Sínodo sobre la Sinodalidad: entre exenciones y presiones

Fuente: FSSPX Actualidad

El cardenal Luis Ladaria Ferrer

Luego de entregar las llaves del Palacio del Santo Oficio a monseñor Víctor Manuel Fernández, el exprefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) pidió ser excusado de participar en la XVI Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos previsto para octubre de 2023. Una decisión que ilustra ciertas tensiones latentes en Roma.

El cardenal Luis Ladaria Ferrer, jesuita y exprefecto del DDF, anunció su petición al Papa de ser "dispensado" de asistir a las reuniones del Sínodo sobre la Sinodalidad previstas del 4 al 29 de octubre. Una ausencia inesperada que alegró a más de uno en Alemania, donde la oposición del "exjefe de la fe" al camino sinodal alemán había sido notada y poco apreciada. Hay que decir que las últimas semanas no han sido fáciles para monseñor Ladaria.

La carta del Papa Francisco para nombrar a su sucesor en la Doctrina de la Fe, instándole a no reproducir los "métodos inmorales" de sus predecesores: "el Dicasterio que presidirás, en otros tiempos, ha llegado a utilizar métodos inmorales", fue sin duda poco apreciada.

"Era una época en la que, en lugar de promover el conocimiento teológico, se perseguían posibles errores doctrinales. Lo que espero (de ti) es ciertamente algo muy diferente", declaró el soberano pontífice.

Además, según varios medios italianos, la decisión del porporato español se tomó pocas horas después de una nota publicada el 18 de septiembre por el vicariato de Roma, organismo que dirige la primera diócesis de la cristiandad en nombre del Romano Pontífice, y que Francisco reformó el pasado enero.

Una nota en la que se analiza la labor de investigación llevada a cabo por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe (DDF) en el caso Ivan Rupnik, nombre del jesuita esloveno presunto culpable de numerosos abusos contra personas consideradas en estado vulnerable: "gracias al abundante material documental estudiado, el visitador pudo constatar y, por tanto, informar de la ejecución de procedimientos gravemente anormales", escribió el vicariato de Roma.

Duros golpes para quien el Papa Francisco había elegido para suceder al cardenal Ludwig Müller y que quizás influyeron en su decisión de no participar en un Sínodo que, dada la lista de participantes, es muy probable que se transforme en una batalla campal donde la imagen de la Iglesia no se fortalecerá, y en la que él habría tenido, como mucho, solo un papel suplementario.

"Pura fantasía", contraatacó la Sala de Prensa de la Santa Sede que, insólitamente, intentó disipar los rumores: "Respecto a los artículos de prensa relativos a las razones por las que el cardenal Ferrer no participará en la próxima asamblea sinodal, de acuerdo con Su Eminencia, se especifica que estas reconstrucciones no tienen fundamento y son fruto de pura fantasía.

"La verdad de los hechos es que después de cumplir su mandato como prefecto del DDF, el cardenal Ladaria, de casi 80 años, solicitó no participar en el Sínodo exclusivamente por el cansancio acumulado y su deseo de descansar un poco", declaró el Vaticano en una actualización del 23 de septiembre.

¿Coincidencia del calendario? Inmediatamente después de la decisión del cardenal, la Conferencia Episcopal de Alemania (DBK) y el Comité Central de Laicos Católicos Alemanes (ZdK) decidieron hacer pública una carta enviada al Vaticano el pasado mes de junio, en la que pedían al pontífice que expresara una opinión clara sobre las propuestas aprobadas en Alemania por el Camino Sinodal.

Propuestas contrarias a la Constitución de la Iglesia y contra las que se pronunció el cardenal Ladaria. Lo que es seguro es que la publicación de las peticiones alemanas tiene el efecto de presionar al Vaticano en vísperas de un Sínodo lleno de peligros. En Roma, este tipo de método no es realmente apreciado.