La Joya de San Teodulfo

Fuente: FSSPX Actualidad

Fachada del oratorio carolingio de Germigny-des-Prés

Obispo de Orleans, Teodulfo fue un monje benedictino, cercano al emperador Carlomagno. También fue abad de Fleury, hoy Saint-Benoît-sur-Loire, una importante abadía que conserva preciosas reliquias de San Benito, patriarca de Occidente.

A pocos kilómetros de esta abadía, Teodulfo decidió establecer su residencia episcopal en una villa situada en Germigny-des-Prés. Hizo construir allí un oratorio, cuyas armoniosas líneas y su elevación enteramente románica encantan la vista tanto como el alma.

En su interior se conserva un espléndido mosaico que llama la atención por su brillo resplandeciente. Realizado sobre un fondo de oro, es el único testimonio de la decoración interior de este oratorio que, probablemente, en sus inicios debe haber estado revestido con él.

Data del año 806 y sigue siendo el único mosaico completo del período carolingio en Francia. Sobrevivió a incendios, saqueos de exacciones protestantes y guerras revolucionarias, así como sucesivos abandonos antes de ser providencialmente encontrado.

Oculto bajo un recubrimiento de cal, fue restaurado a mediados del siglo XIX. El mosaico se encuentra ubicado en la bóveda de cuarto de esfera del ábside principal. Imponente, está compuesto por 130,000 teselas.

Representa de forma excepcional el Arca Santa que contenía las tablas de la Ley de Moisés, la vara floreciente de Aarón y el maná milagroso que, antiguamente, alimentó a los israelitas en el desierto. Rodeada por dos ángeles y dos querubines, el Arca es bendecida por una mano que sale del Cielo, la de Cristo, bien marcada por la herida recibida durante su crucifixión.

Gracias a los Libros Carolinos, compuestos por Teodulfo a petición del emperador Carlomagno, conocemos la simbología de este mosaico. De estilo bizantino, la obra representa el Lugar Santísimo del Templo de Salomón. El Arca, cuyas barras que servían para su transporte por los sacerdotes, se pueden ver claramente, está vacía. Ahora, la nueva Alianza ha reemplazado a la antigua.

El obispo de Orleans explica que el Arca Santa prefigura a Cristo mismo, ya que es por su sacrificio que se sella la alianza definitiva: "Él entró una vez y para siempre en el Lugar Santísimo, no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, habiendo obtenido eterna redención..." (Hebreos 9:12).

La vara simboliza el cetro de Cristo, Señor, Rey y Sacerdote. Las tablas de la Ley representan la Alianza, la de los mandamientos que Dios dio a Moisés y que la nueva Ley vino a perfeccionar y cumplir. El maná anuncia la Eucaristía, la carne y la sangre de Cristo que se han convertido en alimento de los bautizados y prenda de la vida eterna.

Vacía, el Arca Santa indica que las figuras ahora son obsoletas, porque las promesas mesiánicas se han cumplido. La joya de Teodulfo nos invita a dirigir la mirada hacia el Sacrificio Eucarístico que se realiza en la Misa en el altar, abajo, y hacia el Cielo donde resplandece la divinidad, arriba. Para recapitular todo en Cristo, resplandor de la gloria de Dios e impronta de su esencia (cf. Ef 1, 10; Heb 1, 3).