India acelera las conversiones forzadas

Fuente: FSSPX Actualidad

La bandera del Bharatiya Janata Party

Mientras los jefes de Estado occidentales en busca de recuperación económica miran a la India nacionalista de Narendra Modi, la persecución religiosa no cede en la tierra de los maharajás. Un millar de cristianos fueron obligados a regresar al hinduismo en el centro del país. Un movimiento que se acelera a medida que se acercan las elecciones legislativas, previstas para abril de 2024.

En India, esto se conoce como Ghar Wapsi, o regreso a casa. Un regreso que no se parece en nada al del hijo pródigo, porque en la mayoría de los casos se trata de conversiones forzadas al hinduismo como las que tuvieron lugar el 27 de enero de 2024 en Chhattisgarh, estado central de la India.

Un millar de personas –todas cristianas, excepto dos familias musulmanas– se lavaron los pies en el agua del Ganges, según el ritual de conversión a la religión de los maharajás. Un abandono de la fe llevado a cabo en presencia de miembros oficiales del partido nacionalista gobernante –el Bharatiya Janata Party (BJP)– y del movimiento Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), del que surgió el BJP.

El RSS es la organización "etnonacionalista" más antigua del mundo: fue fundada a mediados de los años 1920 por un médico de Nagpur, K. B. Hedgewar, que sentía una admiración ilimitada por Vinayak Damodar Savarkar, el inventor del nacionalismo hindú, también llamado Hindutva.

En 1923, este último publicó una obra, Hindutva, Who is a Hindu?, donde presenta a la comunidad mayoritaria de la India –el 70% de la población del Raj británico en aquel momento– como la encarnación de la nación, siendo musulmanes y cristianos poco más que piedras adosadas, incluso quintas columnas.

Cabe señalar que los hindúes se definen, no tanto como seguidores de una religión, sino más precisamente como un pueblo descendiente de los "hijos del sol", presentado como una tierra sagrada. De ahí la importancia, en este contexto, de eliminar todo lo que pueda contaminar a los hijos de esta tierra sagrada, en particular las religiones extranjeras, incluido el cristianismo.

"Intensificaremos los regresos a casa con todas nuestras fuerzas", advirtió el secretario local del BJP, Prabal Pratap Singh Judev, quien culpa a los cristianos de haber empujado a muchos hindúes de Chhattisgarh a "unirse a su secta", sometiéndolos a "presiones" o convenciéndolos con "el señuelo de los beneficios económicos".

Nos preguntamos a qué beneficios económicos se refiere cuando se sabe que los cristianos –una ultraminoría en este estado, alrededor del 2% de una población estimada en 30 millones de habitantes– son considerados ciudadanos de segunda clase…

La jerarquía católica no tardó en reaccionar: “Es hora de que estemos unidos y firmes en nuestra fe, porque habrá intentos de dividir a la gente en nombre de la religión, la casta y el credo”, advirtió monseñor Victor Henry Thakur. Para el arzobispo de Raipur (Chhattisgarh), estas conversiones forzadas y publicitadas se multiplicarán: “esto es solo el comienzo, porque las elecciones generales se celebrarán dentro de algunos meses”, explicó el prelado.

El BJP también ha decidido poner freno a las conversiones –cada vez más numerosas– al cristianismo en este pobre estado del centro de la India, donde los "sin casta" son mayoría: entre ellos, algunos abrazan el cristianismo porque ven en él el acceso a la verdadera libertad de los hijos de Dios, una noción ajena al determinismo hindú.

“Necesitamos detener la conversión de la población tribal en el estado. Se trata de una cuestión crucial que debe abordarse. Tomaremos todas las medidas posibles dentro del marco legal para detener esto”, declaró el viceprimer ministro de Chhattisgarh el 20 de diciembre.

Desde entonces, escuelas, residencias de ancianos y clínicas gestionadas por la Iglesia están en el punto de mira de las autoridades. Según la ONG United Christian Forum, con sede en Nueva Delhi, en 2023 se perpetraron 148 incidentes violentos contra cristianos en Chhattisgarh.