América Latina: comienza la decadencia del catolicismo

Fuente: FSSPX Actualidad

Un informe reciente de los obispos sudamericanos señala el declive de la religiosidad en un continente que actualmente sigue siendo el pulmón del catolicismo mundial. Está iniciando una decadencia y es difícil decir si la Iglesia local podrá aplicar los medios para detenerla.

Los datos publicados por el Vaticano el 22 de octubre de 2023 –información transmitida por FSSPX.Actualidad– ponen de relieve la lenta secularización del Viejo Continente, así como el inicio de un desplazamiento gradual del centro de gravedad de la Iglesia hacia África y Asia, aunque el continente americano seguirá siendo, durante algunas décadas más, el pulmón de la Iglesia.

Una perspectiva confirmada por una encuesta muy reciente de la Conferencia de Obispos de América Latina y el Caribe (CELAM) que advierte: "La disminución del número de bautismos y otros sacramentos, como las confirmaciones y los matrimonios, plantea varias interrogantes sobre la práctica sacramental en esta región del mundo".

Pero visto desde fuera, el catolicismo en América del Sur es suficiente para hacer soñar a los habitantes del viejo continente: el 41% de los católicos vive en una región del mundo que tiene el doble de bautizados que en Europa. Y, sin embargo, también en este caso están surgiendo señales de advertencia de una transición.

"Se puede conjeturar que el número de católicos en esta parte del mundo disminuirá en un futuro próximo debido a la conjunción de dos tendencias: la desaceleración del crecimiento demográfico y la disminución del número de bautismos administrados cada año", afirma el Informe del episcopado sudamericano.

Una inflexión que debería "sumarse a la tendencia registrada en Europa desde los años 1970", donde el declive debido a la lenta secularización y al alineamiento con un modo de vida puramente consumista se experimentó antes.

Al mismo tiempo -sin que esto sorprenda a nadie– el CELAM constata un "debilitamiento generalizado de la afiliación al catolicismo", lo que indica una "pérdida de influencia de la Iglesia dentro de las poblaciones latinoamericanas", incluso un "claro distanciamiento de la institución que la Iglesia representa".

Sin embargo, no creamos que el catolicismo sudamericano está en peligro, ni mucho menos: el estudio –que examina también la evolución estadística en el seno de las 22 conferencias episcopales del CELAM– destaca el notable aumento del número de sacerdotes en Centroamérica, y en México especialmente, durante los últimos 40 años, lo cual es una buena noticia.

Desde 1970 hasta 2005, el número de seminaristas mayores aumentó regularmente, volviendo en 2020 al nivel de finales de los años 1980. Por lo tanto, no hubo efecto Francisco, y el Sínodo sobre la Amazonia tampoco revirtió la tendencia.

Néanmoins, de façon globale, le marqueur des vocations n’est plus vraiment au vert : de 1970 jusqu’à 2005, le nombre de grands séminaristes a régulièrement augmenté, pour revenir en 2020 au niveau de la fin des années 1980. Il n’y a donc pas eu d’effet François, et le synode sur l’Amazonie n’a pas non plus véritablement inversé la tendance.

La vida consagrada también parece estar sufriendo el golpe: "se observa una disminución de la vida religiosa femenina que plantea interrogantes sobre el futuro de las obras y el impacto en las comunidades más vulnerables", señala monseñor Lorenzo Cárdenas Aregullin, secretario general del CELAM. Si bien se hace esta observación, no parece que haya llegado el momento de una toma de conciencia real.

Los prelados sudamericanos siguen enfocados en los imperativos de adaptación a la modernidad, en línea con el Sínodo: "gracias a los datos y análisis presentados, estamos invitados a reflexionar y buscar estrategias pastorales que permitan a la Iglesia afrontar los desafíos futuros.

"(…) Debemos estar preparados para adaptarnos y responder a las necesidades cambiantes de nuestros fieles", explicó el CELAM. Los pulmones del catolicismo mundial siguen sufriendo ataques de asma.