Un tenso año nuevo para el acuerdo China-Vaticano

Fuente: FSSPX Actualidad

Monseñor Shao Zhumin

El año 2024 tuvo un mal comienzo para los católicos chinos: un obispo aprobado por Roma fue arrestado y trasladado a un lugar desconocido. Malas noticias para el acuerdo provisional pactado entre la Santa Sede y China sobre el nombramiento de obispos, y que en teoría debería renovarse en 2024.

El 2 de enero de 2024, las fuerzas de seguridad irrumpieron en la casa de monseñor Peter Shao Zumin. No para presentarle los buenos deseos del Partido Comunista Chino (PCC), sino para llevarlo detenido a un destino desconocido. Le pidieron que llevara consigo ropa para todas las estaciones, lo que sugiere un encarcelamiento indefinido.

No es la primera vez que monseñor Shao Zumin experimenta la humedad de las cárceles comunistas: con 61 años, obispo de Wenzhou desde que sucedió en 2016 a monseñor Vincent Zhu Wei-Fang, el prelado ordenado por la Santa Sede todavía no es reconocido por el PCCh.

Y con razón: monseñor Shao Zumin se niega a unirse a la Asociación Patriótica Católica China –un órgano que emana directamente del poder comunista– y por eso los mandarines rojos consideran vacante la sede episcopal de Wenzhou.

Por lo tanto, el prelado está familiarizado con las visitas improvisadas de la policía: durante las principales fiestas religiosas, es puesto regularmente bajo arresto domiciliario – generalmente durante varios días – para impedirle celebrar públicamente misas y oficios.

Pero la detención del 2 de enero se produjo en un contexto diferente, a raíz de una carta de protesta – escrita por el obispo – contra las decisiones tomadas en su ausencia por ciertos miembros del clero diocesano aprobado por Beijing: ordenaciones sacerdotales, traslados de sacerdotes... Actos que dependen del obispo ordinario y que fueron decididos sin su aprobación.

Huelga decir que la carta de monseñor Shao Zumin causó cierto revuelo en la rama local de la Asociación Patriótica, que pidió al PCCh que castigara al prelado recalcitrante: no hay duda de que las autoridades decidieron hacer del obispo de Wenzhou un ejemplo para evitar cualquier “comportamiento desviado” en el futuro.

Una piedra en el jardín del Vaticano

Esta detención constituye una mala señal adicional, ya que el acuerdo provisional secreto firmado en 2018 por dos años entre Beijing y la Santa Sede, luego renovado en 2022, expira en otoño de 2024.

Un acuerdo deseado por “el Papa Francisco, con determinación y paciente clarividencia (…) no con la ilusión de encontrar la perfección en las reglas humanas, sino con la esperanza concreta de poder asegurar a las comunidades católicas chinas, incluso en un contexto tan complejo, la conducta de pastores dignos y aptos para la misión que se les ha confiado", explicó el cardenal Pietro Parolin, en su calidad de Secretario de Estado de la Santa Sede, el 22 de octubre de 2022.

Después de varios años de retrospectiva –y de las numerosas vejaciones sufridas por sacerdotes y fieles en China – ¿aún se habla de “clarividencia paciente” al otro lado de la Gran Muralla? Los próximos meses serán decisivos para responder a esta pregunta.