Rusia: la “guerra santa” del patriarca Cirilo

Fuente: FSSPX Actualidad

Un documento, respaldado por el Patriarca Cirilo, describe la operación especial de Rusia contra Ucrania como una "guerra santa". Este título ha provocado reacciones por doquier. ¿Pero cuál es el texto que presenta de esta manera el conflicto que se desarrolla dentro de los límites de Europa? ¿Y cuál es su origen?

Génesis y origen del documento

El documento se titula “Recomendaciones del XXV Congreso Mundial del Pueblo Ruso: El presente y el futuro del mundo ruso”, y está fechado el 28 de noviembre de 2023. De hecho, la declaración no fue redactada por el Patriarcado de Moscú, ni por el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa, sino por una institución llamada “Congreso Mundial del Pueblo Ruso”.

La iniciativa de crear el Congreso, en mayo de 1993, provino del actual Patriarca Cirilo, entonces Metropolitano de Smolensk y jefe del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú. Desde que se convirtió en Patriarca en 2009, asumió la dirección del Congreso. De conformidad con los estatutos, el Congreso celebra reuniones anuales presididas por el Patriarca ruso.

Estos encuentros reúnen a un gran número de jerarcas ortodoxos, pero también a altos funcionarios del Kremlin, líderes militares, profesores universitarios y cientos de jóvenes patriotas de todas las regiones de Rusia. El líder supremo es Vladimir Putin.

Las Recomendaciones fueron elaboradas en noviembre durante el XXV Congreso y aprobadas por una nueva reunión del Congreso el 27 de marzo. Es en este documento donde se puede leer el siguiente pasaje:

“Desde un punto de vista espiritual y moral, la operación militar especial es una guerra santa, en la que Rusia y su pueblo, defendiendo el espacio espiritual unificado de la Santa Rusia, cumplen la misión de ser 'Aquel que detiene' [cf. 2 Tes. 2, 6-7.NDT], protegiendo al mundo del embate del globalismo y de la victoria de Occidente que se ha hundido en el satanismo".

El fundamento teológico reivindicado

La versión francesa, publicada por el sitio web Christianity.com, ofrece una esclarecedora exégesis de este texto. Se explica que los autores se hacen eco de las palabras de San Pablo (2 Tes. 2, 7), quien escribe: “Porque el misterio de la iniquidad ya está en acción; entretanto aquel que por ahora lo detiene, manténgase firme, hasta que sea quitado el impedimento". En la exégesis ortodoxa, la interpretación de “el que lo detiene” es triple.

"La primera, de San Juan Crisóstomo, asimila 'el que lo detiene' al Imperio romano. Este imperio es visto como una fuerza de contención que, por su poder, impide que el mal se propague, frenando así las acciones de Satanás. La segunda atribuye este papel a la gracia del Espíritu Santo, mientras que la tercera asocia esta función a la difusión universal del Evangelio".

El comentarista continúa señalando que el Patriarca Cirilo “se basa en la primera interpretación en algunas de sus declaraciones públicas”. Aquí se produce “una reinterpretación de la identidad de “el que lo detiene”: ya no se trata del Imperio, sino de Rusia y su pueblo que, al llevar a cabo su “operación militar especial”, avalan el papel de 'el que lo detiene'". 

Una escenificación digna de este imperialismo

El Congreso se reunió en el Kremlin. Putin pronunció su discurso por videoconferencia, con su rostro proyectado entre dos grandes íconos sagrados: Cristo Salvador y la Madre de Dios, sobre un bosque de cúpulas doradas. Antes del discurso presidencial, Cirilo entonó el himno al Rey Celestial, con Putin ya colocado entre las imágenes sagradas.

Además, en los libros de oraciones distribuidos a los soldados, se compara a Putin con el “Archiestratega”, el arcángel Miguel que dirige los ejércitos celestiales en la guerra apocalíptica contra el Maligno, identificado este último con Ucrania “nazificada” y esclavizada a Occidente.

El objetivo final de la operación militar especial

Dicho objetivo se expresa de la siguiente manera: “Después de la finalización de la operación militar especial, todo el territorio de la actual Ucrania debe entrar en una zona de influencia exclusiva de Rusia. Debe excluirse completamente la posibilidad de la existencia en este territorio de un régimen político rusófobo hostil a Rusia y su pueblo, así como de un régimen político gobernado desde un centro externo hostil a Rusia”, concluye el capítulo uno.

El fundamento de esta conclusión reside en la forma de concebir el mundo ruso que se explica en el capítulo dos. “Además de los representantes del ecúmene ruso esparcidos por el mundo, el mundo ruso incluye a todos aquellos para quienes la tradición rusa, los santuarios de la civilización rusa y la gran cultura rusa son el valor supremo y el sentido de la vida.

"El significado más elevado de la existencia de Rusia y del mundo ruso que ha creado –su misión espiritual– es ser 'Aquel que detiene', aquel que protege al mundo del mal. La misión histórica consiste en derrotar, año tras año, los intentos de hegemonía universal en el mundo, los intentos de subordinar a la humanidad a un único principio maligno".

Este texto se complementa con una cita del capítulo tres –sobre política exterior– que determina concretamente las fronteras de este mundo ruso. Por tanto, “la reunificación del pueblo ruso debería convertirse en una de las tareas prioritarias de la política exterior de Rusia.

"Rusia debería volver a la doctrina de la triunidad del pueblo ruso, que existe desde hace más de tres siglos, según la cual el pueblo ruso está formado por los grandes rusos, los pequeños rusos [habitantes de Ucrania.NDLR] y los bielorrusos, que son ramas (subetnias) de un solo pueblo, mientras que el concepto de 'ruso' abarca a todos los eslavos orientales, descendientes de la Rus histórica".

Una ambiciosa política familiar

A continuación, el documento se detiene extensamente en la política familiar y pone especial énfasis en la cuestión demográfica. Su objetivo es que los actuales 144 millones de habitantes de la Federación de Rusia aumenten “a 600 millones de habitantes en cien años de crecimiento demográfico sostenible”. Lo que implica una lucha real contra el aborto.

Cabe señalar que, desde su legalización en 1920, el aborto ha cobrado más de 310 millones de víctimas en Rusia, una cifra mínima. Esta política demográfica está asociada a una “nueva política migratoria” descrita en el capítulo cinco. Así como a una política de educación y formación (capítulo seis).

La asimilación “de los valores espirituales y morales de la civilización rusa” es el aspecto más importante "en la educación de las futuras generaciones de los ciudadanos de Rusia". Por eso es necesario “purificar los programas de instrucción y educación de concepciones ideológicas, principalmente occidentales, ajenas al pueblo ruso y destructivas para la sociedad rusa”.

Finalmente, este renovado pueblo ruso necesita un territorio remodelado: "De un territorio compuesto por dieciséis megalópolis y vastas áreas despobladas, Rusia debería convertirse, de aquí a 2050, en un país uniformemente poblado y con un desarrollo equilibrado, compuesto por 1,000 ciudades medianas y pequeñas revigorizadas, un país de ciudades del siglo XXI".

A nivel individual: "los suburbios deberían convertirse en el principal tipo de vivienda en el país, el 80% de la población rusa (o más de 30 millones de familias rusas) debería vivir en su propia casa individual en su propio terreno".

Porque “la vida en la propia tierra, en condiciones ecológicas favorables y confortables, en la propia casa, en la que se puede formar una familia, dar a luz y criar a tres o más hijos, debería convertirse en una encarnación visible de las ideas del mundo ruso".

Una visión idílica, para un país actualmente en guerra… ¿santa?