Reseña de prensa: las consecuencias interminables de “Fiducia supplicans” (2)

El cardenal Fernández debe dimitir

En su sitio, el 25 de enero, Edward Pentin publicó una entrevista a don Nicola Bux, ex consultor de la Congregación de la Fe, bajo Benedicto XVI. El teólogo italiano declara sin rodeos: “Ciertamente, la declaración Fiducia supplicans no pertenece al Magisterio auténtico y, por tanto, no es vinculante. […]

"Ni siquiera es posible adherirse a la Declaración mediante el consentimiento religioso de la voluntad y el intelecto". Y añade: "El Papa Francisco debería anular Fiducia supplicans y sustituir al prefecto por un hombre de 'doctrina segura, sólida y pura', según las palabras del Apóstol a Tito".

Luego, anticipándose al cónclave del que se habla cada vez más en Roma, ya que este pontificado parece estar agonizando, don Bux afirma: "Es cierto que el próximo Papa, si no quiere serlo únicamente para una parte de la Iglesia, tendrá que preguntarse: ¿Cuál es la misión de la Iglesia? ¿Conformarse con el mundo o salvarlo?

“La unidad de la Iglesia católica está comprometida por Fiducia supplicans porque, sobre una verdad moral tan esencial, acepta en la práctica puntos de vista opuestos entre las Iglesias esparcidas por el mundo. Un ejemplo: el nuevo obispo de Foggia-Bovino (Italia) declaró que su Iglesia será “la Iglesia de Francisco que bendice a todos”. ¿Pero no debería ser la Iglesia de Jesucristo?

"El cardenal Fernández se desacreditó al publicar un documento opuesto al de su antecesor, el cardenal Ladaria, en 2021. ¿Se trata de un desarrollo homogéneo o heterogéneo de la doctrina? El Dicasterio de la Fe y la Santa Sede se han humillado. Alguien ya ha renombrado el Dicasterio "para la destrucción de la fe". Sobre el cardenal Fernández pesará la sospecha de ignorancia y mala fe para cualquier documento que firme posteriormente. Debería dimitir".

En una nota crítica publicada en su blog personal, el cardenal Joseph Zen, arzobispo emérito de Hong Kong, llega a la misma conclusión. Denuncia enérgicamente lo que implica la declaración romana, es decir, que "el comportamiento sexual en las relaciones homosexuales es bueno en sí mismo", y pregunta: "Si el prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe define un acto grave como algo 'bueno', ¿no está cometiendo una herejía? ¿El prefecto no debería dimitir o ser despedido?"

Sin embargo, según José Arturo Quarracino, entrevistado por Edward Pentin en el National Catholic Register del 18 de enero, Francisco no destituirá al cardenal Fernández, aunque "su autoridad papal ha sido gravemente dañada, ya que gran parte de la Iglesia institucional se ha vuelto contra él, así como gran parte del laicado católico, tanto por razones doctrinales o dogmáticas, como de sentido común”.

Pero, según el observador argentino, la tragedia de Francisco es que “en el fondo se cree superior. Sus últimas declaraciones, según las cuales quienes “critican la Declaración no han comprendido o son cerrados de mente” van en esta dirección, como si dijera: “Yo soy la Verdad”, o parafraseando la famosa frase de Luis XIV: “El Estado [la Iglesia] soy yo”.

“Dejó de ser un pastor que apacienta las ovejas del Señor (mandato de Nuestro Señor Jesucristo a Pedro al final del Evangelio de Juan) para convertirse en un líder que impone novedades. Y lo demuestra también en la carta que dirigió al cardenal Fernández cuando lo nombró prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe.

“En el sentido de que la misión de este último es adaptar los documentos de la Santa Sede al 'rico humus de la perenne enseñanza de la Iglesia' y 'al mismo tiempo' al 'magisterio reciente', es decir, al magisterio de Francisco. ¿Y todo el magisterio anterior? ¡Enviado a los archivos!"