El Papa Francisco suprime la Comisión Pontificia Ecclesia Dei

Fuente: FSSPX Actualidad

El 17 de enero de 2019, el Papa Francisco suprimió la Comisión Pontificia Ecclesia Dei, que fue creada en 1988 por su antecesor, el Papa Juan Pablo II.

La Carta Apostólica, en forma de Motu Proprio, del Papa fue publicada al mediodía del 19 de enero por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, y añadida a L’Osservatore Romano. A partir de ahora, las responsabilidades de la Comisión se colocarán enteramente en manos de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la cual designará una sección especial para hacerse cargo de ellas. Esta transferencia, explica el Soberano Pontífice, responde a una necesidad expresada durante una reunión de este dicasterio, el 15 de noviembre de 2017, aprobada por él mismo el 24 de noviembre y validada en una sesión plenaria en enero de 2018.

El Papa recuerda cómo, hace más de treinta años, el día siguiente a las consagraciones episcopales de 1988, Juan Pablo II deseaba facilitar la "comunión eclesial plena de sacerdotes, seminaristas, comunidades religiosas o individuos hasta el momento vinculados de distintas maneras a la Fraternidad fundada por Monseñor Lefebvre”. El objetivo era ayudarlos a "permanecer unidos al Sucesor de Pedro en la Iglesia Católica, permitiéndoles conservar sus propias tradiciones espirituales y litúrgicas". Esta preservación de las tradiciones espirituales y litúrgicas fue asegurada en 2007 por el Motu Proprio Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI.

La reseña histórica del Papa Francisco tiene el mérito de mencionar que esta Comisión Pontificia fue originalmente fundada sobre la condena de Monseñor Lefebvre y su obra. En sus treinta años de existencia, se limitó principalmente a cuestiones litúrgicas, con la intención de responder a la "sensibilidad" de los sacerdotes y fieles conservadores, y de contrarrestar el crecimiento de la Fraternidad San Pío X en todo el mundo...

Pero una vez que se levantaron las supuestas excomuniones de los obispos de la Tradición en 2009, Benedicto XVI estimó que las cuestiones doctrinales en curso eran una buena razón para adjuntar la Comisión Pontificia Ecclesia Dei a la Congregación para la Doctrina de la Fe. El objetivo era abrir la puerta a las discusiones doctrinales con la Fraternidad San Pío X.

La Primacía de la Doctrina de la Fe

Hoy, el Papa Francisco escribe que las comunidades religiosas que pertenecen a la Comisión Pontificia han adquirido estabilidad, tanto en su número como en sus actividades; garantizando la celebración de la Misa en su "forma extraordinaria". Pero, señala, "las cuestiones tratadas por esta misma Comisión Pontificia eran principalmente de naturaleza doctrinal". Dichas objeciones y cuestiones son claramente irrelevantes para estas comunidades. Desde luego, es para la Fraternidad San Pío X que siguen representando un problema.

Esto es lo que los cardenales señalaron el 15 de noviembre de 2017, cuando "solicitaron que el diálogo entre la Santa Sede y la Fraternidad San Pío X fuera llevado a cabo directamente por la Congregación antes mencionada [para la Doctrina de la Fe], ya que las cuestiones tratadas son de naturaleza doctrinal".

Una conclusión es evidente: como las llamadas comunidades Ecclesia Dei han preservado "sus tradiciones espirituales y litúrgicas", claramente no tienen relevancia en esta discusión. El hecho de que permanezcan vinculadas a una sección de la Congregación para la Doctrina de la Fe, es meramente incidental. Tienen la Misa, las "tradiciones espirituales y litúrgicas", pero no toda la doctrina que esto conlleva.

Eso es lo que siempre ha reprochado la Fraternidad San Pío X a Dom Gérard [fundador del monasterio benedictino en Le Barroux, que trabajó con Monseñor Lefebvre hasta 1988] y a todos aquellos que creyeron que debían romper la unidad de la Tradición para negociar un acuerdo exclusivamente práctico. La crisis de la Iglesia no puede reducirse tan sólo a una cuestión espiritual o litúrgica. Es algo mucho más profundo, porque tiene que ver con la esencia misma de la fe y la doctrina de la Revelación, el derecho de Cristo Rey a reinar aquí sobre los hombres y sobre las sociedades.