Vaticano: la Secretaría del Sínodo establece las etapas para 2024

Fuente: FSSPX Actualidad

El plan de etapas de la segunda sesión del Sínodo sobre la Sinodalidad, previsto para octubre de 2024

La secretaría del Sínodo ha escrito a los obispos de todo el mundo para explicar las etapas del trabajo que se realizará en los próximos meses como preparación a la segunda sesión de la asamblea sinodal en octubre de 2024, en un documento firmado por los cardenales Mario Grech y Jean-Claude Hollerich.

Las diócesis y parroquias están llamadas a reflexionar sobre el informe resumido publicado el pasado mes de octubre, a promover nuevas consultas y preparar aportaciones para los trabajos del próximo año.

El documento precisa que el proceso sinodal continuará según las directrices desarrolladas en tres niveles: “la Iglesia local, las agrupaciones de Iglesias (nacionales, regionales y continentales) y la Iglesia universal”.

Lista de los temas indicados por Francisco

La secretaría del Sínodo elaboró una lista –no exhaustiva– de las grandes cuestiones que deben abordarse: la actualización del CIC (1983) y del CCEO, de la Ratio fundamentalis sobre la formación de los sacerdotes (2016) o también del documento Mutuae relationes sobre las relaciones entre religiosos y obispos (1978).

La secretaría indica además “la profundización de la investigación teológica y pastoral sobre el diaconado y, más específicamente, sobre el acceso de las mujeres al diaconado”, basándose en los resultados de las comisiones creadas por Francisco en 2016 y 2020.

Se convocarán grupos de expertos para trabajar sobre los temas indicados por Francisco, con la participación de los Dicasterios de la Curia, bajo la coordinación de la secretaría general del Sínodo. Durante la sesión de octubre de 2024 se presentará un informe sobre el progreso de este trabajo.

"¿Cómo debe ser una Iglesia sinodal en misión?"

La pregunta fundamental que plantea el documento es: “¿Cómo podemos ser una Iglesia sinodal en misión?" El objetivo es identificar los caminos a seguir y las herramientas a adoptar para “valorar la originalidad de cada bautizado y de cada Iglesia en el anuncio del Señor resucitado y de su evangelio al mundo de hoy”.

Dar a todos una voz

No se trata de “comenzar de cero o repetir el proceso de escucha y consulta que caracterizó la primera etapa” sino de involucrar a “personas que expresan una variedad de experiencias, habilidades, carismas, ministerios dentro del Pueblo de Dios y cuyo punto de vista es particularmente útil para centrarse en el 'cómo'".

Acompañar el proceso de reflexión

Después de recabar las aportaciones de las diócesis, las Conferencias Episcopales “están invitadas a redactar un resumen de la consulta de una extensión máxima de 8 páginas, que será transmitido a la secretaría general del Sínodo antes del 15 de mayo de 2024”. El nuevo Instrumentum laboris se elaborará sobre la base del material así recopilado.

También se invita a las iglesias locales a “revisar todo el informe resumido y elegir las solicitudes que mejor correspondan a su situación”. Sobre esta base podrán “promover las iniciativas más adecuadas para involucrar a todo el Pueblo de Dios”.

Cada Iglesia local que lo desee puede transmitir a la Conferencia Episcopal “un breve testimonio del trabajo realizado y de las experiencias vividas (máximo dos páginas), compartiendo una buena práctica que considere significativa para un creciente dinamismo misionero sinodal”.

Observaciones

Los temas propuestos quedaron registrados en el informe resumido de la sesión de octubre de 2023 del Sínodo sobre la Sinodalidad. Pero el estupor sigue siendo válido.

¿Cómo se pueden poner textos tan técnicos y especializados, como el derecho canónico, al debate de todos? El resultado será cuanto menos extraño, e incluso francamente erróneo. Cuando recordamos la grave desviación introducida en el código de 1983, denunciado por Benedicto XVI –entonces ya retirado– del “garantismo”, tenemos derecho a sorprendernos.

Este error generalizado exigía en primer lugar la creación de una comisión especial para juzgar a los autores de abusos –porque la ley no lo permitía adecuadamente– y exigía asimismo la revisión de un título completo de dicho código.

Además, volviendo a poner sobre la mesa la cuestión del diaconado femenino, cuando el propio Papa declaró estar en contra del sacerdocio femenino y reveló que las comisiones sobre el tema de 2016 y 2020 habían llegado a una conclusión negativa, cabe preguntarse ¿a qué está jugando el Vaticano?

O mejor dicho, ya se puede adivinar cuál será el resultado. Lo más probable es que a las mujeres no se les confiera el orden del diaconado, pero sí recibirán la bendición de "diaconisas", podrán distribuir la sagrada comunión –cosa que ya hacen– y predicar la homilía: es decir, realizarán todas las funciones diaconales. El tiempo dirá si esta intuición es correcta.