El santuario de Mariazell en Austria
La basílica de Mariazell, que se eleva en el corazón de las montañas de Estiria, a unos 70 km al este de Viena, es el principal centro espiritual de las poblaciones católicas de la zona del Danubio. Cada año recibe casi un millón de peregrinos: austriacos, pero también checos, eslovacos, húngaros, croatas y eslovenos.
Historia
El santuario fue fundado en 1157, a raíz de un milagro realizado por la Virgen María. Un monje benedictino, Magnus, había sido enviado por su abad para predicar el Evangelio en esta región. Llevaba consigo una estatua de la Virgen tallada en madera de tilo. En el camino, se encontró bloqueado por una gran roca. Colocó la estatua allí, y la roca se partió para dejarlo pasar.
Construyó una celda monástica –“zell” en alemán– de donde proviene el nombre actual de Mariazell. La reputación de santidad produjo conversiones y atrajo peregrinos. La estatua en cuestión es la famosa Virgen venerada hoy, conocida como Magna Mater Austriae, la Ilustre Madre de Austria.
Las iglesias sucesivas
Un segundo hecho milagroso contribuyó a la creación de la primera iglesia: el margrave de Moravia y su esposa se curaron de una grave enfermedad y, en agradecimiento, ofrecieron una donación para la construcción de una iglesia, que comenzó en 1200. Ya existía una parroquia independiente en 1269. En 1330, una indulgencia concedida por el obispo de Salzburgo confirmó el lugar de peregrinación frecuentado.
La iglesia románica fue ampliada y transformada en una iglesia gótica, gracias a una donación del rey Luis I de Hungría, en 1370, en acción de gracias por las victorias contra los enemigos del cristianismo. Esta iglesia fue ampliándose paulatinamente en los siglos siguientes, pero se conservó el núcleo románico inicial.
La indulgencia plenaria concedida en 1399 por el Papa Bonifacio IX jugó un papel importante. Fue concedida para la semana siguiente a la octava de la Asunción, lo que permitió la expansión de las procesiones que se mantuvieron tras la expiración de la indulgencia.
Durante la Reforma, las peregrinaciones experimentaron un fuerte declive, pero para los príncipes católicos y partidarios de la Contrarreforma, el santuario mariano se convirtió en el símbolo del catolicismo. A lo largo de los siglos, el flujo de peregrinos siguió aumentando en Mariazell.
En el siglo XVI, Mariazell era uno de los lugares de peregrinación de renombre internacional. Peregrinos de la actual Baviera, Bohemia, Francia, Italia, Croacia, Polonia, Alemania, Suiza y especialmente de Austria y Hungría acudían, ya en aquella época, a rezar a la Virgen de Mariazell.
A partir del siglo XVII, la afluencia de peregrinos era tal que fue necesaria una reconstrucción completa, hecha en estilo barroco. En ese entonces, la Virgen María recibió los títulos de Magna Domina Hungarorum (Gran Soberana de los húngaros) y Regina Slavorum Gentium (Reina de los pueblos eslavos).
En 1907, la iglesia, que lleva el nombre de iglesia de la Natividad de María, fue elevada a basílica menor por el Papa San Pío X y, en 1908, la imagen de la Virgen recibió la coronación papal. Mariazell fue erigida como santuario nacional, desde donde protege al país.
El impulso del “milagro del rosario” contra el comunismo
Ante la amenaza de la ocupación soviética, el 2 de febrero de 1946, un sacerdote capuchino, Petrus Pavlicek, rezó a la Virgen en Mariazell. Entonces una voz interior le dijo: “Haz lo que te digo y tendrás paz”. El sacerdote comprendió que la Virgen María le pedía rezar el rosario sin cesar para sacar a Austria del yugo comunista. Esta cruzada salvó al país después de siete años de perseverancia.
La Capilla de las Gracias
(Fuente: basilika-mariazell.at/La Croix/cath.ch – FSSPX.Actualités)
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