Mes del Sagrado Corazón - Corazón de Jesús, Tabernáculo del Altísimo
Déjame dilatarme en ti. Mi grandeza suplirá tu pequeñez. Desde ahora trabajaremos siempre unidos. Yo viviré en ti, tú vivirás para las almas. Mi Corazón lo hará todo, mi misericordia obrará en ti y mi amor anonadará todo tu ser. Cuanto más desaparezcas, más seré Yo tu vida y tú serás mi cielo donde descansaré.
Háblame porque estoy contigo. No estás sola aún cuando no me ves; Yo te veo..., te sigo..., te oigo. Háblame, sonríeme... porque soy tu Esposo, tu compañero inseparable.
Si me agradas es por tu pequeñez. No te pido más que amor y abandono. Quiero que seas como un vaso vacío que Yo me encargaré de llenar. Deja a tu Criador, que El cuidará de su criatura. En cuanto al amor no tengas medida.
Quiero que me lo ofrezcas todo, aun lo más pequeño, para compensar el dolor que me causan las ofensas de las almas, sobre todo de aquellas que me están consagradas. Quiero que descanses sin miedo en mi Corazón. Míralo y verás que ese fuego es capaz de consumir todo lo imperfecto que hay en ti.
Si eres pobre Yo soy rico. Si eres débil Yo soy fuerte. Lo que te pido es que no resistas; Yo te defenderé; si caes, te levantaré y no te dejaré jamás. Tú abandónate: Yo lo haré todo
Sor Josefa Menéndez, Un Llamamiento al Amor, pp. 18-19.
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Fuente: FSSPX.Actualités - 20/06/2018