Estados Unidos: el debate sobre la procreación medicamente asistida en el centro de la campaña presidencial

Fuente: FSSPX Actualidad

La Cámara de Representantes de Alabama

La decisión del Tribunal Supremo del estado de Alabama desencadenó un pequeño terremoto político: en su sentencia dictada el 16 de febrero de 2024, el máximo tribunal de este estado sureño considera que los embriones conservados mediante congelación son "niños", decisión fuertemente criticada tanto por la Casa Blanca como por la comunidad médica estadounidense.

Tomando nota de la situación, varias clínicas del estado decidieron suspender sus actividades de fertilización in vitro (FIV). Esta suspensión generó una ola de pánico entre los funcionarios electos de Alabama, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado.

Así fue como pocos días después, el 29 de febrero, la Cámara de Representantes de Alabama eludió a los jueces y aprobó un texto para conceder “inmunidad civil y penal en caso de muerte o daño causados a un embrión, a cualquier persona o entidad durante la prestación o recepción de bienes o servicios relacionados con la fertilización in vitro”.

Al día siguiente, 1 de marzo, el Senado, de mayoría republicana, votó a favor de un texto similar, que garantiza inmunidad a las personas que proporcionen “bienes y servicios relacionados con la fertilización in vitro en determinadas circunstancias”.

Estas decisiones rápidamente dieron lugar a posicionamientos relacionados con la procreación médicamente asistida (PMA) por parte de los dos principales candidatos en la carrera presidencial: Joe Biden y Donald Trump.

El presidente y candidato a su propia sucesión no dudó en distanciarse de las enseñanzas de la Iglesia católica. En respuesta a Owen Jensen, corresponsal del medio de noticias católico EWTN, quien preguntó: “la Iglesia católica dice que la FIV es inmoral y errónea porque destruye innumerables embriones humanos, ¿qué opina al respecto, señor presidente?”, el líder del Partido Demócrata declaró que “no está de acuerdo con esta posición”.

En cuanto al expresidente Donald Trump, que podría ocupar nuevamente la Oficina Oval, su posición, aunque menos clara que la de Joe Biden, se caracteriza por un apoyo masivo a la PMA: “Hago un llamamiento a la Asamblea Legislativa de Alabama para que actúe rápidamente para encontrar una solución inmediata que preserve la disponibilidad de la FIV en el estado.

“El Partido Republicano siempre debe estar del lado del milagro de la vida y de las madres, los padres y sus hermosos bebés. La FIV es una parte importante de esto, y nuestro Gran Partido Republicano siempre estará con ustedes en su búsqueda de la alegría suprema de la vida”, declaró en Truth el 23 de febrero.

¿Se trata de una estrategia –muy política– para que el candidato republicano evite ser etiquetado por sus oponentes como demasiado extremista en el tema de la salud reproductiva en general?

Con mayor lucidez, Joseph Meaney, presidente del National Catholic Bioethics Center, considera que esta secuencia política ha puesto de relieve el desconocimiento del público respecto a la posición católica sobre la FIV: “Si asistes a misa todos los domingos durante todo un año, ¿cuáles son las posibilidades de escuchar hablar sobre la enseñanza de la Iglesia respecto a la FIV? La mayoría de la gente no conoce la posición de la Iglesia”, lamenta.

Una observación que podría extenderse a muchos otros puntos de la doctrina moral católica relacionada con el VI mandamiento, en particular la anticoncepción, o la cuestión de la homosexualidad.