Benedicto XVI profundamente preocupado por la Iglesia en Alemania

Fuente: FSSPX Actualidad

Con motivo de la publicación de su libro Cómo la Iglesia Católica Puede Restaurar Nuestra Cultura, Monseñor Georg Gänswein, secretario particular del Papa emérito y prefecto de la Casa Pontificia, concedió una entrevista al periódico en español Alfa y Omega.

El periodista hace primero una pregunta general sobre los tres papas que reinaron durante los primeros veinte años del siglo XXI. Luego pregunta si el Papa Francisco se ha beneficiado de alguna aportación del Papa retirado, en particular sobre la situación en Alemania, bien conocida por él.

Monseñor Gänswein reconoce que en el pasado ha habido reuniones entre Francisco y su predecesor. Pero inmediatamente deja en claro que estas reuniones son extremadamente confidenciales.

Y añade, "está bastante claro que la situación de la Iglesia católica en Alemania se caracteriza actualmente por tensiones y confusiones" que preocupan mucho al huésped del monasterio Mater Ecclesiae.

Además, aclara que "Benedicto XVI percibe y reconoce la falta de unidad en muchos aspectos fundamentales de la fe". Si se trata de aspectos fundamentales, equivale a afirmar que están sucediendo desviaciones graves. El Papa emérito quiere "una aclaración lo antes posible para evitar graves consecuencias para la fe y la Iglesia en Alemania". Ojalá que se siga este consejo.

Por su parte, el Papa emérito ya ha hecho todo lo posible por buscar esta aclaración. Precisamente, el 11 de abril de 2019, publicó un texto en el que hablaba de la crisis del abuso infantil, que es el origen de la decisión del episcopado alemán de emprender el camino sinodal.

Las causas del abuso

Este documento, que fue presentado en nuestras columnas, comienza buscando las causas profundas de la crisis de abusos, tal como las analizó el cardenal Joseph Ratzinger como prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Su análisis contrasta radicalmente con el informe encargado por la Conferencia Episcopal de Alemania, que fundamentó el lanzamiento del camino sinodal.

Según este análisis, la primera causa radica en el contexto social de la liberación de las costumbres: y recuerda sobre este tema las reivindicaciones pansexuales y la promoción de la pedofilia.

Una segunda causa está relacionada con la revolución en la teología moral y la enseñanza de la Iglesia en materia de moral, después del Concilio Vaticano II.

Finalmente, una tercera causa radica en el rechazo del magisterio de la Iglesia, que ya no se reconoce como infalible en materia de moral. A partir de ahí, todo, o casi todo, es posible.

Los efectos que resultan de estas causas: rupturas catastróficas

Para el exPapa, las causas que saca a relucir conducen a tres rupturas esenciales. Una ruptura en la formación dentro de los seminarios. Una ruptura en el reclutamiento de obispos. Finalmente, una ruptura del derecho canónico.

Esta última aborda la insuficiencia de los medios de represión previstos por el nuevo Código de Derecho Canónico, promulgado en 1983. En el origen de esta debilidad, admite "un problema fundamental en la percepción del derecho penal. (…) Por encima de todo, los derechos del acusado tenían que garantizarse, en un grado que excluyera cualquier condena. (…) El derecho a la defensa por medio de la garantía se extendió a un punto tal que las condenas eran difícilmente posibles".

Esta lesión de la justicia, insertada en la ley y deliberadamente buscada, resultó de hecho, en la protección de los abusadores.

Pero esta contribución fue muy mal recibida en Alemania y finalmente no tuvo resultados tangibles.