombres donde la brecha es mayor.

"Además, la gente se hace preguntas: ¿Existe un punto de referencia trascendente, existe Dios? ¿Dios significa algo para mí? Los teólogos hablan de una crisis fundamental sobre Dios".

Una visión sociológica de la Iglesia

A la pregunta sobre si esto representa una oportunidad para la Iglesia, el obispo respondió sociológicamente: "Ya no somos un medio importante, por eso debemos ir en busca de socios con los que compartamos los mismos valores", declaró el sexagenario.

Quizás podríamos encontrar socios en la economía para proyectos sociales: "Podrían ser, por ejemplo, jóvenes emprendedores que fundaron una iniciativa para las mujeres refugiadas y crearon con ellas una marca de ropa", explicó textualmente el obispo de Limburgo.

Esta respuesta muestra la desviación de los espíritus: para recuperar una presencia en la sociedad alemana, ¡el presidente de la Conferencia Episcopal quiere poner en marcha programas sociales o económicos con los no católicos! Un plan de management, por así decirlo.

Y esa es la tragedia: todo el Camino Sinodal está basado en una idea similar. El objetivo es ofrecer suficientes garantías al espíritu del mundo, recortar y nivelar la doctrina para que sea aceptable a la sociedad contemporánea, para recuperar una visibilidad que se erosiona y se desmorona.

No hay más espíritu misionero, no hay más espíritu de fe, tampoco hay verdadera caridad fundada en la verdad de la Revelación. El Camino Sinodal es un callejón sin salida.