Juicio del siglo en el Vaticano: el epílogo

Fuente: FSSPX Actualidad

El juez Giuseppe Pignatone durante la lectura del veredicto del juicio del Vaticano

El tribunal penal del Estado de la Ciudad del Vaticano emitió su veredicto el 16 de diciembre de 2023 en el caso de malversación de fondos que involucra al cardenal Angelo Maria Becciu, exsustituto de la Secretaría de Estado y que alguna vez fue una de las figuras más influyentes de la Curia romana. Se dictaron sentencias de prisión históricas.

Fueron necesarios más de dos años de un estrepitoso juicio, que abarcó ochenta y cinco audiencias, para escribir el epílogo de la épica investigación dirigida por el Vaticano sobre la compra fraudulenta, por parte de la Secretaría de Estado, de un lujoso edificio en Londres, por la friolera suma de 350 millones de euros, entre 2014 y 2018.

Una transacción financiera más que dudosa que se saldó en parte con dinero del fondo de gestión del Óbolo de San Pedro, es decir, con las donaciones de los fieles que llegan cada año desde todo el mundo. Los acusados, por su parte, siempre han sostenido que sus acciones fueron legales y que las máximas autoridades del Vaticano estaban al tanto de todo.

El primer cardenal en comparecer ante el tribunal penal del Vaticano

La tarde del 16 de diciembre de 2023, Giuseppe Pignatone pronunció un veredicto largamente esperado, condenando al cardenal Angelo Becciu a cinco años y medio de prisión por "malversación de fondos" y "violación de las normas de administración de los bienes eclesiásticos": una primicia histórica en la Iglesia, que hará correr mucha tinta.

El cardenal también fue multado con 8,000 euros y se le prohibió permanentemente ejercer cargos públicos. El promotor de justicia había solicitado una pena de siete años y tres meses de prisión y una multa de más de 10,000 euros. El abogado del cardenal Becciu, Fabio Vignone, comentó: "Respetamos el veredicto, pero sin duda apelaremos".

Los corredores Gianluigi Torzi y Raffaele Mincione, el exfuncionario Fabrizio Tirabassi y Enrico Crasso, ex asesor financiero de la Secretaría de Estado, recibieron penas de entre cinco a siete años de prisión. Cecilia Marogna fue condenada a tres años de prisión. René Brühlart y Tomasso Di Ruzza solo fueron multados y Monseñor Mauro Carlino fue absuelto.

La misión de Giuseppe Pignatone termina con este veredicto: este alto magistrado italiano, que luchó durante toda su carrera contra la mafia, fue sacado de su retiro por el Papa Francisco, que quería personalmente que este juicio demostrara su determinación de actuar contra la corrupción en el Vaticano. Era, como él mismo admitió, uno de los principales objetivos fijados por los votantes del cónclave de 2013.

Más allá de las condenas, la impresión general que quedará es la de un juicio que rápidamente se convirtió en una caja de Pandora de la que surgieron revelaciones sobre el clima de “vendetta” y sobre la ligereza de la gestión empresarial: suficiente para causar cierto daño a la reputación de la Santa Sede y de sus servicios diplomáticos.

Por no hablar del “juicio dentro del juicio” que rápidamente se impuso, con algunos abogados denunciando varios aspectos considerados “inconsistentes” del procedimiento penal de la Santa Sede y señalando la legitimidad de los decretos firmados por el Papa antes de la primera audiencia, para, por ejemplo, poder juzgar a un cardenal, dando la sensación de reforzar la acusación a costa de la defensa.

Queda por ver si el pontífice argentino, que celebró su 87 cumpleaños al día siguiente del veredicto, utilizará la clemencia de Augusto para aligerar las penas de los condenados, y si el cardenal Becciu recuperará algún día su lugar dentro del Sacro Colegio.

La conclusión del estrepitoso juicio del Vaticano sin duda abre un nuevo capítulo. Aunque no todo fue claro, ni en el procedimiento ni en el desarrollo del juicio, el mensaje es evidente para todos: nadie puede pretender estar fuera de alcance detrás de los muros leoninos.