La Pontificia Academia para la Vida, abiertamente disputada

Fuente: FSSPX Actualidad

Los días 17 y 18 de mayo de 2024 se celebró en Roma la segunda Conferencia Internacional de Bioética. En esta ocasión, uno de los ponentes expresó fuertes críticas a la Academia Pontificia para la Vida por sus reiteradas posiciones alejadas de la moral tradicional de la Iglesia.

El jardín de la Casa Santa Marta pronto se llenará de las piedras que son lanzadas allí. La última no llegó de muy lejos: desde el corazón de la Ciudad Eterna donde, los días 17 y 18 de mayo, cuarenta y cinco ponentes católicos procedentes de dieciséis países de todo el mundo se reunieron para discutir los últimos avances de la bioética.

Participaron 400 personas de 19 países en el II Congreso Internacional de la Cátedra Internacional de Bioética Jérôme Lejeune, sobre el tema “Jérôme Lejeune y los desafíos de la bioética en el siglo XXI”, según informó la Fundación Jérôme Lejeune. El aborto, el fin de la vida, el CRISPR/Cas9, la edición del genoma humano, el embrión de tres padres y las quimeras entre especies fueron los temas que formaron parte del programa.

El jurista e investigador en bioética estadounidense Orlando Carter Snead, de la Universidad Notre Dame de South Bend (Indiana), denunció el "individualismo expresivo" por el cual "una persona humana hoy solo tiene dignidad en función de su capacidad para diseñar y realizar proyectos personales".

Sin embargo, una intervención menos técnica causó sensación: la de George Weigl, autor de Juan Pablo II, Testigo de la Esperanza, París, Lattès, 2005, una de las biografías oficiales del Papa polaco. En su conferencia titulada "Juan Pablo II y Jérôme Lejeune: dos vidas al servicio de la vida", el escritor e investigador estadounidense repasó el pasado de la Academia Pontificia para la Vida y del Instituto Juan Pablo II de estudios sobre el matrimonio y la familia.

“Durante décadas, la Academia y el Instituto han producido un trabajo creativo e innovador tanto en el desarrollo de una teología moral católica como de una práctica pastoral capaz de afrontar el desafío del siglo XXI sobre la dignidad y la santidad de la vida, llamando a la conversión de las expresiones de la cultura de la muerte”, recordó.

"La Academia publicó un libro con el irónico título La Alegría de Vivir, escrito por teólogos que podrían calificarse de disidentes de las enseñanzas de Evangelium vitae. Una obra que va en contra de la cultura de la vida y cuyos términos utilizados habrían horrorizado al Papa Juan Pablo II y a Jérôme Lejeune”, afirmó el ponente, según CNA.

George Weigl concluyó afirmando que "la Academia Pontificia para la Vida ha traicionado las intenciones de sus fundadores", y que solo queda "esperar que el proceso de deconstrucción que se observa se revierta en los próximos años", según la CNA.

El 9 de febrero de 2024, la Biblioteca Editorial Vaticana publicó, en efecto, La Alegría de Vivir, una obra que, según el diario La Repubblica, citado por CNA, "contiene importantes aperturas sobre temas controvertidos como la anticoncepción, la procreación médica asistida y la eutanasia". Un eufemismo para designar posiciones heterodoxas en relación al magisterio católico.

En 2017, los estatutos de la Academia para la Vida comenzaron a ser revisados ​​a petición del Papa Francisco. A esto siguió el nombramiento de profesores comprometidos con las ideas progresistas, reducción de la teología moral y del estudio del magisterio católico, lugar preponderante dado a la antropología. Estas acusaciones se han hecho con frecuencia desde 2020.

Pero el presidente de la Academia desde 2016, Monseñor Vincenzo Paglia, cuenta con el apoyo del Papa y siempre ha protegido a sus colaboradores, a pesar de sus errores y su oposición a la doctrina católica. Por lo tanto, unos pocos años habrán bastado para que los teólogos, familiarizados con la French Theory, “deconstruyan” uno de los pocos diques que todavía se oponen a la cultura reinante de la muerte.

Nota: La French Theory o “teoría francesa” es “un corpus posmoderno de teorías filosóficas, literarias y sociales, donde el concepto de deconstrucción ocupa un lugar central, en el linaje del posestructuralismo”, según Wikipedia.