El Papa habla sobre inteligencia artificial en la cumbre del G7

Fuente: FSSPX Actualidad

Por primera vez en su historia, el Grupo de los Siete (G7), un club muy exclusivo que reúne a siete de los países económicamente más dinámicos del planeta, recibió al jefe de la Iglesia católica para debatir el tema de la inteligencia artificial.

Una imagen sorprendente es la sotana blanca que suele verse en la plaza de San Pedro, durante el Ángelus dominical, en medio de una multitud de presidentes que se supone representan las economías más dinámicas -y los países más secularizados- del planeta.

El 14 de junio de 2024, Francisco habló en la reunión del G7 en Bari sobre un delicado tema objeto de estudio desde hace varios años por la Santa Sede: la inteligencia artificial (IA). Suficiente como para hacer sonreír cuando el Papa proclama en voz alta “que no sabe utilizar un ordenador”, recuerda el Washington Post (WP).

En realidad, la aventura comenzó hace cinco años, continúa el WP, cuando el presidente de Microsoft, Brad Smith, fue recibido en una audiencia privada en el Vaticano para discutir los futuros desarrollos de la IA. Francisco dijo entonces a su interlocutor, al salir de la reunión: "Conserva tu humanidad".

Y el WP recuerda cómo el Papa supo darse cuenta de los peligros, a través de la difusión viral de imágenes artificiales que lo representan con una chaqueta de la marca Balenciaga: la IA se ha vuelto esencial durante los cinco años que siguieron a este encuentro, ilustrados por la nueva era de los deepfakes.

Ante el progreso tecnológico, el Vaticano quiere actuar como la conciencia de las empresas digitales, creyéndose una voz influyente y escuchada en el debate sobre la gobernanza global de la IA.

El pontífice describió "las ramificaciones de una tecnología que es 'tan fascinante como aterradora' y que podría cambiar 'la forma en que concebimos nuestra identidad como seres humanos'", cita el WP. El Papa no dejó de “denunciar cómo la IA podría lograr una nueva hegemonía de la cultura occidental y menoscabar la dignidad humana”, según AP.

La IA, afirmó, es “una herramienta que podría popularizar el conocimiento, hacer avanzar 'exponencialmente' la ciencia y aliviar la condición humana", continúa el WP, confiando “las arduas tareas a las máquinas”. Pero advirtió que el algoritmo también tenía el poder de destruir y "pidió una prohibición 'urgente' de los sistemas de armas letales autónomas (SALA)".

Durante los encuentros bilaterales, el Papa “mencionó el Llamamiento de Roma para la ética de la IA de 2020, de la Academia Pontificia para la Vida, que tiene como objetivo “dar una aplicación concreta al concepto de 'algorética', o dar ética a los algoritmos”. El llamamiento fue firmado por IBM, Microsoft, la ONU, Italia y varias universidades, instando a la transparencia y el respeto a la privacidad.

Mencionando su relación con el jefe de la Iglesia católica, el jefe de Microsoft dijo en tono de broma: "A primera vista, cuando nos miras, podrías decir 'qué pareja más extraña hacen', pero si se mira más de cerca, es una asociación ideal”, dijo Brad Smith a la prensa, según el WP.

No debemos engañarnos: para los gigantes digitales –Gafam, es decir, Google, Appel, Meta (Facebook), Amazon y Microsoft– las buenas relaciones con la Santa Sede ayudan a afinar su imagen ética cuando surgen las críticas capaces de obstaculizar su desarrollo.

Por parte de la Santa Sede, la situación también es conveniente: es la oportunidad de hacer oír su voz en el ámbito de la doctrina social, de aparecer como mediadora en la escena internacional y de permitir a la Iglesia abordar el tema de la IA y sus desafíos.

Pero también para que los fieles y los sacerdotes no se dejen superar en unos años, como lamentablemente ocurrió en el momento de la aparición de Internet, cuando muchos no encontraban una línea adecuada y oscilaban entre una peligrosa complacencia y una prohibición absoluta que solo pospuso el problema y lo amplificó, en lugar de resolverlo.

La situación de la IA ilustra plenamente la tesis de Marcel De Corte en su famoso libro La inteligencia en peligro de muerte, cuyo punto central es que, bajo la influencia en particular del marxismo, el hombre se ha alejado de la consideración libre del mundo y de los descubrimientos teóricos, para apegarse a aquello que puede procurarle una ventaja.

La inteligencia está entonces en peligro de muerte, porque ya no busca comprender –y contemplar– sino más bien alcanzar su bienestar material. En esta situación, la IA corre el riesgo de derribar aún más la inteligencia especulativa que se apoyará en ella y se confiará perezosamente, porque será incapaz de ningún progreso en sentido estricto.